El obispo de Málaga confía en los economistas y en el fin de la crisis

De visita en Melilla:Monseñor Jesús Catalá se reunirá hoy con sacerdotes, párrocos y voluntarios de Cáritas de la ciudad. El obispo de la Diócesis de Málaga, Jesús Catalá, reconoció ayer, tras oficiar la misa de doce en la iglesia de San Agustín del barrio de El Real, que tiene fe en los economistas que pronostican el fin de la crisis para finales del año que viene. Monseñor descartó además que el hundimiento económico de España se deba a un castigo divino. En su opinión es fruto de la mala gestión de los hombres y aunque no mencionó su nombre, apuntó al ex presidente Zapatero al referirse a que las medidas anticrisis debieron tomarse en 2007.
“Dios no castiga. La crisis es una consecuencia del pecado de la humanidad, del pecado de los hombres, del pecado original de los primeros padres, Adán y Eva, remarcado por el pecado personal. El hombre cuando viene al mundo ya sabe que tiene que padecer hambre, enfermedad y muerte. Eso forma parte de la naturaleza humana desestructurada por el pecado, pero Dios no está castigando por un acontecimiento. Es a consecuencia de una mala gestión  de los hombres. No metamos a Dios donde no toca”, aclaró con voz firme el obispo de Málaga.
Asimismo señaló que el fin de la crisis depende de los políticos. “Los deberes debieron hacerse hace diez años o mejor, a partir del año 2007. Ahora se están haciendo, pero no se puede salir de esto precipitadamente. Yo no soy economista, pero me fío de lo que han dicho los economistas,  que 2013 va a ser difícil, pero que la salida va a empezar a despuntar al final del año que viene. Ahí no entra para nada ni la fe ni la iglesia. Entra la esperanza y la buena o mala gestión que hagamos todos”, recalcó.
Ésta es la segunda visita que realiza este año a Melilla el obispo de la Diócesis de Málaga, a la que pertenece la ciudad. Monseñor Jesús Catalá, ha venido con motivo del  primer día de Adviento (el período de preparación para celebrar la Navidad que comienza cuatro domingos antes de esta fiesta).
Y lo hizo en una iglesia de San Agustín llena hasta la bandera. “Nunca había visto la iglesia así”, señaló una de las fieles católicas que asistió a la eucaristía.
Sin embargo y pese a que durante el acto litúrgico monseñor reconoció la dificultad de ser cristiano en Melilla, luego comentó a El Faro que en la ciudad esta afluencia masiva a misa de domingo es “normal”.
Ayer por la tarde, el obispo ofició otra eucaristía en el Sagrado Corazón, “la parroquia más antigua de Melilla” y para esta mañana tiene previsto un encuentro de fraternidad con sacerdotes y párrocos y por la tarde, con voluntarios de Cáritas Melilla.
A la pregunta de si es necesario hacer un llamamiento a la generosidad de los cristianos, monseñor Jesús Catalá aseguró que más bien lo que hace falta es felicitar a las personas que colaboran con Cáritas.
“Tanto cristianos, como no cristianos confían en la actividad asistencial de la iglesia católica y hay gente que está colaborando en Cáritas y no es creyente. Yo los felicito a todos por esa generosidad con el hermano que está necesitado y al que hay que ayudar. En ese sentido, les animo a seguir colaborando porque las necesidades siguen aumentando”, dijo.

Ley antidesahucio con retraso

Consultado por El Faro sobre la nueva ley de desahucio que frena en seco los desalojos y que beneficiará a unas 120.000 familias españolas, el obispo de Málaga se apresuró a decir que llega tarde porque él había hablado “hace años” de la necesidad de aprobar una moratoria.
“Claro que llega tarde para los miles que han sido desahuciados. Si esta norma se hubiera hecho hace tres años, miles de familias no habrían perdido sus casas”, apuntó el obispo de la Diócesis de Málaga.
Asimismo, recordó que la iglesia ha venido apoyando y colaborando para que muchos no perdieran sus hogares. Y por si no había quedado suficientemente claro, subrayó: “Debió hacerse hace tres años”.

Una panela de Melilla

La de ayer a las doce es la primera misa que oficia el obispo de la Diócesis de Málaga en la iglesia de San Agustín del barrio de El Real.
La suya fue una eucaristía de más de tres cuartos de hora, inspirada en la mayéutica de Sócrates. El obispo, desde el altar, preguntaba y orientaba las respuestas que llegaban, mayoritariamente, del numeroso público infantil que asistió al acto litúrgico.
La misa de doce en San Agustín de El Real estuvo, sobre todo, inspirada en la celebración del año de La Fe y fue presidida también por el vicario de Melilla, Roberto Rojo, y el padre Gabriel Leal, vicario para la Acción Caritativa y Social de la Diócesis malagueña.
El vicario de Melilla coincidió con el obispo de Málaga en señalar que la iglesia de San Agustín, llena hasta los topes, la había visto “como siempre” por  lo que no le ha extrañado nada. “Cuando vine a la presentación del nuevo párroco también la encontré llena”, apuntó.
Sobre la visita de Monseñor Catalá a Melilla, Roberto Rojo aclaró que el obispo ha venido a traer los proyectos de la diócesis en el año especial de La Fe, que viven los católicos.
El año de La Fe, explica Rojo, fue proclamado por el Papa Benedicto XVI el pasado 11 de octubre, coincidiendo con los 50 años del Concilio Vaticano II y de los 25 del nuevo Catequismo, para reforzar la fe entre cristianos.
Al terminar la eucaristía de doce en la iglesia del barrio de El Real, dos catequistas entregaron, en nombre de los fieles de la parroquia de San Agustín, un regalo al obispo: “Es típico de Melilla y se come”, dijeron antes de revelar que era una panela.