Medio ambiente

El gecko que 'resucitó'

El gecko crestado (correlophus ciliatus) es un pequeño reptil de Nueva Caledonia, una pequeña isla situada frente a la costa de Australia. Su hábitat es el bosque subtropical. Además de tener un pequeño aspecto amigable y muy original, tiene una historia todavía más singular.

Fue descrito por primera vez en 1866 por el zoólogo francés Alphone Guichenot en un artículo científico, pero había muy pocos datos al respecto. Se hicieron posteriormente varias expediciones en busca de este gecko, pero sin éxito. Años más tarde se les consideró extintos, ya que no se pudo hacer un recuento de más especímenes donde antaño se habían visto. No fue hasta 1994 que un grupo de herpetólogos redescubrió el gecko crestado, junto al gecko gárgola (Rhacodactylus auriculatus) en otra isla diferente, la Isla de los Pinos, resucitando así dos especies que se habían dado por perdidas hasta hace menos de 30 años.

Características

Puede llegar a vivir hasta 10 años en libertad, en cautividad bastante más, ya que aún existen algunos ejemplares que se capturaron en 1994. Mide unos 25 cm aproximadamente en estado adulto incluyendo la cola y lo más llamativo de este pequeño animal es que tiene “pestañas” y una cresta blanda que recorre los lados de la triangular cabeza y los lados del cuello. En algunos ejemplares esta cresta puede llegar hasta la parte inferior de la espalda.

Al igual que muchos reptiles, no tiene párpado sino una escama transparente llamada espéculo que mantiene húmedos los ojos y con su lengua retira la suciedad que pudiera haber en la escama. Hay algunas especies de geckos a lo largo del mundo que pueden emitir sonidos, es el caso del Correlophus ciliatus, que tiene un abanico de sonidos bastante peculiares. Cuando son jóvenes mudan la piel una vez a la semana aproximadamente y según van creciendo se va espaciando la muda, de manera que cuando es totalmente adulto puede mudar la piel cada uno o dos meses. Se come su propia muda como ocurre con el resto de geckos.

Tienen una gran variedad de colores y patrones en libertad. En cautividad aumenta considerablemente esta variedad física. Los colores actualmente pueden ser marrones, amarillos, grises y la variedad de patrones sobre todo de la espalda y la cola abarca jaspeados, formas en zigzag, manchas dispersas, etc. Este saurio puede cambiar de color conforme va creciendo debido al proceso de muda y como respuesta a las características del entorno. Con la cría en cautividad de estos animales se busca sacar colores y patrones totalmente diferentes a los que ya se conocen, como el aspecto de “dálmata”, consistente en fondo claro con puntos negros por todo el cuerpo. A veces la búsqueda de otros colores y patrones para la venta de ejemplares, prioriza el físico en detrimento de la salud del animal, tristemente es algo muy habitual en la terrariofilia de muchos países, incluyendo España.

Alimentación y hábitos

Este pequeño gecko es de hábitos crepusculares y nocturnos, lo que significa que durante el día, las horas de luz, se retira a descansar y su actividad comienza cuando se va acercando la noche. Es un gecko arborícola, quiere decir que vive en los árboles aunque no suele subir a más de 2 o 3 metros de altura. Es un gran saltador, se ayuda de su cola semi prensil y de las membranas de sus dedos para agarrarse a las ramas, a los troncos y a las hojas de los árboles entre los que se mueve. A veces tarda en hilar dos saltos seguidos, pero nada le impide hacer grandes desplazamientos en salto respecto a su pequeño tamaño. Una curiosidad sobre el Correlophus ciliatus es que puede perder su cola, ya sea por depredación, por enganche con una rama o como método defensivo desprendiéndose de ella, pero su cola a diferencia de otros geckos no se regenera, se le cura la zona y aparece un pequeño “muñón” para el resto de su vida, lo que puede significar que su agilidad se vea mermada en cierta medida. Su alimentación es muy variada y oportunista, aprovecha mucho de lo que se encuentra para comer, desde pequeños invertebrados, el néctar de las flores o incluso distintas variedades de fruta, por lo que se cataloga como un reptil omnívoro. En cautividad se ha podido observar que son bastante territoriales, tanto las hembras como los machos, pudiendo incluso llegar a a pelearse para defender su zona.

 

Disformismo sexual y reproducción

Se ha visto cierta agresividad en este animal a la hora de reproducirse, ya que el macho tiene que morder a la hembra para poder sujetarla y montarla, por este motivo es muy habitual ver heridas postcópula en las hembras.

Las hembras descienden al suelo para enterrar los huevos y las puestas se componen de hasta dos huevos como máximo. Las crías son de un tamaño bastante pequeño, unos 3 cm y suelen pesar 2-3 gramos. Existe dimorfismo sexual entre las hembras y los machos en estado adulto. En los machos en la base de la cola podemos observar la zona abultada por la presencia de los hemipenes, mientras que en las hembras no.

También los machos suelen ser más grandes que las hembras, pero este dato no suele ser muy fiable porque intervienen otros factores que pueden afectar al tamaño, como la genética, la alimentación en fase de desarrollo, etc. También debemos observar el interior las patas traseras, porque los machos presentan una especie de “poros” llamados poros femorales.

No obstante, respecto a la reproducción en libertad de esta especie se tiene poca información en comparación a la cría en cautividad, ya que a día de hoy es uno de los reptiles exóticos más demandados en la iniciación de la terrariofilia, por su bajo nivel de dificultad en mantenimiento del animal y también por el escaso coste mensual en comparación a otras especies de reptiles. Las líneas mundiales de reproducción de estos animales vienen de los ejemplares capturados antaño para su estudio por parte de biólogos. Actualmente está prohibida la exportación desde Nueva Caledonia de Correlophus ciliatus por su estado de conservación.

 

Estado de conservación

Actualmente esta especie está clasificada como VU (vulnerable) por la UICN (La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) siendo su principal amenaza la introducción de la pequeña hormiga de fuego Wasmannia auropunctata, una especie de hormiga invasora que forma supercolonias. Compiten directamente con estos geckos porque comparten las presas de las que se alimentan, además de que estas hormigas depredan también a estos pequeños geckos. También son presa y vecinos de uno de los geckos más grandes del mundo, el Rhacodactylus leachianus.

 

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