El Ingesa de Melilla pide calma en el pico de la sexta ola

El Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) ha tenido a bien enviar a los medios de comunicación un escrito en el que explica qué hacer en caso de dar positivo en coronavirus. Algo falla si después de casi dos años de pandemia los ciudadanos aún desconocen cómo funciona el sistema.

Lo hemos dicho muchas veces: la estrategia de comunicación ha fallado en estos años de covid. Prueba de ello es que este viernes se aprobaron nuevas medidas restrictivas en Melilla y se levantaron otras sin que encontremos una explicación razonable para ello.

Si en el pico de la sexta ola en Melilla se levantan las restricciones horarias a bares, restaurantes y locales de ocio, significa que esa medida ha sido arbitraria en otras circunstancias.

Si ahora, con tres muertos en 15 días, se permite el 100% del aforo en funerarias y lugares de culto, significa que en otro momento nos han quitado la posibilidad de despedir a un amigo o a un familiar arbitrariamente o nos han arrebatado el derecho a recibir apoyo espiritual en iglesias, mezquitas o sinagogas.

Si en estos momentos, con una incidencia acumulada en Melilla en los últimos catorce días de 2.846 casos por cada 100.000 habitantes (la normalidad está en menos de 20 casos por cada 100.000 habitantes) se puede llenar un teatro o la ceremonia religiosa de una boda, significa que cuando nos han restringido el aforo en estos casos nos estaban pisoteando derechos.

Los que nos explica este sábado el Ingesa, básicamente es muy simple: si usted no tiene un perfil de riesgo y está pasando el covid con síntomas leves o muy parecidos a la gripe de antes, quédese en su casa, páselo en silencio y no colapse las instituciones sanitarias. Sólo debe acudir a urgencias del Comarcal o de Alfonso XIII si considera que presenta síntomas graves. Significa que se está optando, en contra de los criterios de la Organización Mundial de la Salud, por gripalizar el coronavirus.

Por una parte, el Gobierno llama a la vacunación masiva y por otra dice que esto es una gripe. Si alguien no se ha vacunado nunca contra la gripe, por qué debería vacunarse ahora contra el covid. En resumen: desde el Ejecutivo central están llegando a la ciudadanía mensajes contradictorios que alimentan la desconfianza de los ciudadanos.

Visto desde esta perspectiva, se entiende por qué muere tanta gente en España por covid. Ante una infección que puede ser mortal, como es el caso coronavirus, no se puede recomendar a los pacientes que pagan sus impuestos religiosamente, que tengan calma y se queden en casa hasta que consideren ellos solitos que su situación es complicada.

Los positivos en covid en esta sexta ola están sufriendo las consecuencias de la escasa inversión en sanidad y en personal sanitario. Los médicos ya no dan más de sí y el Ingesa, lejos de hablar de más inversiones para reforzar el sistema, pide a los ciudadanos que se queden en su casa; que se olviden de lo que han pagado a Hacienda y que no colapsen sus maltrechos recursos.

Si usted tiene covid y escribe a su centro de salud un mail, le responderán el mismo día diciéndole que se espere a que le llamen los rastreadores. Esa llamada llega inmediatamente, pero no para preguntar quiénes han tenido contacto estrecho con usted sino para interesarse por la gravedad de sus síntomas.

No pida una PCR en Melilla para confirmar su contagio una vez confinado en casa con un familiar contagiado  porque no lo conseguirá ni siquiera por la sanidad privada. ¡Sorpresa! También está desbordada. Si tiene síntomas leves o es asintomático, no conseguirá probar su infección con recursos públicos. Tendrá que rascarse el bolsillo.

Ya hemos visto recursos como el laboratorio covid, que se han puesto desde este 13 de enero única y exclusivamente en función de los mayores de 65 años de la misma manera que en la primera ola de la pandemia en España, en muchas comunidades se elegía, en función de la edad, a quién se le daba una cama UCI  o un respirador y a quién no.

La gestión de la pandemia ha sido nefasta en España. Pero en Melilla partíamos de recursos muy precarios. ¿Cuántos años hacen falta para terminar el Hospital Universitario? El año pasado ni siquiera se completaron las inversiones comprometidas en las obras de esta infraestructura. Y todavía tenemos que escuchar a la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, recitarnos el rosario de inversiones que han llegado desde Madrid.

No digo que mienta, sólo digo que entre esas inversiones ni están ni se les espera las que de verdad necesitamos en Melilla: las del nuevo hospital o las del contrato marítimo.

La mayoría de los españoles nos hemos enfrentado a la improvisación del Gobierno de Pedro Sánchez y los comunistas de Podemos. ¿Os acordáis cuando nos decían que la mascarilla no era importante? ¿Os acordáis cuando íbamos al supermercado o al trabajo con guantes de látex en los primeros días de la pandemia?

¿Qué obliga a una persona a mantenerse en confinamiento si no tiene una PCR que le confirme que está infectada? ¿Cómo sabe qué se ha contagiado o no de covid? ¿Cómo sabe cuándo debe reincorporarse de forma segura a su trabajo? ¿Cómo tramita la baja?

Los ciudadanos que nunca hacen uso de los recursos sanitarios públicos, pese a pagar puntualmente sus impuestos, merecen que en un momento de inseguridad en el que no saben si están o no contagiados de covid los servicios públicos funcionen. En Melilla les dan la espalda y además les piden calma.