Los comerciantes de la Zona del Rastro de Melilla afirman que el comercio en su zona se ha visto muy afectado.
Demandan, de forma generalizada, que los gobiernos se tienen que poner de acuerdo de una vez para restaurar el Régimen de Viajeros en la frontera de Beni Ensar y con eso ya se podría generar un repunte significativo del comercio en la zona. En año y medio, más o menos, con esta medida piensan que los negocios “serían sostenibles sin grandes beneficios pero también sin pérdidas”.
No obstante, también reclaman que no se vean discriminados con respecto a otras zonas como la Zona Centro. Las medidas que ponga la Ciudad Autónoma de beneficios a los comerciantes en la zona del centro de la ciudad, también deberían de extenderse al Rastro, ya que es una área muy típica de Melilla y los ciudadanos la visitan más de lo que se supone.
Sin embargo, afirman todos los comerciantes con rotundidad que han sido las obras de peatonalización las que han terminado de destrozar el comercio del Rastro.
Los comerciantes señalan que las obras han tardado en realizarse entre año y medio y dos años, con lo que han hecho casi inaccesible que los viandantes se acercasen a sus tiendas, “nuestros clientes pasaban incluso por encima de terreras con vallas y eso, durante meses y meses”.
Los comerciantes inciden en que al terminar las obras han desviado la ruta anterior del acceso con vehículos a la zona. Acceso que se ha visto excesivamente limitado, igual que el aparcamiento. Según los pequeños empresarios ambas cosas han sido determinantes.
La caída de beneficios en los comercios del Rastro es semejante a la indicada por los comerciantes de la Calle General Marina, ya que las perdidas que han padecido los comerciantes del citado lugar han sido entre el setenta y el ochenta por ciento.
Algunos comerciantes también afirman que la subida de los precios de las mercancías ha sido muy significativa y ha contribuido a la bajada de ventas y por consiguiente, de beneficios para los comerciantes de la zona.
Según éstos, las medidas que ayudarían a solventar el problema serían una bajada significativa del Ipsi, una bajada significativa en los portes de las mercancías, ya que “éstas ahora no vienen directamente de Nador, sino que proceden de la Península” y un gran aumento de aparcamientos gratuito en la zona o muy cercano a la misma. “Por que todos sabemos lo que pasa en Melilla. A los melillenses nos gusta ir a comprar en coche, aunque el comercio esté a trescientos metros de casa”.
Por otra parte, algunos comerciantes y a modo puntual, indican que antes se dejaba poner en el suelo de la cuesta situada frente a la rotonda del Rastro a algunos vendedores procedentes de Marruecos que traían frutas y verduras frescas del país vecino, por lo que muchos melillenses preferían comprar casi a diario o con mucha regularidad en el Rastro este tipo de productos antes que aguantar la cola en la frontera una vez a la semana, aunque vendan diez o quince céntimos más el kilo de fruta o verdura. “Eran un reclamo que atraía a gente y ya de paso compraban los complementos para la casa y la carne y otras cosas de la que nos beneficiábamos todos…¡Pues también lo prohibieron! Así son las cosas.”
No cabe la menor duda de que ningún comerciante se ha visto beneficiado de las obras que ha realizado la Ciudad Autónoma en esta zona comercial tan típica y añeja de nuestra ciudad.