Juan Carlos Fernández
La Ciudad Autónoma ha inaugurado esta tarde el Belén del Foso del Hornabeque.
El espíritu navideño ya está en el ambiente y han sido centenares los ciudadanos que se han acercado hasta este punto de Melilla la Vieja para contemplar este icono local.
Poco después de las 19:00 horas, dos jóvenes se encargaban de cortar la cinta inaugural que hizo acceder a una multitud de vecinos.
Y es que no paraba de entrar gente al Foso del Hornabeque, deseosa de ver la representación de este año. Muchos se pararon a degustar el pan que repartían en uno de los puestos, otros sin embargo inmortalizaban este escenario, cargado de gran belleza, representante de la Navidad melillense. No en vano, se trata del Belén más grande de España en el norte de África y uno de los nacimientos más grandes de toda la Unión Europea.
Este acto ha contado con la presencia del Gobierno local en pleno, encabezado por el presidente en funciones de la Ciudad Autónoma, Miguel Marín, aunque también se encontraban el presidente de la Fundación Melilla Ciudad Monumental, Francisco Díaz y el vicario Episcopal, Eduardo Resa, quien se encargó de la tradicional bendición del nacimiento.
Resa deseó que es este 2025, año santo en la iglesia católica, todos los ciudadanos sean "peregrinos de esperanza". El vicario procedió a bendecir tanto al nacimiento como a los presentes, mientras se pedía a Dios que protegiera a nuestra ciudad.
En declaraciones a los medios, el presidente en funciones aprovechó para invitar tanto a melillenses como a foráneos a disfrutar de un espectáculo único.
"Es difícil encontrar un espacio similar a este. Una reproducción magnífica con todos los detalles. Todos deberíamos estar orgullosos de este activo".
En este sentido, destacó a este Belén como un elemento, localizado en un marco inigualable, cuya difusión calificó como necesaria, no sólo a nivel nacional sino también internacional.
Por otro lado, el presidente en funciones deseó a los ciudadanos sus mejores deseos de cara a las fiestas navideñas, a la vez que los animó a acudir a un "punto de encuentro" para vivir la Navidad.
El Belén del Foso del Hornabeque se ha habilitado en un espacio de 1.400 metros cuadrados. Pese a haberse aprovechado una gran parte del material de años anteriores, se han habilitado nuevos espacios y se han trasladado diferentes escenarios, buscando que el espectador adquiera nuevas sensaciones.
Además, este año se han introducido nuevas mecanizaciones como recorridos de agua para hacer de la representación un escenario vivo.
La inversión del nacimiento ha sido de en torno a 100.000 euros y decenas de trabajadores, entre artistas y encargados del montaje han hecho que todo salga a la perfección.
Javier Martínez, responsable de la empresa adjudicataria del Belén, Martimaniac Producciones, ensalzó la labor de los técnicos y el trabajo artístico, afirmando que varios ciudadanos no distinguieron las piedras auténticas de la muralla de las de la escenografía.
Martínez dijo que este Belén no deja de ser un "icono único de la Navidad melillense".
La empresa Martimaniac lleva más de 15 años encargándose del montaje de los belenes de la ciudad. un trabajo que Martínez ensalzó como algo artístico a la par que técnico.
"Tenemos mucho amor por este Belén y espero que se haya podido transmitir y que los melillenses lo disfruten".
La inauguración ha tenido lugar en una jornada de carácter especial, como es el día de la Inmaculada Concepción. Y es que en días previos, Francisco Díaz ya anunció que el Belén se inaugurará siempre cada 8 de diciembre.
Por lo pronto, melillenses y foráneos tendrán hasta el 7 de enero para visitar este espacio único.
La primera celebración navideña en la que se montó una representación del nacimiento de Jesucristo tuvo lugar en la Nochebuena del año 1223, realizado por San Francisco de Asís, en una cueva próxima a la ermita de Greccio (Italia). La escena del nacimiento de Cristo no fue representada con figuritas y miniaturas de objetos cotidianos, como se lleva a cabo actualmente, ni con personas, aunque para la ocasión San Francisco sí utilizó animales.
A partir del siglo XIV, el montaje de los belenes por Navidad se consolidó como tradición en la península itálica y fue pasando al resto de Europa, al principio como práctica eclesiástica, posteriormente aristocrática y finalmente popular.
Sucedió de esta forma en España, ya que cuando, a mediados del siglo XVIII el rey de Carlos VII de Nápoles pasó a ser rey de España, promovió (junto a su esposa, María Amalia de Sajonia) la difusión de los nacimientos entre la aristocracia española, llegando posteriormente a la práctica popular en toda España, así como en América.
En la actualidad, esta tradición se materializa en diversos países de todo el mundo. Pese a su carácter católico, esta también ha traspasado a las diferentes iglesias ortodoxas.
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