El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla “intentará contratar” un nuevo vigilante por las mañanas ante la previsión de que no baje de 800 el número de acogidos.
El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla se ha comprometido a “intentar reforzar” la plantilla de guardias de seguridad que vigilan sus instalaciones, previendo que el número de personas acogidas no baje de 800 en los próximos meses.
Ese refuerzo del personal se plantea, según las fuentes a las que ha tenido acceso El Faro, porque la saturación del CETI, que se pensaba que iba a ser excepcional, ha pasado a ser habitual aunque continúan los traslados a la península.
Hay que recordar que el Centro de Estancia Temporal de Melilla tiene capacidad para 470 personas, pero con las avalanchas masivas por la valla que tuvieron lugar el mes pasado ha llegado incluso casi a duplicar el número de inmigrantes alojados.
Para afrontar la saturación crónica que vive el CETI, la Dirección ha llegado a un acuerdo con los vigilantes de seguridad y les ha prometido que “intentará contratar” al menos un nuevo vigilante para los turnos de mañana.
En cuanto se haga realidad el refuerzo, habrá ocho vigilantes por las mañanas y nueve por la tarde (actualmente hay sólo siete en horario matutino).
La Dirección del CETI quiere que la vigilancia del centro sea más eficaz, teniendo en cuenta que a diario se dan problemas de convivencia entre los cerca de 800 inmigrantes acogidos.
La mayoría de las discusiones “diarias” que se dan en las instalaciones, comentan las mismas fuentes, son provocadas por mujeres, que a veces se pelean entre ellas por nimiedades como pensar que una mediadora trata mejor a una que a otra o que a una le cambian las sábanas antes que a otra. Lo peor, explican es que, como casi todas tienen pareja, son los hombres los que terminan interviniendo en una discusión que en ocasiones acaba convirtiéndose en pelea y alguna vez hasta en batalla campal.
Vigilantes del centro consideran que el horario de las cenas es el más conflictivo del CETI porque a esa hora siempre están casi todos en el centro. “Muchos no van a comer al mediodía al trabajar de aparcacoches, pero por la noche están todos”, aclaran las mismas fuentes.
Lo que se busca con el contrato de un nuevo vigilante de seguridad es que los agentes puedan reaccionar a tiempo ante un altercado porque con la plantilla actual están todos diseminados por el CETI. “Uno vigila la enfermería, otro los colegios, otro los comedores... y si se monta una bronca, no tenemos capacidad de reacción”, recalcan a El Faro.
Hay que recordar que a finales de agosto pasado una pelea en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla se saldó con un vigilante de seguridad, dos subsaharianos y un niño argelino heridos. También se decretó la expulsión del centro de veinte personas que participaron en una revuelta.
Aunque desde la Delegación del Gobierno se ha insistido en que la convivencia es buena en el CETI, lo cierto es que a diario se producen discusiones y roces porque en este centro conviven personas de varios países y diferentes culturas y las habitaciones no están concebidas para rozar el doble de su capacidad.
Según ha podido saber El Faro, la mayoría de los enfrentamientos se da entre inmigrantes argelinos y subsaharianos, que ya son mayoría en el CETI.
Denunciado por la Defensora
La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, denunció a finales de febrero pasado la situación de “hacinamiento” que se vivía en los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla y Ceuta e insistió en que “los módulos habilitados como dormitorios no reúnen los requisitos necesarios para servir como alojamiento residencial” a los inmigrantes.
En el informe anual que presenta la institución, Becerril advirtió de que la “sobreocupación” de las instalaciones “no puede calificarse de puntual” y sentenció que, “a pesar de haberse reducido el tiempo de estancia media de los residentes, éste continúa siendo demasiado elevado”.
En este punto habría que tener en cuenta que ante la llegada masiva de inmigrantes, el CETI de Melilla se decantó por solicitar tiendas de campaña y literas al Ejército para poder alojar a todas las personas que entran en la ciudad de forma ilegal.
Para sostener todo el gasto que implica el CETI de la ciudad, la Secretaría General de Estado de Inmigración cuenta con que a partir del año que viene la Unión Europea ayude a confinanciar el mantenimiento de un centro en el que actualmente se invierten 1,6 millones en la elaboración de las comidas; 559.567 euros en la limpieza y lavandería y 2,2 millones, en la vigilancia y seguridad.
Piden a Madrid que resuelva el caso Serramar
La Dirección del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla (CETI) comentó la semana pasada a sus vigilantes de seguridad que ha solicitado a Madrid que resuelva de una vez el problema de los retrasos en el pago de los salarios de los trabajadores de Serramar.
Así lo explicó el director del CETI, Carlos Moreno, a los 16 vigilantes del centro en el transcurso de reunión organizada para intentar que la seguridad en sus instalaciones sea más eficiente.
Aunque esta semana que termina estaba previsto que los responsables de Serramar tuvieran un encuentro con los representantes de los trabajadores que la empresa tiene en el CETI, La Casa del Mar, el Centro Base del Imserso y el Centro de Día de Melilla, finalmente esa cita no se produjo porque los dueños de Serramar “no aparecieron”, según afirmaron fuentes sindicales.
El Faro ha podido saber que trabajadores de Serramar en Cataluña, siguiendo el ejemplo de los vigilantes de Melilla, han denunciado a la empresa ante la Inspección de Trabajo porque se dan cuenta de que tras el ‘pataleo’ de Melilla, la empresa ha accedido a agilizar los pagos y poner casi al día el abono de las nóminas en la ciudad.
No cuentan con que en el conflicto de Melilla la Dirección del CETI ha jugado un papel importante porque ha llegado incluso a mediar entre la empresa y el Ministerio de Empleo para agilizar el pago de las supuestas deudas a las que se agarraba Serramar para justificar el retraso en los pagos de los salarios de sus trabajadores. Esas deudas ya han sido saldadas.
El Ministerio retoca el contrato para ofrecer hasta 671 comidas en el CETI
La Subdirección General de Administración Financiera del Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha decidido modificar los pliegos de condiciones del concurso público que salió el 1 de este mes para adjudicar el servicio de elaboración y reparto de comidas para los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla y Ceuta.
La modificación publicada el pasado jueves en el Boletín Oficial del Estado se debe a que el Ministerio ha advertido “errores” en los pliegos de condiciones. En el caso de Melilla especifican que los adjudicatarios deberán elaborar comidas para 671 personas, pese a que el CETI local tiene capacidad para 470 inmigrantes.
Se mantiene la cláusula que sólo permite concursar a empresas que facturan más de 600.000 euros al año, lo que cierra las puertas a las pequeñas y medianas sociedades del sector de la hostelería local.
El contrato de comidas para el CETI local continúa fijado en 1,6 millones de euros, algo más que el año pasado (1,3 millones) y exige, como de costumbre, que la comida que se oferte en el centro sea de “primera calidad”.
El pliego de condiciones exige que los menús que se oferten en el CETI sean “equilibrados, variados, con un gusto agradable y un aporte calórico suficiente”.
Pero, sobre todo, que los platos estén confeccionados “con artículos de calidad”. Eso significa que la carne de “vacuno, ternera, novillo, pollo o cordero sea todo de primera calidad” y tengan el certificado de “carne sacrificada por el rito halal”.
El pescado deberá ser fresco en temporada o “congelado de primera calidad”. La fruta y la verdura, también frescas “o excepcionalmente en conserva de primera calidad”, la leche y los lácteos, enteros; los huevos, frescos “y de buena calidad”, la charcutería “de calidad contrastada”, sopas y cremas “siempre naturales” y el arroz “de calidad contrastada”.
De forma orientativa, el Ministerio de Empleo recomienda varios menús tipo. Entre ellos uno de comida que incluya de primero un potaje de garbanzos; de segundo pescado a la plancha con ensalada de tomate y ajo y de postre un yogur o una pieza de fruta.
Para la cena, sugiere un ‘empedrado’ y de segundo nugets de pollo con champiñones al ajillo, acompañados de arroz al vapor.
Para el desayuno, el contratante aconseja café con leche o leche sola, un zumo, infusiones, cacao, dos bollos de pan, una tarrina de mermelada, otra de mantequilla, otra con quesito y una pieza de bollería.
Número de comensales
El Ministerio cuenta con fluctuaciones al alza o a la baja
El contrato de comidas del CETI estima el número medio de comensales en 671 si bien advierte de que este número puede oscilar “a la baja o al alza” dependiendo de la ocupación del centro, de la época del año o de las actividades de los residentes fuera del centro.
Reparto de comidas
Raciones “individuales y suficientes”
El pliego advierte a las empresas que concursen de que las raciones que se sirvan a los inmigrantes deberán ser “individuales y suficientes” para satisfacer sus necesidades.
Empleos
Deberá contratarse a 25 personas
La adjudicataria del servicio de comidas del CETI deberá contratar a 25 personas. De ellas, 12 ayudantes de cocina y tres cocineros a jornada completa, un jefe de cocina, tres auxiliares de comedor, tres freganchines, un oficial de mantenimiento y un encargado.
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