El paro vuelve a poner de manifiesto que la crisis económica que atraviesa Melilla sigue muy viva. Que el desempleo haya aumentado un 3,3% con respecto a diciembre viene a indicar varias cosas. Por ejemplo, que enero sigue con su fama de ser un mal mes para el empleo, que el nuevo sistema de bonificación de la Seguridad Social no funciona y que los servicios no tienen capacidad ya para absorber mano de obra. Son tres conclusiones a vuela pluma pero que bien pueden encajar con esta situación.
La ciudad necesita imperiosamente nuevos yacimientos de empleo. Es urgente conseguir la implantación de negocios que supongan oferta laboral para levantar las cifras de paro. El Gobierno melillense es cierto que no deja de sembrar, pero los frutos no se van a recoger a corto plazo. Difundir las ventajas fiscales debe ser una labor constante, una lluvia fina que vaya calando fuera de nuestras fronteras y eso necesita tiempo, que ese precisamente de lo que se carece.
La supervivencia de Melilla depende de que esas políticas cuajen. ¿Y cuáles son esas políticas? Concretamente, la llegada de empresas de base tecnológica, aumentar hasta 5.000 el número de universitarios y desarrollar una industria turística que se presenta difícil, a juzgar por cómo están los transportes y la poca ayuda que, en ese sentido, se tiene del Gobierno central. No hay más que acudir a las condiciones del contrato marítimo, que no convencen prácticamente a nadie que no sea la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, o los socialistas melillenses.
Otra de las herramientas esenciales para contribuir al desarrollo económico es la formación de la mano de obra. Melilla es una de las ciudades donde los jóvenes están menos cualificados, lo cual les imposibilita acceder al mercado laboral. Es de cajón: la falta de oficio crea una bolsa de paro endémico que supone un peligro de cara a la expansión económica y el empleo.
Lo curioso de la situación es ver que tanto la delegada como la líder del PSOE pasan de puntillas sobre las cifras de paro y prefieren ir al argumentario del partido para destacar por encima de todo que ahora hay más contratos indefinidos. Sí, es cierto que los hay pero, ¿no tienen nada que aportar con respecto a las acciones que pueden emprender ante el Gobierno nacional para contribuir a la creación de empleo en la ciudad?
Todavía esperan los melillenses que se vea algo de lo que prometía el Plan Estratégico que nos estuvieron vendiendo durante meses sin que hubiera ni un euro consignado en los presupuestos generales. Habrá que esperar a ver qué es lo que van a hacer en el ejercicio económico de 2024. Un adelanto podemos hacer. Es más que seguro que nos dirán que se trata del mejor presupuesto de la historia para Melilla mientras el PP los criticará duramente porque no recogerán necesidades imperiosas de los ciudadanos, como la Obligación de Servicio Público para las líneas aéreas de Málaga y Madrid o la financiación suficiente para que la sanidad sea más una solución que un problema.
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