El cuadro melillense recupera el factor cancha y se juega mañana la final.
El Club Melilla Baloncesto apabulló al Leyma Basquet Coruña en el cuarto encuentro de la semifinal del play off de ascenso a la Liga Endesa y recuperó el factor cancha al derrotar al cuadro coruñés por el resultado de 61-81. El equipo de Alejandro Alcoba no acusó la presión de verse al borde de la eliminación y actuar como visitante. Jugó un partido muy serio y fue, sobre todo en la segunda parte, un rodillo que abortó cualquier atisbo de reacción del equipo de Tito Díaz, que nada punto hacer ante el magnífico encuentro de cada uno de los componentes de la primera plantilla del equipo dirigido por Alejandro Alcoba que por momentos rayó la perfección sobre todo en su sistema defensivo, ya que fueron capaces de dejar a un equipo anotador como es Coruña en 61 puntos, cuando estaba promediando 85 en cada uno de los encuentros disputados.
El conjunto melillense, que nunca fue por más de dos puntos por detrás en el marcador, exhibió su potencial y su profundidad de banquillo ante un rival cuyo objetivo al inicio de liga era asegurar la permanencia, pero que terminó convertido en uno de los equipos revelación. Sus limitaciones en las rotaciones, el cansancio de una serie intensa tras disputar otra a cinco partidos contra el Breogán y los problemas físicos de jugadores como Stelzer, Hernández y Castro diezmaron al equipo coruñés, incapaz de dar réplica a la mejor versión de Melilla.
Muchos fueron los méritos que acumuló el equipo de la Ciudad Autónoma para llevarse el duelo de una manera incontestable. Estuvo centrado para superar el ambiente festivo de una afición que soñaba con dejar resuelta la serie sin tener que llegar al quinto partido. Supo sacrificarse en defensa y no perdió los nervios cuando el encuentro corría el riesgo de apretarse. Las defensas alternativas dispuestas por Alcoba complicaron mucho a su rival, incapaz, como el viernes, de encontrar el ritmo de partido que más le convenía.
Resultó también interesante la apuesta de Alcoba de dar la titularidad a cuatro jugadores diferentes con respecto al partido del 2-1. Sirvió para dar confianza a jugadores con menos minutos, para dar un toque de atención para que nadie se acomode y de paso para tener frescos a sus hombres en los minutos finales. Seguramente no esperaba una victoria tan plácida y ese objetivo de que jugadores como Sonseca, Edwards o Franch llegaran menos castigados al momento en el que se resuelven los partidos resultó irrelevante.
Porque el partido duró mucho menos que los 40 minutos oficiales. El último cuarto, que se inició con un 47-65, prácticamente sobró. Fueron minutos de la basura después de que el Melilla, que ganó todos los cuartos, dejara encarrilado el triunfo a la vuelta del intermedio, al que ya se había ido con una renta de diez puntos (33-43).
El inicio del tercer cuarto decidió el devenir del partido. El cuadro melillense, muy intenso en defensa, dejó sin anotar canastas en juego durante cinco minutos al equipo herculino, que se mantuvo vivo a flote de los tiros libres. Y fue golpeando, ataque tras ataque, a su rival, incapaz de frenar las variantes ofensivas del Melilla. Si Manzano no tenía opción de anotar, allí aparecía Gatell, que jugó un partidazo. Si Franch no veía aro, Suka-Umu mantenía los niveles de anotación. Suyos fueron los puntos que acabaron por romper el encuentro al final del tercer cuarto, aunque después del descanso siempre estuvo más cómodo el equipo visitante.
Las faltas de Olmos, que había anotado 9 de los 12 primeros puntos de su equipo, también ayudaron al Melilla a minimizar uno de los puntos fuertes de la escuadra naranja, que dio réplica sobre todo en el primer cuarto. Ahí, entre Olmos, Stelzer -que anotó sus únicos dos triples en ese periodo- y Burjanadze lograron mantener el encuentro parejo (20-22).
En el último de los cuartos, y pese a algunos errores en los tiros libres, el Melilla había demarrado de manera definitiva -(33-43 al descanso)- con reparto de responsabilidades en ataque y buenas defensas, llenas de energía y ayudas. Su calma para no irse nunca del partido acabó por hacer perder la paciencia al Leyma, que se precipitó en exceso, perdió muchos balones -17- y nunca pudo encontrar ni el ritmo ni el acierto en la anotación para hacer sufrir a los hombres de Alcoba.
Costó meter la primera canasta del último cuarto, obra de Gatell cuando ya se había disputado más de dos minutos. Fue el preludio de un 0-8 de parcial que dejaría el encuentro sentenciado a seis minutos para el final del mismo (47-70). Melilla Baloncesto había llevado el partido a su terreno y simplemente jugó con el tiempo para acabar imponiéndose por 61-81 y forzar el quinto y definitivo partido de la serie que se disputará este martes 17 de mayo a las 21.00 horas en el Javier Imbroda.
La afición del Coruña, a pesar de la dura derrota de su equipo, los despidió con una enorme ovación por el esfuerzo físico que están realizando cada uno de sus jugadores en los partidos disputados frente al cuadro del Club Melilla Baloncesto, uno de los favoritos al ascenso a la Liga ACB en la presente temporada regular.
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