El pleno del pasado viernes tuvo una gran dosis de polémica tanto en su comienzo como en su final. Lo último fue a cuenta de los contratos menores y se llegó al punto de que la vicepresidenta de la Asamblea, con el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, sentado junto a sus compañeros de partido, lo dio por concluido.
Pero ya se había complicado la cosa al principio. Todo derivó de un minuto de silencio que CpM pidió por los muertos en Gaza y que Imbroda, pese a que no se había solicitado en la junta de portavoces, permitió, eso sí, a favor de un asunto más genérico como es la paz en el mundo.
Después CpM intentó proponer otro minuto de silencio, este específico, por los fallecidos en Palestina, pero el presidente cortó a su representante bajo el pretexto de que ya se había guardado uno y no era necesario echar leña al fuego.
Lo que más le duele a Imbroda es que CpM trate de romper la convivencia en Melilla “manipulando la desgracia” que está ocurriendo en Oriente Medio. Esto es, al jefe del Gobierno no le gustó que los cepemistas utilizaran la religión para crear discordia en Melilla.
No es cuestión de romper la convivencia en esta ciudad. Ya ha habido algún conato en alguna de las manifestaciones convocadas por la Plataforma de Apoyo al Pueblo Palestino, en una de las cuales hubo un intento de acoso a la sinagoga ubicada en la calle López Moreno. Y eso es, a todas luces, injusto, porque ninguna culpa tienen los hebreos de Melilla de lo que está sucediendo en un país tan alejado como Israel.
Pero, que nadie pueda acusar al presidente de la Ciudad Autónoma de ponerse de perfil ante lo que está sucediendo en Gaza, el sábado envió un mensaje a través de su gabinete de prensa dejando claro que “ya está bien de guerra” y mostrando “el máximo respeto para los que están sufriendo allí”.
Para quien aún no lo tuviera claro, y, eso sí, siempre desde una perspectiva neutral, sin culpar a ninguno de los dos bandos, reiteró su petición “de que pare esta guerra”, donde “hay mucha gente que está sufriendo innecesariamente” sin tener “culpa de nada”. Miles de víctimas inocentes –en ambos bandos, porque también hay ataques desde Hamás– son suficientes, según el presidente, quien cree que “a eso no hay derecho”.
Una vez reconocido este punto, concluyó Imbroda reiterando que esto no da derecho a nadie en Melilla –tampoco a CpM– a hacer más leña del árbol caído, o a meter el dedo en la llaga, por utilizar dos expresiones españolas de lo más castizas.
Aquel territorio queja lejos y ni los musulmanes ni los judíos de aquí tienen culpa alguna de lo que allí está pasando, por lo cual parece de sentido común no enredarse más de la cuenta con asuntos que ponen la sensibilidad de algunas personas a flor de piel.
Es necesario que todos los melillenses permanezcamos unidos, como una piña, porque ya tenemos bastantes problemas aquí como para enfrentarnos por lo que pase a miles de kilómetros de distancia. Nos lo debemos a nosotros mismos.
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