El director provincial de Educación, Juan Ángel Berbel, aseguró que todo indica que el perdigonazo que sufrió una maestra del IES Rusadir en la calle Tiro Nacional cuando se dirigía al centro educativo fue fortuito. Aseveró que las investigaciones indican que este suceso no guarda relación con su profesión ni con el desempeño de su labor docente en el instituto. Subrayó que no hay una causa-efecto, de manera que la profesora haya recriminado a un alumno su actitud en clase y eso haya provocado un expediente y su expulsión y, como venganza, este estudiante haya realizado este acto desagradable.
De hecho, Berbel explicó que cuando la afectada acudió a la comisaría para poner una denuncia, la Policía Local le comentó que en esa zona, “desgraciadamente, hay una persona que está actuando de manera descerebrada y que no es la primera vez que se produce ese tipo de incidente con perdigones, puesto que ha habido más viandantes heridos”.
El director provincial insistió en que no ha sido un alumno de la maestra porque, además, es muy estimada entre sus estudianes, que ya son maduros y en el centro no tienen conocimiento de que algún alumno haya tenido ningún problema con ella.
Berbel comentó que la docente caminaba en dirección al instituto el pasado miércoles a primera hora de la tarde cuando sintió un fuerte dolor en la frente. Afirmó que durante unos segundos desconocía si era una piedra que le habían arrojado u otro objeto. Luego se da cuenta de que es un perdigonazo y comienza a sangrar. En el Rusadir estaba el director, que en todo momento la acompañó, tanto a Urgencias, como a poner la denuncia en la Policía Local.
Por otro lado, el director provincial comentó que la comunidad educativa del Rusadir está molesta por que de alguna manera se pueda vincular a sus alumnos a este suceso, cuando se trata de un hecho aislado y que le podría haber tocado a cualquier ciudadano. Además, mostró su apoyo a la maestra y dijo que estaba a su dispoción.
El director provincial de Educación, Juan Ángel Berbel, destacó que había hablado con el consejero de Educación, Antonio Miranda, sobre este tema. Miranda le comentó que se van a tomar medidas, como la vigilancia de la zona con coches camuflados para investigar este tipo de actuaciones que se puedan desarrollar en las inmediaciones de los centros educativos. Aseveró que se puede hacer extensiva esta vigilancia a todos los centros a la entrada o a la salida porque hay un flujo importante de personas. No obstante, afirmó que dependerá del número de efectivos con los que cuente la Policía, ya que tiene una plantilla limitada, añadió, y es complicado que estén en todos los colegios e institutos.
Berbel también argumentó que está bien que se haya dado esta posibilidad desde la Ciudad. En este sentido, comentó que sólo en el Rusadir hay unos 900 alumnos y que a la salida, entre maestros y padres, se pueden reunir entre 1.000 y 1.500 personas en los alrededores.
La Junta de Personal Docente no Universitario de Melilla condenó ayer de forma firme “la gravísima agresión sufrida por una profesora”. La entidad reconoce que no le consta tanto si el perdigonazo que sufrió fue aleatorio, pero afirmó que es “incalificable como incomprensible y gratuito acto violento” o si fue por su condición de docente el desencadenante del ataque. En este último caso, aseveró que se pone en riesgo “la integridad física de los miembros de la comunidad educativa en particular y del vecindario del centro, en general”. Esta entidad aseveró que éste es sólo “el último episodio, pues en las últimas semanas se han producido agresiones en otros centros educativos, incluso en su interior, que no han transcendido y que sí han tenido su origen en la condición de docentes de los afectados”. En este sentido, también condenó las constantes agresiones que sufre el colectivo docente como consecuencia del desempeño de sus tareas, y de las que, “por no transcender a la opinión pública, difícilmente se toma la conciencia necesaria para hacerles frente y evitar su recurrencia”.
De esta forma, subrayó que estas agresiones, “que se manifiestan en ataques físicos y verbales a diario por parte de diferentes instancias de la propia comunidad educativa o en atentados contra las propiedades materiales de los docentes, como sus vehículos, son producto de la crecientemente escasa valoración y consideración social del trabajo docente” que sufren desde hace años. Afirmó que se repiten en los centros o en las inmediaciones. Asimismo, la Junta de Personal exigió, “una vez más, la elaboración y aplicación de un protocolo de actuaciones ante agresiones al personal de centros públicos”.
Por último, deseó a la maestra agredida una pronta y feliz recuperación. En este sentido, se puso a su disposición y “de cuantos docentes puedan sentir atacados sus derechos y legítimos intereses en el marco que les compete”.
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