Los comerciantes creen que los tornos colocados para el control de entradas dificultarán la situación l Aseguran que el paso hacia el país vecino es “peligroso” cuando hay aglomeraciones de personas
Los empresarios de la zona de Beni Enzar quisieron mostrar ayer a los medios de comunicación los problemas que se encuentran las personas que pasan diariamente desde nuestra ciudad a Marruecos. El paso fronterizo de Beni Enzar estaba tranquilo. Los viernes no hay paso de mercancía al país vecino y la entrada a la frontera estaba prácticamente desierta, una imagen que poco tiene que ver con la que se puede ver en cualquier otra jornada.
Los comerciantes tacharon la situación del paso de “peligrosa e inhumana”. Un carril, separado por unas vallas, diferencia a los peatones que pasan con mercancías, de los que no llevan nada. Ayer el tránsito era sencillo, cuando cientos de personas se agolpan para entrar, la situación es muy distinta.
Los metros que separan las puertas de entrada del control de Policía, indicaron los empresarios, se hacen eternos para los clientes que acuden a sus comercios a comprar. Los miembros de Acsemel señalaron que la situación, en algunas ocasiones, resulta incluso peligrosa.
Mientras los empresarios mostraban metro a metro, sin que ningún agente de seguridad lo impidiera, cómo se llega de un punto a otro del lado español del paso fronterizo, los operarios ultimaban los detalles de las obras de mejora de la frontera.
Al final del largo pasillo, uno de los nuevos tornos instalados para controlar el paso, que por el momento, sólo conduce a una parte de la valla metálica que separa nuestro país del reino alauí. Los propietarios de las tiendas se encargaron de entrar a través de los barrotes para demostrar, según ellos, que será muy complicado para un porteador pasar con su mercancía a través de estas ‘puertas’. También criticaron los problemas de accesibilidad para personas con algún tipo de discapacidad. No obstante, este tipo de infraestructura es la misma que funciona ya en otros pasos fronterizos de la ciudad, como el de Barrio Chino, por el que atraviesan la mayoría de los porteadores.
Al lado del torno, por el pasillo que aún continúa sirviendo de zona de paso hacia la ‘tierra de nadie’ los agentes de Policía se encargaban de controlar que el tránsito fuera tranquilo. En la zona entrar Marruecos y España, comenzaba el bullicio.
Las obras de la frontera estarán terminadas, si se cumplen los plazos que ha dado hace pocos días el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, la próxima semana. Entonces será el momento de comprobar si la mejora no sirve para nada, como temen los comerciantes, o supone un antes y un después en el tráfico fronterizo de nuestra ciudad, como esperan las autoridades.
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