El Patronato de Turismo sancionará al kiosko que se encuentra ubicado en la Plaza de Estopiñán por estar cerrado, así lo ha anunciado el presidente de la Fundación ‘Melilla Ciudad Monumental', Francisco Díaz. La Plaza de Estopiñán tiene un kiosko que lleva cerrado ya meses. También hay otro ubicado en la Plaza de Armas, que sigue abriendo y muchas personas pueden tomarse algo al mismo tiempo que disfrutan de un lugar tan emblemático como este, sobre todo ahora que arranca el verano. Ambas ubicaciones son dos enclaves que la Ciudad Autónoma aprovecha con conciertos y actuaciones abiertos al público que se desarrollan durante el año. Sin embargo, cuando algún evento se celebra en la Plaza de Estopiñán, los espectadores no pueden disfrutar de la misma manera que en la Plaza de Armas. El evento más característico del verano desde hace años es el ciclo de Música a la Luna, con conciertos acústicos desde junio hasta septiembre en ambas plazas. La concesión de los dos kioscos termina este mismo verano, explica, uno en julio (concretamente el día 15) y otro en agosto. Francisco Díaz lamenta que, precisamente, el de Estopiñán esté cerrado, sobre todo ahora que comienzan las noches de verano y arranca Música a la Luna. Una queja que también se extiende entre gran parte de la ciudadanía. Díaz asegura que tanto la Fundación como la Ciudad han intentado ponerse en contacto con el dueño del kiosko en numerosas ocasiones, pero es imposible localizarlo. No entiende que tenga el establecimiento en estas condiciones cuando hay muchas empresas de hostelería interesadas que podrían hacerse cargo de él y darle el uso que merece. Por eso, el Patronato de Turismo “está a punto de sancionarlo”. Este mismo viernes tiene lugar el primer concierto de Música a la Luna en la plaza Pedro de Estopiñán y el kiosko no estará abierto para que los melillenses puedan disfrutar de la música de Clara Montes mientras se toman una copa. Sin embargo, el presidente de la Fundación avanza que se ha acordado con la asociación de vecinos abrir su local esa noche para aquellas personas que quieran tomarse algo. Lo ideal sería que el kiosko estuviera abierto, añade, pero “los procedimientos administrativos son un poquito tediosos”.