El Carrillo: Isabel Migallón: “Debemos dejar a nuestras futuras generaciones el legado histórico de Melilla”

Isabel María Migallón Aguilar es una melillense de 57 años, Coordinadora de Archivos en la oficina del Cronista Oficial de la Ciudad. Una apasionada de la historia de la Ciudad Autónoma de Melilla por todo el patrimonio que conserva la historia, dedica su pasión para que las futuras generaciones conozcan el legado.

–¿Cómo se describiría a nivel personal?

–Me considero una persona sencilla, muy familiar y amiga de mis amigos. Con un poco de “genio”, pero no me cuesta pedir perdón cuando cometo algún fallo.

Soy tremendamente casera e intento aprovechar al máximo todo lo bueno que me da la vida y de lo malo intentar hacer alguna lectura positiva.

–¿Le gusta su trabajo?

–No me gusta, en letras mayúsculas me “APASIONA”. Siempre digo que soy una privilegiada por poder trabajar en ello. Yo siempre me planteé la historia desde el punto de vista de la investigación. Al poco tiempo de terminar la carrera entré a trabajar en el Archivo de la Ciudad en el que he estado durante 25 años. Y, a día de hoy, continuo trabajando en lo mismo, en otro lugar.

–¿Cuál es su mayor reto como profesional?

–Si tuviese que concretar algo que es muy difícil para mí, sería lograr que nuestro patrimonio (sobre todo el documental, en todas sus vertientes) estuviese bien conservado y preservado. Es nuestra historia y el legado que debemos dejar a las futuras generaciones.

–¿Es supersticioso?

–Para nada. Se debe pasar muy mal siendo supersticioso.

–Destaque algo positivo de su sector.

–Desde que empecé a trabajar en el año 1992 en el ámbito de la Cultura a través del Archivo podría destacar como positivo el gran interés de algunas personas, que con humildad y tesón luchan por dar a conocer nuestra historia y patrimonio cultural.

–¿Y en aspectos negativos?

–Para mi es incomprensible que existan personas que teniendo o habiendo tenido la posibilidad de hacer algo al respecto, sobre todo dentro de la propia Administración, no hayan hecho nada o al menos lo que se esperaba de ellas en función del lugar que ocupan. Una dejadez nada admisible.

–¿Podría contarme alguna anécdota profesional que le haya hecho sentir incómoda?

–Pues en más de una ocasión, cuando trabajaba en el Archivo General al tener que atender a investigadores y no se les daba a todos el mismo trato. La normativa ha de regir para todos y no en función de la familiaridad o amistad.

–Cuénteme también una anécdota divertida.

–Más que divertida, yo diría que curiosa y un tanto enrevesada. En una ocasión llegó al Archivo un señor, si no recuerdo mal de Bilbao, pidiendo fotografías de Melilla. Le dijimos que debía concretar un poco más ya que entonces el Fondo Fotográfico tenía más de 11.000 registros. A ello respondió que quería imágenes de Franco.

Sospechando que no tenía muy claro lo que quería, o nosotros no supimos entenderle en un primer momento, le preguntamos que de que época si cuando vino en 1921, o en años posteriores, etc.

Nuestras respuestas no debieron satisfacerle mucho ya que fue a la Consejería de Cultura a quejarse. Finalmente resultó que el señor en cuestión buscaba imágenes de la Fábrica de Harinas de Nador donde en 1921 había perdido allí a un familiar. Así que ni Melilla, ni Franco.

–Un rincón favorito de Melilla

–Es muy difícil con la ciudad tan maravillosa que tenemos, pero si tuviese que elegir uno, me quedaría con nuestro Faro y la panorámica de la ciudad que nos brinda su terraza.

–Una expresión melillense que le llame la atención.

–Ahora apenas se dice, pero cuando yo era niña la gente utilizaba mucho el “Voy a Melilla” para referirse que iba a bajar al centro de la ciudad..

–¿Cuál es su filosofía de vida?

–No inmiscuirme en la vida de los demás y procurar hacer el bien a todo el mundo. Aunque no siempre nos lo ponen fácil.

–Una lugar de ensueño para ir de vacaciones.

–Muchos lugares de España, pero especialmente parte del norte que aún no lo conozco. Tenemos un país impresionante.

–¿Le gustaría viajar al futuro?

–La verdad es que no, nunca me lo he planteado. Alguna vez he pensado en lo contrario, en poder volver a algunas épocas del pasado, sobre todo cuando recuerdo a mis seres queridos, a los que ya no están.

–¿Cuál sería la época que elegiría para vivir?

–Hay dos períodos en la historia de Melilla: el siglo XVIII y los primeros años del siglo XX, cuando la ciudad estaba formándose y construyéndose fuera de las murallas.

–Mi tiempo libre lo dedico a...

–Sobre todo a la investigación histórica. Es mi pasión. Me encanta caminar y desconectar mentalmente de todo.

Me gusta mucho reunirme con mis amigas, antiguas compañeras de colegio y compartir anécdotas y buenos momentos con ellas.

–Un recuerdo de la infancia..

Las Navidades. En casa las celebrábamos mucho. Tras la Misa del Gallo nos reuníamos con los amigos y vecinos a cantar villancicos. Mi madre era una persona muy alegre y divertida a la que le encantaba estar rodeada de amigos.

–¿Cuál es su principal miedo?

–Mi principal miedo o preocupación son mis hijas. Que puedan forjarse el futuro que desean y lo compartan con personas que las quieran y las respeten. Me gustaría que el día que marche de este mundo tengan su vida resuelta.

–¿Qué prenda de ropa no falta en su armario?

–Pantalones. Aunque me gusta tener “un poco de todo”, con lo que realmente me siento más cómoda es con ellos.

–En 2017 crea Melipedia, ¿De qué va y cómo funciona el grupo en Facebook?

–En mi afán y deseo de dar a conocer la historia de Melilla creé este grupo y ya va camino de alcanzar los 2.500 miembros. Es una ventana a nuestro pasado. Me encanta cuando la gente participa y cuenta sus historias y anécdotas. En alguna ocasión han intentado utilizarlo para criticar a los políticos y es algo que está fuera de su fin. Cada cual que escriba en su perfil personal lo que quiera pero Melipedia es Historia.

–Actualmente, es Coordinadora de Archivos en la CAM, ¿Cómo es desempeñar ese papel?

–En estos momentos lo estoy desarrollando en la Oficina del Cronista Oficial de la Ciudad. Los Archivos juegan un papel muy importante, tanto a nivel histórico, como administrativo en cualquier población. Debemos dedicarles una atención especial. Por eso, la digitalización de nuestros fondos, sean del tipo que sean, es de vital importancia.

Aunque físicamente esté en esta oficina, también estoy pendiente de otros que considero que deben tener esa “atención”, haciéndolo saber a quién corresponde.