La ciudad acoge un curso que ofrece las pautas para hacer ‘milagros’.
¿Quién no le ha pedido al cielo algo extraordinario que le saque de la rutina diaria y le devuelva las ganas de sentir y de experimentar cosas? ¿Quién no ha necesitado alguna vez un milagro? ¿Y si se pudiera aprender a hacer un milagro? Pues ahora los melillenses están más cerca de conseguir este sueño a través de un curso que se impartirá este fin de semana en la ciudad. Cayetana Micol, una experta en estos temas, organiza el sábado la charla ‘Un curso de milagros’.
La experta asegura que nada tiene que ver con la religión ni con los dogmas, sino que se parece más a una clase de psicología. En este curso Micol enseñará a los alumnos una de las cosas básicas de los milagros: “No se puede cambiar el mundo, pero sí puedes cambiar tu forma de verlo y de enfrentarte a él”. Resalta que el objetivo del curso no es introducir a la persona en un mundo sobre creencias religiosas ni tampoco se trata de que el alumno tenga que cambiar su forma de ver la vida en una tarde. Afirma que el programa ofrece una serie de pautas para que los interesados puedan poner en práctica esta otra forma de mirar la realidad.
‘Un curso de milagros’ es el título de un libro que fue publicado en 1975 por el psicólogo Kenneth Wapnick. Micol explica que fue “una figura celeste” la que le dictó el contenido de esta publicación a su autor. Esto será o no creíble, pero lo cierto es que a raíz de este libro muchas personas empezaron a aplicar las ideas de Wapnick y a estructurarlas en cursos que se ofrecen por todo el mundo. Micol conoció estas enseñanzas en 1992 y desde entonces imparte clases para los ciudadanos interesados en la búsqueda espiritual y el crecimiento personal.
La culpa no existe
La profesora de ‘Un curso de milagros’ asegura que una de las primeras cosas que se muestran en el taller es que todo lo que nos acaba molestando de la gente es lo que no aceptamos de nosotros mismos. Afirma que somos intolerantes con personas porque no nos gustan determinadas actitudes y que eso se debe a que nosotros también las tenemos pero no queremos reconocerlo porque es algo de lo no estamos orgullosos.
Micol explica que teniendo en cuenta esta idea, lo que debe tener claro una persona es que no puede transformar o cambiar a otra. Lo único que puede hacer es cambiar su forma de ver al otro.
Pero en muchas ocasiones, las personas son mucho más exigentes consigo mismas que con el resto del mundo. En estos casos, Micol destaca otras dos ideas que pueden tomar los melillenses para su día a día, como son que la culpa no existe y que no hay que juzgarse ni a uno mismo ni al resto de seres humanos. Son dos frases sencillas, pero nada fácil de cumplir, ya que hay que cambiar mucho la forma de ver las cosas para no sentir culpa o achacar a alguien la responsabilidad de que no nos vaya bien en la vida.
Según ‘Un curso de milagros’, cuando se dejan de lado los juicios sobre las personas que nos rodean, la culpa desaparece. Es complicado, pero Micol, afirma que hay que abandonar esas ideas preconcebidas y que las cosas dejen de tener el significado que nos han enseñado para que esos juicios se vayan marchando sin dejar huella en las personas.
La lucha del ego
La profesora de este curso indica que es el ego lo que hace que se generen los sentimientos negativos que provocan malestar en los ciudadanos. Afirma que el ego hará lo que haga falta para tener razón. Incluso apunta que si se hiciera caso al ego la gente llegaría a matar, pero que gracias a las normas sociales no se llega a estos extremos. Micol señala que el objetivo del curso es mostrar un camino en el que sólo cabe el amor. No se trata de una frase hecha, sino de conseguir que las personas se liberen de todas sus ideas, juicios, culpas y cosas materiales que les hagan sentir que no pueden estar en paz y tranquilos.
El ejemplo de vivir con amor no es que se le ponga la otra mejilla al que te golpea una vez, asegura esta formadora, sino que se muestre a este ‘agresor’ que se le ama y enseñarle de qué forma puede también entrar en este camino distinto al que está recorriendo. Micol señala que si en una vida no hay amor, lo que hay es miedo y éste se combate con el primero.
“El milagro es convertir tu vida en un sueño en lugar de vivir una pesadilla”, aseveró Micol. Pero todas estas ideas, por muy obvias o locas que puedan resultar, se van ‘colando’ en la vida de los que hacen el curso a través de ejercicios sencillos de dos minutos.
Micol indicó que son 365 actividades las que pueden hacer para ir transformando esa forma de ver el mundo. Además, resaltó que en estos tiempos de crisis es un buen entrenamiento mental para cambiar la manera que tienen los melillenses de enfrentarse a una realidad nada positiva.
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