El Puerto de Melilla va a ser objeto de una profunda renovación, según han hecho público fuentes oficiales de la Autoridad Portuaria, quienes han señalado que se trata de actuaciones que serán cofinanciadas por los Fondos Europeos de Desarrollo Regional con el fin de revitalizar las zonas interiores del recinto portuario.
La principal atención se centra en la zona aduanera por cuanto se pretende una separación absoluta entre el apartado aduanero y la zona comercial/industrial. No en vano el objetivo del proyecto es lograr la segregación de la aduana de manera que sea más reducida y la creación del espacio comercial/industrial con acceso restringido pero mayor flexibilidad. En definitiva, se busca la revitalización de esa zona concreta dentro del puerto.
Para alcanzar dicha meta, hay que llevar a cabo una reorganización de la infraestructura vial en La Florentina como punto de entrada a los recintos portuarios. En definitiva, se trata de llevar a cabo una restructuración que implica la modificación de las vías existentes y la creación de un carril de espera específico para vehículos pesados junto con la correspondiente actualización de la señalización, tanto horizontal como vertical para reflejar la nueva disposición.
Actualmente existen en la zona dos carriles y la idea es que uno se reserve exclusivamente para la zona industrial y el otro para la comercial. Con esa medida se pretende evitar posibles congestiones de acceso. Además, se añadirá un tercer carril solo para los camiones.
Hacer ese tercer carril lleva aparejada la reducción del tamaño de la mediana, que se reemplazará por un pavimento de hormigón impreso que se adapte al nuevo diseño. Se eliminará la rotonda en la entrada del paso de La Florentina y se ajustará la acera del edificio de control.
Según el planteamiento formulado por la Autoridad Portuaria, la organización del tráfico en todas estas áreas se logrará a través de la señalización horizontal y vertical, por lo que no habrá necesidad de realizar modificaciones en el pavimento existente hoy en día.
Toda esta actuación lleva consigo la implementación de medidas destinadas a los controles de acceso y, en ese sentido, se han planificado diversas medidas para adaptarlos a la nueva disposición de la zona comercial.
En primer lugar, se demolerá parcialmente una sección de la acera del edificio de control, lo cual afectará a la columna de cámaras de video. Otro de los trabajos será la eliminación de la rotonda central que regula hoy el tráfico y se reubicará la torre de iluminación y la columna de las cámaras.
La tercera acción será demoler una porción de la acera que rodea la caseta de vigilancia. Con ello se busca adaptar el entorno al nuevo carril de acceso y la reubicación de la barrera, así como del torno, que pasará a ser individual.
Se tendrá asimismo que instalar un nuevo punto de control en la sección de talleres donde se establecerá la salida de la zona comercial. Ese control se complementará con la construcción de una caseta de vigilancia prefabricada para la Guardia Civil. Estará equipada con puertas y ventanas exteriores de seguridad, un rack de comunicaciones, y todos los servicios y conexiones necesarios para garantizar su óptimo funcionamiento.
Todas estas medidas para delimitar áreas llevan consigo otros trabajos importantes. Por ejemplo, el paso de La Florentina constará de un vallado de 3 metros de altura, equipado con alambre de espino y concertina. Separará completamente la zona comercial/industrial del recinto aduanero.
Como consecuencia del mal estado en que se encuentra el vallado existente, también de 3 metros, se ha considerado la oportunidad de desmontarlo por completo y reemplazarlo por otro de seguridad, de las mismas características: es decir, tres metros, alambre de espino y concertina. En este proceso se eliminarán por completo las puertas existentes para el aislamiento absoluto de la zona.
El área de contenedores será segregada a través de distintas medidas, como un vallado de seguridad entre el edificio de estacionamiento y los talleres. Se entiende que esa acción garantizará el aislamiento.
El proyecto se encuentra en el marco de contrato de obras de ordenación de zonas de seguridad del puerto de Melilla y nuevo recinto aduanero. Cofinanciado por los FEDER, fue adjudicado por un importe cercano a un millón de euros. La ejecución del contrato tiene una duración de seis meses.
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