A nadie se le escapa a estas alturas del verano que venimos padeciendo altas temperaturas sofocantes.
Solamente un refresco en la playa o en la piscina y pasear por la noche ‘a la fresca’ puede hacer que el verano sea más soportable. Sin embargo, todas estas actividades se realizan durante el tiempo de ocio y, para el que tenga más suerte, durante sus vacaciones. Para los celadores del Hospital Comarcal que tienen que cumplir con su jornada laboral, soportan las altas temperaturas a golpe de abanico y con un ventilador. El sistema de aire acondicionado en el centro hospitalario o bien no funciona o no consigue enfriar las diferentes estancias, incluso las habitaciones, donde los pacientes y familiares se quejan del calor. Así lo afirman hoy en El Faro de Melilla los celadores que tienen que aguantar el calor con un ventilador estratégicamente colocado en el pasillo del Comarcal. Este aparato no refrescará, pero, al menos, mueve el aire haciéndolo más respirable. Sin embargo, los pacientes en sus camas no pueden recurrir a semejante inventiva y deben optar por el método tradicional: El abanico. Mientras que para el resto de los mortales, las autoridades sanitarias recuerdan los principales consejos para evitar los golpes de calor, como, por ejemplo, permanecer en estancias frescas, es decir, con aire acondicionado, en el Hospital Comarcal y en el Ingesa no deben tener muy en cuenta estas recomendaciones y velar que se puedan cumplir para quienes, para colmo de males, está enfermo, quienes les acompañan y para los que cuidan de ellos. Más inquietante resulta aún el silencio desde la Dirección Territorial del Ingesa que no respondió ayer a las llamadas de este periódico para aclarar, al menos, si efectivamente existe algún problema con el aire acondicionado en el Comarcal o si, como mínimo, conocen las quejas que trabajadores, familiares y pacientes han trasladado a El Faro de Melilla. Los problemas no acaban ahí. Faltan sábanas limpias para las camas y pijamas para los pacientes. Los pañales y los protectores de las sábanas “no son de calidad”. La causa del problema, según denuncian en El Faro, no es de ahora. A los recortes en el servicio de lavandería se suma la falta de suministro. En el departamento de lavandería hace falta personal porque el que hay no da a basto para tener limpios todos los juegos de cama para que los auxiliares hagan el cambio, concretamente, los lunes. Las quejas de los usuarios del centro hospitalario también se refieren a otros elementos como los pañales y protectores de sábanas y la comida. Concluyen que “no son de calidad”. Esta es una de las caras del ‘caloret’ melillense que sufrimos estos días. Algunos lo sufren más que otros, pues debe ser que en los despachos no se siente el ‘caloret’ porque el aire sí está bien ‘acondicionet’.