El Gobierno melillense que preside Juan José Imbroda se somete hoy viernes al control de la oposición en un Pleno que se iniciará a las nueve y media de la mañana, y que promete tener más de un encontronazo en el debate político, fundamentalmente en el caso de Somos Melilla por cuanto que Amín Azmani vuelve a hacer hincapié en cuestiones que ya han pasado por ese foro y que, como se prevé para hoy, ya fueron polémicas. Se trata del asunto de los contratos que realiza la Ciudad Autónoma, esta vez por asegurar que el Gobierno "tiene por bandera la ineficiencia en la gestión de los fondos públicos", algo que es un mantra en este grupo minúsculo de la Asamblea (solo tiene un diputado) y que sabe perfectamente que va a causar polémica. Quizás ese es precisamente el objetivo de Azmani: provocar a los miembros del Ejecutivo para posteriormente victimizarse cuando estos reaccionan y recuerdan algún que otro episodio relacionado con el líder de la organización localista. En realidad, poco tiene que ver la interpelación de Somos Melilla con otras cuestiones que ha venido denunciando últimamente, como el estado de la Cañada de Hidum, por poner algún ejemplo concreto. Los socialistas se centran, por su parte, en dos materias que ya gestionaron en el anterior Gobierno y ambas bajo los auspicios de la que ahora es portavoz del grupo tras la renuncia al escaño de Gloria Rojas. Elena Fernández Treviño insiste en criticar lo que considera baja actividad cultural y de ocio para el verano, además de meterse contra la falta de aire acondicionado en el Kursaal o el mal estado del auditorio Carvajal. El caso es que ambas instalaciones estuvieron entre sus competencias directas y en ninguno de los dos casos solucionó absolutamente nada. Otro tema es el de las ludotecas. Habrá que ver qué va a pasar con ellas porque son un elemento muy importante en las ayudas al estudio de menores en situación de vulnerabilidad y, al mismo tiempo, cumplen una importante labor de cara a los adultos. En definitiva, se trata básicamente de aguardar a los nuevos contratos de empresas que se encargan de dar esos servicios y de que, efectivamente, cumplan con las obligaciones que impone la ley de cara a sus empleados. La limpieza pública y el mal estado de muchos contenedores de basuras por toda la ciudad será otra de las cuestiones que salgan a relucir en la sesión de control, esta vez de la mano del grupo de Vox, que también pide que haya mayor organización en el calendario para las reuniones que deben celebrar las comisiones informativas, auténticos motores de buena parte de las decisiones que se adoptan en el seno de la Ciudad Autónoma y, en consecuencia, con afectación directa a los ciudadanos. Y por último, Coalición por Melilla vuelve por sus fueros con el discurso contra la pobreza que viene utilizando desde su propia concepción como partido político local. Las diferencias de rentas entre barrios, la falta de cohesión social, la ausencia de oportunidades iguales para todos los melillenses, serán objeto de análisis en el Pleno junto con el problema de los planes de empleo de la Delegación del Gobierno, que siguen sin ponerse en marcha a pesar de que debían haber salido adelante en los primeros meses de este año 2024.