Amalia Muñoz Tovar es una maestra melillense de 32 años que imparte clase en el Centro de Educación Infantil y Primaria León Solá. Desde el pasado mes de mayo, ejerce como presidenta del sindicato independiente de profesores ANPE Melilla.
Desde entonces lucha sin descanso por mejorar las condiciones laborales y que se valore la profesión del docente.
-¿Qué balance hace de estos meses al frente de ANPE?
-Desde el curso escolar pasado, formo parte del Sindicato ANPE Melilla, donde comencé de la mano de mi amigo y compañero David Azancot, quien presidía el sindicato hasta hace unos meses. Quizás fue su influencia la que me llevó a asumir el cargo como presidenta tras su marcha. De él he aprendido muchísimo, y desde que asumí la responsabilidad en junio, estos meses han sido intensos y desafiantes, de hecho, nada más comenzar con la presidencia me encontré con el panorama educativo de las Oposiciones de Maestros. También, ha supuesto un periodo de gran aprendizaje, esfuerzo y, sobre todo, una profunda ilusión por mejorar día a día en lo que hago: defender los derechos del profesorado de nuestra ciudad.
Me siento motivada para continuar esta labor y luchar por mejorar las condiciones laborales y profesionales de nuestros compañeros y compañeras.
-¿Es complicado compaginar su trabajo y su vida personal?
-Es complicado, sin duda, porque el trabajo en ANPE no se limita solo al horario de la mañana. Hay que estar disponible prácticamente durante todo el día para atender a afiliados, mantenerse al tanto de las noticias, gestionar el teléfono y responder a mensajes en todo momento. La atención a las necesidades de los docentes no cesa, y es un compromiso que requiere dedicación continua.
Además, tengo una labor paralela que también me exige tiempo y dedicación: junto a mis amigas y compañeras de profesión, preparo a opositores en la especialidad de Educación Primaria. Y, por supuesto, a todo esto, se le suma que tengo una de las cosas más maravillosas que me ha dado la vida, un niño de dos años, que necesita mucho de mi tiempo y atención.
-¿A qué retos se enfrenta el mundo del profesorado en Melilla?
-En esta pregunta podría extenderme muchísimo, ya que hoy día, los profesores de nuestra ciudad, nos enfrentamos a muchos retos que requieren atención urgente y compromiso por parte de las autoridades. Algunos de los desafíos principales es la falta de recursos y medios adecuados en los centros educativos, una situación que afecta directamente la calidad de la enseñanza y el bienestar de los docentes. Además, nos enfrentamos a una altísima burocracia y ratios elevadas en las aulas, sobre todo en Educación Secundaria.
Los docentes en nuestra ciudad deben recibir más apoyo en formación continua y herramientas para hacer frente a estos desafíos, de modo que puedan desempeñar su trabajo con la calidad que merecen nuestros estudiantes y con la dignidad que su labor exige
En ANPE Melilla, estamos comprometidos en trabajar para mejorar estas condiciones, asegurando que la voz de los docentes sea escuchada y que se valoren sus derechos y necesidades.
-¿Qué hace falta para mejorar los derechos del profesorado en la ciudad?
-Sin ninguna duda, lo fundamental es que las administraciones competentes dejen de tenernos en el olvido, como tristemente ha sido la costumbre en los últimos años. Los docentes en Melilla necesitamos que se nos escuche y se tomen acciones concretas para mejorar nuestras condiciones laborales y asegurar que podamos ofrecer una educación de calidad. En resumidas, valorar y tener más en estima lo que la figura del docente supone.
-Cuénteme una situación divertida de estos meses al frente del sindicato
-Compartir la experiencia en el Consejo y Convención Sindical de ANPE con compañeros de todas las comunidades fue una vivencia increíblemente enriquecedora. Fue un espacio donde pude intercambiar ideas, aprender de las experiencias de otros y fortalecer lazos con profesionales que comparten la misma pasión por la defensa de los derechos del profesorado. Cada comunidad tiene sus propios desafíos y realidades, pero ver cómo, a pesar de las diferencias, todos luchamos por lo mismo, fue muy inspirador. Fue una oportunidad para reforzar nuestro compromiso colectivo, conocer diversas perspectivas y llevarnos ideas valiosas que sin duda enriquecerán nuestro trabajo en Melilla. La solidaridad y el compañerismo que se respiran en este tipo de encuentros son realmente motivadores.
-¿Cómo se describiría a nivel personal?
-A nivel personal, me considero una persona comprometida y apasionada por lo que hago. Me gusta involucrarme al máximo en todo proyecto en el que participo, y creo que ese sentido de responsabilidad es uno de mis rasgos más fuertes. No me rindo fácilmente ante desafíos.
También soy alguien muy cercana, que valora el trabajo en equipo y el apoyo mutuo. Para mí, el compañerismo es fundamental, tanto en el ámbito laboral como en mi vida personal. Aprecio mucho poder contar con los demás y ser alguien en quien otros puedan confiar.
Además, en mi faceta más personal, me encanta aprender cosas nuevas, seguir formándome como profesional y dedicar tiempo a mi familia. La combinación de mi vida familiar y mi labor en el sindicato me ayuda a mantener los pies en la tierra y recordar siempre la importancia de luchar por lo que uno cree.
–Destaque algo positivo de su labor
-Es, sin duda, la satisfacción de saber que estoy contribuyendo a mejorar las condiciones de trabajo y la vida profesional de muchos docentes en Melilla. Defender sus derechos y escuchar sus inquietudes me hace sentir que estoy marcando una diferencia, por pequeña que sea, en su día a día.
Además, este trabajo me permite estar en contacto directo con el profesorado, conocer de primera mano sus necesidades y aprender de sus experiencias.
–¿Y algo negativo?
-Lo más complicado de mi labor en el sindicato es, sin duda, la sensación de que los avances a veces son lentos, debido a la burocracia y la falta de respuesta por parte de las administraciones. A pesar de nuestro esfuerzo constante, no siempre conseguimos resultados inmediatos, y eso puede ser frustrante, especialmente cuando los problemas que enfrentan los docentes son urgentes y requieren soluciones rápidas.
-Una Expresión melillense
-Se me vienen muchas a la mente, esas “típicas oraciones o palabras melillenses”, pero así de primeras, es la de “entanarse con amigo/as”, y es que esta es la que más recuerdos felices me produce. Era lo típico que hacíamos los jóvenes de la ciudad en épocas – sobre todo de verano -; aparcábamos los coches, ya fuera en la Playa Nueva o cerca del Forestal, y en un momento sacábamos sillas, mesas, neveras y nos poníamos a jugar a las cartas y charlábamos hasta altas horas en las noches frescas de verano.
-Un rincón de Melilla
-Melilla la Vieja es, sin duda, uno de los rincones más encantadores de la ciudad, una joya histórica que transporta a sus visitantes a través de siglos de historia. Pasear por sus baluartes y plazas es como retroceder en el tiempo, rodeado de arquitectura fortificada y pequeños detalles que cuentan historias de una Melilla multicultural y vibrante.
-¿Cuál es su filosofía de vida?
-Mi filosofía de vida se centra en el aprendizaje constante, la empatía y el compromiso con el crecimiento personal y con los demás. Creo que cada experiencia, positiva o negativa, tiene algo que enseñarnos, y que la clave está en afrontar los retos con resiliencia y una mente abierta.
-Un lugar de ensueño para viajar
-Nueva York y Estambul, no sabría por cual decantarme primero, son dos destinos fascinantes, cada uno con su propia magia y encanto, pero tan distintos entre sí que ofrecen experiencias únicas.
-¿Viajaría al futuro?
-No, no viajaría al futuro. Aunque la idea de conocer lo que nos espera es intrigante, creo que la magia de la vida está en lo incierto, en lo que aún está por venir y en la capacidad que tenemos de influir en nuestro propio destino. Prefiero vivir el presente.
-¿Cuál sería la época histórica donde viajaría?
-Creo que cada una tiene su encanto -además de sus partes buenas y malas-, pero por comentar alguna relacionada con mi profesión, diría que al siglo XVIII o Siglo de las Luces, pues el ser humano empieza a preocuparse por elementos que nos permiten avanzar como sociedad: la razón y el didactismo.
-Mi tiempo libre lo dedico a…
-La verdad es que tengo poco tiempo libre, pero sin duda, lo que más disfruto es pasar ese tiempo con mi hijo, mi marido y mi familia. Esos instantes en familia son los que me recargan de energía y me dan la motivación para seguir adelante con todo lo demás.
-¿Qué prenda de ropa falta en su armario?
-Me gusta ir a la moda. Las redes sociales y las influencers hacen que la moda esté a la orden del día. No suelo tener en casa gorros, sombreros o boinas, ahora que lo pienso bien.
-¿Tiene miedo a algo?
-Sí, como todos, tengo miedo a algo. Mi principal miedo es ver a las personas que quiero sufrir. No hay nada más doloroso que ver a un ser querido pasando por momentos difíciles o dolorosos. Ese miedo me recuerda la importancia de valorar a los que tengo cerca, cuidarlos y hacer todo lo posible para que estén bien
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