Algo más de tres meses. Ese es el tiempo que han estado Mustafa Hamed y Mimi Mohamed al frente del bar del Centro Hijos de Melilla. Ya han anunciado que se marchan este fin de semana, por lo que, a partir del lunes, el Centro deberá buscarse otro regente para el bar.
El motivo de su marcha es que no les salen las cuentas entre los sueldos y la Seguridad Social de los trabajadores al precio al que se venden los productos en la asociación pese a que el presidente de la entidad, Feliciano Palomo, ha recordado que ya se subieron porque, indudablemente, la mercancía está más cara debido a los efectos provocados por la guerra de Ucrania en cuanto al incremento del precio del combustible. En cualquier caso, Palomo ha anotado que deben dejar los precios por debajo de lo que suelen costar los productos en otros establecimientos, porque, si no, carece de sentido tener una asociación.
De hecho, durante el verano prácticamente lo que han hecho ha sido cubrir gastos –dado que, pese a que el alquiler es gratuito, habían aumentado el número de trabajadores-, pero sin beneficios, por lo que no les merecía la pena continuar y ahora han decidido buscarse otro trabajo, aunque, por el momento, no tienen nada a la vista.
Palomo asegura que tiene un par de candidatos que parecen interesados en llevar el bar, pero le gustaría que se presentara alguno más, porque “mejor cuanta más gente haya”. Él espera que el próximo regente le dé “seguridad” de que el bar estará abierto más tiempo, aunque, más allá de exigir en el contrato que los trabajadores estén dados de alta en la Seguridad Social y todo esté en regla, no va a exigirle a la persona elegida que esté un mínimo de tiempo al frente del negocio. Le hará un contrato de un año, como suele hacer desde que está en el cargo de presidente del Centro.
Si, una vez transcurrido ese tiempo, la persona en cuestión no quiere seguir, a Palomo no le resulta un problema, pero lo que argumenta es que no puede estar “licitando cada tres o cuatro meses”.
Pronto, además, llegan las Navidades, que es una de las épocas en las que el Centro Hijos de Melilla tiene mayor afluencia, por lo que espera no encontrarse con este problema nuevamente entonces.
Preguntado sobre si ha pensado no contratar a nadie para el bar y que sean los socios quienes se lleven su propia comida y bebida, como pasó desde que se marcharon los anteriores regentes hasta que llegaron Mustafa Hamed y Mimi Mohamed, Palomo no cree que sea factible, o aconsejable, en una asociación como esta, donde lo que los socios necesitan precisamente es un servicio mientras juegan sus partidas de cartas o de dominó.
A la persona que resulte elegida para llevar el bar, Palomo tampoco le cobrará alquiler, sino que sólo le exigirá “que mire por el local y por el Centro”.
La marcha de los regentes se produce poco después de que el presidente del Centro anunciara que, si no reciben pronto la subvención de la Ciudad Autónoma –que no han obtenido los dos últimos años-, a la asociación le quedan unos meses de vida, posiblemente hasta después de Navidad.
Sin embargo, parece que la sangre no llegará al río, dado que Palomo ya ha estado hablando con la viceconsejera de Movimiento Participativo, Nassera Al-Lal, quien fue, según él, “muy educada y muy amable” y lo tranquilizó diciéndole que los iba a ayudar en todo lo que pudiera, ya que, después de más de 60 años abierto, no pueden dejar el Centro “hundirse”.
“Tienen que hacer algo, lo que sea, por ello. Yo ya he dicho que no puedo más, en el sentido de que, si no hay subvenciones, no hay dios que mantenga esto”, explica Palomo, quien recuerda el alto precio del alquiler del local y las bajas cuotas que pagan los socios.
También está pendiente el presidente del Centro de las ayudas para el mayor que ha publicado la Ciudad para echar la solicitud.
Mientras tanto, Palomo ha vuelto a lanzar un “SOS” e insiste en que se puede mantener el Centro durante unos meses hasta recibir la subvención, pero no más. De hecho, ha recordado que ni siquiera celebraron el Día de Melilla –una de las fiestas junto al Día del Padre, el Día de la Madre, la Romería y Navidad- porque la opción era celebrarlo y cerrar el próximo mes o no celebrarlo y aguantar, al menos, hasta fin de año. “Cinco meses como mucho”, asegura, tras lamentar por sus socios no haber podido celebrar este día tan especial.
En cualquier caso, Palomo, quien lleva diez años al frente del Centro, está “seguro”, tras la reunión con la viceconsejera, de que la Ciudad Autónoma “no va a dejar caer el Centro”.
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