El Carrillo| Feliciano Palomo: "Yo soy nacido aquí y para mí el Centro Hijos de Melilla es un emblema de la ciudad"

Feliciano Palomo es un melillense de 57 años y preside el Centro Hijos de Melilla, la entidad social más antigua y con mayor solera de la ciudad autónoma.

- ¿Cuál fue su sensación al llegar a presidente del Centro Hijos de Melilla?

- Muy grata, porque son muchos años los que llevo de socio y encantado de que me eligieran presidente de Hijos de Melilla.

– Como presidente del asociación, ¿cuál es la labor que desempeña?

- Mi labor es coordinar el Centro, que todos nos llevemos bien y, sobre todo, estar pendiente de las subvenciones para que el Centro pueda respirar.

- ¿Existe el riesgo de que el Centro llegue a echar el cierre? 

- Bajo mi punto de vista, sí. Creo que llegará el día que yo me vaya y mi sucesor no estará tan involucrado en llevar el Centro, porque la gente joven no suele involucrarse tanto en estas cosas. Pero bueno, intentaremos que no cierre.

- ¿Es muy exigente ser presidente de la asociación? 

- La verdad que sí, porque me quita mucho tiempo de estar con mi nieto y mi familia. Al final, quieras que no tengo que dar ese tiempo al Centro Hijos de Melilla.

- El Centro cuenta con un bar, ¿algo necesario o un quebradero de cabeza?

- Para mi es un quebradero de cabeza, pero es necesario puesto que el Centro tiene que tener un servicio para los socios y para todos. Tiene que estar abierto todos los días como cualquier asociación, lo que pasa es que las asociaciones son diferentes a este Centro. Aquí no cerramos, parecemos una farmacia de guardia.

Nada más que cerramos los lunes y porque lo puse yo, porque no se cerraba ningún día y no es normal que una persona esté 365 días trabajando.

- ¿Cómo se describiría a nivel personal?

- Yo soy una persona normal y corriente, del pueblo llano. Soy muy trabajador, aunque me gusta el cachondeo como a todo el mundo, pero sé diferenciar el momento del cachondeo con el momento de trabajar.

- ¿Le gusta ser el presidente de la asociación?

- Si no me gustara no estaría ahí. Llevo 11 años y me gusta mucho.

- ¿Cuál es su mayor reto como presidente?

- Mi reto es saber que puedo dejar el cargo y que el Centro no corra peligro de cierre por falta de subvención. Mi reto es que el Centro se lo quede la Ciudad Autónoma.

De este modo, no cerrará y el que lo lleve no tendrá ese problema del pago del alquiler, que es muy alto.

- ¿Cuál es el motivo por el que se hizo socio?

- Fue hace más de 40 años. Tenía dos tíos que eran socios e íbamos allí a jugar al dominó. Por ello me hice socio.

- ¿Qué significa Hijos de Melilla para usted?

- El mismo nombre lo dice, Hijos de Melilla. Para mí es fundamental. Yo soy nacido aquí y para mí el Centro es un emblema de la ciudad. Nos representa a todos los melillenses.

El Centro ha hecho 63 años en su ubicación actual, pero la asociación tiene una historia de más de un siglo.

- Si tuviera que animar a un melillense a hacerse socio del Centro, ¿Cómo le convencería?

- Lo convencería diciendo que es para todos los melillenses y, por supuesto que que somos como una familia. También le hablaría de todos los eventos que hacemos: Subimos a la romería del Rocío, ahora tenemos el Día del Padre y luego el Día de la Madre, entre otros.

Por el mero hecho de abonar tres euros al mes nos ayuda a ampliar el cupo de socios, ayudando en las actividades. Esos irrisorios 3 euros ayudan mucho al Centro.

Apoyar al Centro es primordial, porque somos de Melilla y no queremos que desaparezca.

- Cuénteme una anécdota divertida del Centro

- Anécdotas ha habido de todo, hemos gastado muchas bromas a lo largo de los años. Lo que pasa es que la gente que las hacía ya no está.

- ¿Algún socio/socia favorito?

- No diría favorito, pero sí que hay un socio al que tengo un cariño especial. Es un miembro de la Guardia Civil que es socio desde hace muchos años. El socio Trujillo tiene 97 años y paga su cuota religiosamente y viene siempre que puede.

Luego tengo al socio Reina, que es muy especial para mí, porque estoy todas las tardes con él. Al hombre le cortaron una pierna y estoy siempre con él por las tardes y jugamos juntos en el Centro, porque sino se aburre en su casa sólo.

- Esto es imprescindible preguntárselo... ¿Cuál es su tapa favorita del centro?

- No soy muy de tapas, prefiero el vino. Si el vino es bueno, mejor. Lo que pasa es que en el Centro los precios son muy asequibles y no se pueden permitir el lujo de traer un buen vino, ya que la gente no lo paga.

– Destaque algo positivo de Hijos de Melilla.

- Del Centro Hijos de Melilla para mí todo es bueno. Si no lo quisiera como lo quiero no me hubiera hecho presidente.

– ¿Y algo negativo?

- La falta de apoyo de los melillenses. Tenemos muchos socios, pero no están pendientes. Cuando hay un evento sí que vienen, pero me gustaría entrar al bar y verlo lleno de socios hablando. Ese ambiente no lo veo.

- Una Expresión melillense

- No tengo ninguna expresión en especial.

- Un rincón de Melilla

- Me gusta mucho el Pueblo, me encanta. Siempre que puedo me acerco a la asociación de mi amigo Chico que en paz descanse y visito a su hija.

- ¿Cuál es su filosofía de vida?

- Pasármelo lo mejor posible con mi mujer, mis hijos y mis nietos. Creo que la felicidad no es plena, pero para mí es estar con toda mi familia, incluyendo a mis cuñados, mis hermanos, a todos. Para mí eso es lo importante, lo esencial.

- Un lugar de ensueño para viajar

- Me gustaría ir a Brasil, porque mi mujer es nacida allí.

- ¿Viajaría al futuro?

- Creo que sí. Una cosa que me pasaba hace muchos años y ya ha desaparecido es que me desmayaba y me retrotraía en el tiempo, entonces veía a mi abuelo y episodios de mi infancia.

Fui a un neurólogo y me confirmó que hay personas que les pasa eso.

- ¿Cuál sería la época histórica donde viajaría?

- Al Imperio Romano. De hecho, me gustan mucho las películas de romanos. Me gusta la Semana Santa por los pasos y también por esas películas.

- Mi tiempo libre lo dedico a…

- Prácticamente no tengo tiempo libre. Por la mañana trabajo y por la tarde voy al Centro y luego a andar y a casa.

–¿Qué prenda de ropa no falta en su armario?

- Un buen pantalón vaquero, me encantan.

- ¿Tiene miedo a algo?

- A las guerras, no me gustan nada las guerras. No me explico como en el siglo en el que estamos pasen estos conflictos, me llega profundamente al alma. Creo en la paz entre todas las civilizaciones, no puedo comprender que haya gente tan mala para hacer lo que está haciendo.