Talher S.A., empresa líder en soluciones de paisajismo urbano y sostenibilidad, está encantada de presentar el magnífico jardín vertical impulsado por la Consejería de Medio Ambiente y Naturaleza en la calle Mariscal Sherlock, ubicada junto al acceso norte del icónico antiguo Mercado Central. Este emocionante proyecto, cuya instalación culminó a principios de agosto con la retirada del andamiaje, ha dado esta semana la bienvenida a los alumnos y alumnas del Conservatorio, en este nuevo comienzo del curso escolar.
El jardín vertical de Mariscal Sherlock es un oasis urbano, una verdadera "obra viva" de considerable altura que abarca una impresionante superficie de 166 metros cuadrados, superando en tamaño al exitoso jardín vertical instalado previamente en las escaleras del Sagrado Corazón.
Este proyecto es una muestra del compromiso de Talher con la sostenibilidad y la promoción de los espacios verdes, además de una prueba de la capacidad técnica de sus trabajadores y trabajadoras, quienes han superado incontables desafíos para conseguir que el jardín proyectado sea una realidad. No en vano, la obra ha requerido de la colaboración de hasta seis especialistas técnicos en disciplinas tan variadas como jardinería, fontanería o soldadura, entre otras. Hasta la propia ubicación, según afirma Jorge Ayala -encargado de Talher-, “presentaba desafíos únicos para la construcción”, ya que se encuentra en un callejón estrecho donde la maquinaria no puede maniobrar fácilmente, sobre un muro que no es completamente recto, lo que ha exigido una meticulosa planificación y la toma de medidas con precisión milimétrica.
Variedad de plantas
En cuanto a las especies seleccionadas para el jardín vertical, se ha optado por más de 5.000 plantas de bajo crecimiento, de tipo herbáceo, con variadas tonalidades de verde, que van instaladas en una malla Fitotextil®, siguiendo patrones estéticos muy diferentes a los del primer jardín. En este segundo proyecto, se ha seguido un patrón orgánico que huye de las formas geométricas que caracterizan a la propuesta de la primera ubicación, aunque se mantiene el “diálogo de contrastes en formas, texturas y volúmenes”, que conforman una propuesta paisajística inspirada en la naturaleza. “Hemos adaptado la selección de plantas para este entorno de sombra, considerando las limitadas horas de sol que recibe el callejón en comparación con nuestro primer jardín vertical”, afirma Jorge Ayala, quien además ha destacado la excepcional labor llevada a cabo por el equipo responsable de instalar el sistema de tratamiento previo del agua riego, que “ofrece una altísima calidad de agua, óptima para la salud de las plantas”, mejorando su expectativa de supervivencia y contribuyendo a que la obra perdure mucho más tiempo con un nivel muy bajo de mantenimiento. “Hablamos de una maquinaria de última generación que va más allá que una simple depuradora, ya que está dotada de un sistema de filtrado, descalcificación, decloración, desalinización por ósmosis inversa y dosificador de solución fertilizante”, insiste Jorge Ayala. Además, se completa con un sistema de control avanzado dotado de sensores que miden en tiempo real la temperatura, la humedad y la conductividad eléctrica, permitiendo una gestión precisa de los recursos y el ajuste del riego a las necesidades reales del jardín.
El personal de Talher, que hasta el momento no estaba familiarizado con este tipo de proyectos, ha demostrado una adaptación y una capacidad de respuesta excepcionales, culminando el trabajo dentro de los plazos establecidos y superando con solvencia todos los obstáculos que han ido apareciendo durante el desarrollo de la obra. “Estos desafíos, de hecho, se han convertido en un estímulo motivador para nuestro equipo, que ha disfrutado de hacer algo tan vistoso, diferente e innovador”, concluye Ayala.
Éxito de plantación
Una vez que ya han transcurrido varios meses desde la instalación del primer jardín vertical, ya se puede confirmar objetivamente el gran éxito en términos de implantación y mantenimiento de las plantas colocadas en las escaleras del Sagrado Corazón. Desde mayo, sólo se ha perdido un 2% de las plantas iniciales, una cifra notablemente baja en comparación con el promedio del 10% de pérdida que se espera en este tipo de proyectos.
“Aunque seguimos siendo prudentes, estas cifras del primer jardín nos llenan de optimismo con respecto al resultado del segundo. Las plantas han demostrado adaptarse a la perfección, mucho mejor de lo esperado”, afirman desde el equipo de jardinería.
Verdor, frescura y oxígeno
Además de su impacto estético, estos jardines desempeñan un papel esencial en la mejora de la calidad del aire urbano y la regulación de la temperatura, contribuyendo a la sostenibilidad ambiental y convirtiendo Melilla en una ciudad más amable y saludable para sus habitantes.
Esto se debe a que los jardines verticales tienen dos efectos directos sobre el ambiente: el primero de ellos es la regulación de la temperatura y la humedad, el segundo es la conversión del dióxido de carbono en oxígeno. Además de refrescar el ambiente y aplacar el efecto “isla de calor” -que puede incrementar hasta en 3ºC la temperatura en las ciudades-, estos jardines son auténticas depuradoras naturales de CO2. Cada metro cuadrado de jardín vertical puede absorber más de 2.3 kilogramos de dióxido de carbono (CO2) al año y producir 1.7 kilogramos de oxígeno (O2), lo que en este caso concreto se traduce en un saldo de aproximadamente 400Kg de CO2 absorbidos al año. Para entender mejor estas cifras, 400Kg de CO2 equivalen aproximadamente a lo que se produce al consumir 112.000 horas de luz, con lo que podría hacerse funcionar un frigorífico durante casi 25 años; “imaginemos que, en lugar de un par de jardines de 100 o 160 metros cuadrados, que en realidad ocupan una parte muy pequeña de la superficie verde de Melilla, nos decidiéramos a forrar la ciudad de estos tapices. En ese caso estaríamos hablando de convertir Melilla en un auténtico pulmón verde, eliminando de la ecuación el problema de la falta de suelo para zonas verdes”, afirman desde la dirección local de Talher.
La respuesta positiva de la población hacia los jardines verticales refuerza la idea de que estos proyectos han llegado a la ciudad para quedarse, y desde Talher se espera que los jardines verticales del Sagrado Corazón y Mariscal Sherlock se conviertan en un ejemplo vanguardista del compromiso de la empresa con la naturaleza y la sostenibilidad, en pleno corazón de nuestra ciudad.
Para terminar, una vez más, la empresa Talher S.A. y la Consejería de Medio Ambiente y Naturaleza, quieren hacer una mención especial a este gran equipo de trabajadores y trabajadoras por su iniciativa, compromiso, dedicación y proactividad, puesto que gracias a ellos/as es posible el desarrollo de todo tipo de proyectos.
Lo que esta empresa es capaz de hacer es una auténtica maravilla... Mira que a los de Talher les tiran con veneno muchas veces, pero si son capaces de que algo tan difícil salga palante, lo mismo habría que darle palmas mas a menudo! Ojalá los nuevos inquilinos del ayuntamiento metieran presupuesto en más de estos jardines colgantes... son muy bonitos y darían otro aire a nuestras calles
Espero que nadie del actual gobierno municipal se ponga la medalla .
El centro de una ciudad pequeña peatonal, prácticamente sin coches y protegida y ambientada por una serie de jardines verticales, seria como vivir en un lugar privilegiado de la selva negra en Alemania o Edenprimer de Krakatoa. ¡Ya era hora que los melillenses tuviéramos un lugar merecido por nuestra ajetreada historia! Pequeños restaurantes y cafeterías salas de música. Exposiciones no solo de pintura.. Pequeñas tiendas de ropa, cerámicas... ¡Melilla, aun te quedan muchas vidas que estrenar,,,,,! Entre Europa culta y...África milenaria,,,,Y el modernismo latente de tu corazón..