El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), aprobado de forma provisional por un pleno extraordinario de la Asamblea de Melilla el pasado miércoles, ya está disponible como información pública en la web de la Ciudad Autónoma y en las dependencias de la consejería de Infraestructuras, Urbanismo y Deporte.
Ahora, según lo que ya había anunciado el consejero de esta área, Rachid Bussian, se inicia un periodo de 45 días de alegaciones en el que tendrán acceso al plan los ciudadanos que estén interesados en conocerlo y en hacer las propuestas que consideren convenientes.
Anteriormente, Bussian ya había explicado a la prensa que que durante ese tiempo, los planes de desarrollo urbanísticos de Melilla serán expuestos en distintos foros y jornadas.
A tenor con el dirigente, la idea es que todos los interesados puedan participar en el proceso y hacer valer sus iniciativas, desde colegios profesionales, organizaciones empresariales y sindicatos, hasta los grupos ecologistas.
De acuerdo con lo que ha adelantado Bussian, se celebrarán más comisiones para estudiar las alegaciones presentadas y se espera poder llevar a pleno la aprobación provisional definitiva del PGOU antes de que finalice el 2022, lo que dependerá también de Madrid.
Una Melilla de cara al mar
Bussian ha calificado la aprobación de esta semana como una "gran noticia" para la ciudadanía de Melilla ya que este programa propone seguir impulsando las infraestructuras "de proximidad", con lo que se pretende que en un único distrito un melillense pueda desarrollar "su vida personal, familiar y laboral".
Este plan bosqueja claramente la Melilla de al menos los próximos ocho años, al defender un cambio en el modelo de crecimiento del territorio y apostar el concepto de una ciudad de cara al mar.
Además, el PGOU comprende un análisis pormenorizado del desarrollo de la población en la ciudad en las últimas décadas y responde a la necesidad de actualizar un modelo urbanístico que data de 1995.
Uno de los puntos más destacados de esta planificación es el que aborda la reubicación de zonas industriales, dentro de la que sobresale el traslado de la incineradora y la generadora eléctrica, del centro urbano al puerto.
Asimismo, Bussian ha indicado que la restructuración incluiría, por ejemplo, destinar los espacios liberados de los acuartelamientos militares para ampliar el campus universitario, las zonas verdes y el equipamiento educativo, así como la construcción de nuevas viviendas.
Dentro de las últimas actualizaciones, se han hecho modificaciones en la normativa urbanística y se han incluido la declaración de emergencia climática, un informe de impacto de género, nuevas zonas acústicas y estudios de mercados inmobiliarios.