El Black Friday, esa jornada marcada por los descuentos masivos y las multitudes en busca de gangas, ha llegado un año más a Melilla, aumentando la actividad comercial en ciertas tiendas. Tanto las franquicias más populares como los comercios locales se han unido a esta tradición de origen estadounidense que, con el paso de los años, se ha convertido en una cita ineludible para consumidores y comerciantes previa a la campaña de Navidad.
Desde primeras horas de la mañana, los escaparates de las tiendas del centro exponían sus carteles anunciando rebajas de hasta el 50%, atrayendo a los primeros compradores. Sin embargo, el movimiento en las calles era relativamente tranquilo en las primeras horas del día, algo que, según algunos comerciantes, es habitual.
"La mayoría de la gente prefiere venir por la tarde, después del trabajo, es cuando hay más ambiente", comentó una de las dependientas de una conocida tienda en la Avenida Juan Carlos I. A pesar del arranque lento, los comerciantes esperan que la afluencia crezca considerablemente en las próximas horas.
En esta jornada, las franquicias más conocidas han sido, sin duda, las grandes protagonistas. Tiendas como Zara y Parfois han conseguido atraer a la mayor parte del público, gracias a descuentos que alcanzan el 40% y el 50%, respectivamente, en artículos seleccionados.
Las largas colas para pagar en Zara durante la mañana ya auguraban un día de buenas ventas para el gigante textil. "He venido porque tenía que cambiar una cosa y al final me voy a ir con las manos llenas. Lo malo es que es imposible entrar en la tienda, he estado en la cola media mañana", destacó una melillense que acababa de salir de esta conocida tienda.
Por su parte, Parfois, conocida por su oferta de complementos y bolsos, parece que ha sido la gran triunfadora de la jornada más matutina o, al menos, era la impresión que daba a cualquier persona que pasara cerca de sus escaparates. La cola para adquirir sus productos con ofertas de hasta el 50% ocupaba toda la tienda a primera hora de la mañana.
Parte de la cuestión, según ha explicado a El Faro una de esas clientas que ha visitado la tienda, es que con tanto ajetreo el ordenador de la caja se ha estropeado, por lo que lo han tenido que reiniciar en el mayor momento de afluencia.
Aún así, este conocido comercio ha sido un hervidero de entradas y salidas durante toda la mañana.
El resto de grandes establecimientos también se han subido al carro del Black Friday aunque con estrategias completamente diferentes. Otras tiendas han preferido por extender sus descuentos a todos los productos aunque con un tímido 20%.
"Yo me he comprado dos cosas que dejé apartadas ayer, pero no tienen descuento", explicó Estrella. Esta melillense suele ir de compras muy a menudo y asegura que le da igual si tienen oferta o no. Asimismo, opina que a pesar de los descuentos, en la mayoría de tiendas los melillenses han ido a "pasearse" y no a comprar.
Los comercios locales, aunque no siempre pueden competir en porcentajes de descuento con las grandes cadenas, también han querido aprovechar la jornada. Muchos han apostado por promociones especiales y por un trato personalizado para diferenciarse.
Otra estrategia que ha ganado fuerza este año es la de extender los descuentos durante toda la semana. Algunas tiendas han optado por adelantar las ofertas desde el lunes, lo que ha permitido a muchos clientes evitar las aglomeraciones de última hora. Esta tendencia, conocida como “Black Week”, ha sido bien recibida por los consumidores, que agradecen jornadas más repartidas y menos estrés.
Además, las tiendas online también están listas para la acción. El próximo lunes, conocido como Cyber Monday, será el turno del comercio electrónico, con ofertas exclusivas en las plataformas digitales.
El fenómeno del Black Friday tiene sus raíces en Estados Unidos, donde el día después de Acción de Gracias marca el inicio de la temporada de compras navideñas. Aunque el término "Black Friday" comenzó a usarse en los años 60, la práctica de ofrecer descuentos en esta fecha ya se había popularizado décadas antes. El nombre hace referencia al caos que solía generar el tráfico en las calles y al hecho de que muchas empresas pasaban de números rojos a negros, es decir, de pérdidas a ganancias, gracias al incremento de ventas.
En España, el Black Friday llegó tímidamente hace poco más de una década, pero rápidamente se consolidó como un fenómeno de masas. Melilla no ha sido la excepción, y cada año más comercios se suman a esta tradición, conscientes del impacto que puede tener en sus cifras anuales.
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