Abdelmalik El Barkani se marcha de la Delegación del Gobierno satisfecho con el trabajo realizado y consciente de que en estos seis años y medio ha tomado decisiones que no han gustado a todos. Se va de forma inesperada, tras la moción de censura que ha llevado al socialista Pedro Sánchez a Moncloa.
Deja muchos frentes abiertos, especialmente en la frontera, una de sus principales preocupaciones en esta etapa, y con varios proyectos inacabados. Se enfrentó a una de las crisis migratorias más complicadas que ha vivido la ciudad y a un cambio en el perfil de los migrantes con la llegada de cientos de refugiados de Siria.
El Barkani fue el primer delegado del Gobierno musulmán de nuestro país. Afirma que está orgulloso de haber defendido los intereses de los melillenses y se muestra dolido con las críticas que se han lanzado contra él por su gestión del paso de borregos para el Aid El Kebir.
El asunto vuelve a estar de actualidad. Las restricciones al paso de borregos de Marruecos para el Aid El Kebir han provocado muchas críticas y acusaciones hacia usted. ¿Cómo ha vivido esta situación?
Eso ha sido una manipulación absolutamente burda. Se ha querido hacer uso de mi condición de musulmán y bereber para ponerme a parte de la población en contra de modo totalmente populista. ¿Ir en contra de las tradiciones? Nada más lejos de la realidad.
Precisamente lo que he hecho ha sido pelear por conseguir una excepcionalidad a las leyes que impiden la entrada de animales vivos a Melilla. Les recuerdo a los que me critican que en Ceuta desde el año 97 no entran animales vivos y allí también hay muchos musulmanes que celebran el Aid El Kebir.
Precisamente yo, por defender que aquellos melillenses musulmanes que quieran celebrarlo puedan hacerlo, he promovido la elaboración de la orden ministerial (publicada la semana pasada en el BOE y que ha sido objeto de numerosas críticas por parte de la oposición).
Ahora los borregos pueden pasar, pero hay que cumplir una serie de requisitos. Vamos a posibilitar que se traigan y el que quiera comprar un borrego de origen marroquí, que lo compre. Es una forma da ayudar a que se celebre la fiesta según la costumbre.
En cualquier caso, sí hay limitaciones para que entren estos animales.
Una cosa está clara: traer los animales de cualquier manera, no. Las normas están para ser cumplidas y si no nos gustan, pues intentamos cambiarlas, pero mientras están hay que seguirlas. Insisto, lo que se ha hecho es utilizar una especial sensibilidad, querer enfrentar a dos comunidades grandes, pero lo que han dicho es falso. La realidad es justamente la contraria.
Mire, cuando yo llegué en 2012 a esta Delegación se impedía traer carne de carnicería de Marruecos y como era consciente de la costumbre, planteamos buscar la forma de poder hacerlo. Pero es imprescindible hacer compatible la tradición y la norma y no utilizar la costumbre para saltar la norma.
He sido diana de ataques repugnantes, algunos de ellos se verán en los juzgados. Ha sido una manipulación por los intereses bastardos de algún dirigente que ha querido hacer uso del más repugnante populismo.
Otro tema que ha traído muchos quebraderos de cabeza, especialmente en los últimos meses, ha sido la gestión de los pasos fronterizos. ¿Se va con la sensación de haberse dejado cosas por hacer?
La frontera siempre ha estado mal, desde que yo la conozco siempre ha habido problemas y hasta hace unos años los melillenses parecía que estaban resignados. Y
o he querido demostrar que no hay que conformarse y que había que luchar hasta el último momento por conseguir mejorar los pasos fronterizos. Por eso he hablado de la necesidad de hacer compatible el comercio con un tránsito normal. Por usar un símil médico, ahora que regreso a la medicina, algún día dije que la frontera es como un enfermo que tiene fiebre: si se hacen las cosas bien, el enfermo mejorará.
Por tanto, esto es cuestión de tomar medidas, que a veces pueden ser incomprendidas pero que son necesarias. Unas medidas que vayan en la línea de satisfacer a la mayoría y no a unos pocos. Si no se hace así vamos a seguir teniendo los puestos fronterizos en malas condiciones..
Ha habido muchas voces críticas con su gestión de este problema. ¿Cree que ahora el PSOE verá que realmente es complicado?
Yo les deseo mucha suerte. Ojalá sean capaces de solucionar los problemas. Desde luego nosotros lo hemos intentado y estábamos en la línea de conseguirlo, aunque todavía quedaba mucho por hacer. Ellos se han jactado de dar ideas y de criticar, yo creo que muchas veces sin conocimiento, pero ahora tienen la oportunidad de poner en marcha todo aquello que han prometido. Ya veremos, y el tiempo lo dirá, si lo que prometían verdaderamente se llega a ejecutar.
Hay quien opina que sus medidas no han mejorado nada, sino más bien lo contrario.
Quiénes dicen que ha empeorado es porque ha empeorado para sus intereses. Cuando hay gente interesada en que los puestos fronterizos estén abiertos 24 horas para pasar mercancías, evidentemente van a criticar. Pero yo creo que con sus problemas y lo que aún queda por hacer, Beni Enzar ha mejorado, y bastante.
He proyectado vídeos en los que se ha visto cómo estaba la frontera hace unos meses y el caos que se producía. Estoy convencido de que estamos mejor. Volviendo al símil del enfermo, si antes tenía 40 grados de fiebre, ahora tiene 37.
¿Ha faltado una visita del ministro del Interior?
Por días no ha estado aquí. Hoy (el pasado miércoles) estaba previsto que estuviera en Melilla.
Si, eso lo anunció el presidente, pero quizás esta visita tendría que haber llegado antes.
Quizás sí. Le habíamos dicho que era importante que viniera. Desgraciadamente no lo ha hecho, pero tenía su intención de venir en breve. Pero bueno, han estado directores generales y el anterior ministro vino varios días.
Tal vez eso es lo que ha chocado, que Jorge Fernández Díaz estuvo en numerosas ocasiones en la ciudad, al contrario que Juan Ignacio Zoido.
No estuvo presente aquí, pero ha tenido Melilla presente. Venía con las tareas hechas y con las soluciones que se iban a dar.
Ya adelanté que se va a crear un grupo especial permanente de la Guardia Civil y también iba a presentar el informe para la elaboración del nuevo catálogo de Guardia Civil y Policía Nacional, pendiente para poner un número del refuerzo que sería ideal. No obstante, entiendo que serán propuestas que puedan seguir adelante.
Nadie se planteaba este escenario político hace sólo un par de semanas. ¿Cómo ha vivido estos acontecimientos?
En términos generales es un problema importante, sobre todo porque el partido que sustenta al nuevo presidente tiene muchos menos diputados que el PP. Por lo tanto, si el Partido Popular ya ha tenido dificultades para sacar las cosas adelante, más difícil lo tendrá Pedro Sánchez.
Además, hay que tener en cuenta que estábamos en una senda de crecimiento económico y ahora quedamos a expensas de ver qué ocurre y cómo pasan factura los partidos que han apoyado la moción, no ya para que Pedro Sánchez sea presidente sino para que Mariano Rajoy dejara de serlo. El tiempo será el que nos muestre los resultados para bien o para mal, aunque desgraciadamente yo creo que será para mal.
Desde otro punto de vista, está claro que nadie esperaba este escenario. Está claro que en democracia las mociones de censura existen y yo no voy a hablar de legitimidad o no legitimidad. Simplemente voy a decir algo que considero que es coherente: hace unas semanas el PSOE mantenía que era inviable presentar una moción de censura yendo de la mano de determinadas formaciones políticas y, sin embargo, así lo ha hecho.
Si en dos o tres semanas ha sido capaz de cambiar de actitud y forma de pensar, por qué no va a cambiar de opinión en otras cuestiones importantes.
Por lo demás, se trata del juego democrático. Las cosas empiezan y terminan y hay que tomárselo así.
Ahora que se marcha. ¿Cuáles han sido los momentos más complicados?
Lo diría al revés. ¿Cuántos momentos de tranquilidad hemos tenido en la Delegación? Yo diría que ninguno. Han sido muchas horas de trabajo incansable, mucha dedicación, pocas horas de sueño y muchos quebraderos de cabeza.
Ha habido momentos difíciles: gestionar todo el tema de la inmigración, sobre todo en la época de la crisis de 2013 y 2014, cuando eran miles las personas que trataban de saltar la valla; la llegada de migrantes a islas y peñones, que supuso una crisis profunda que lo que intentaban las mafias era hacer un abuso del derecho para su beneficio.
Otro momento también importante ha sido afrontar con entereza y responsabilidad la llegada de refugiados. Eso es una cosa que hay que plantear. En este punto diré que para mí es un orgullo que la oficina de asilo en Melilla se haya abierto en esta etapa de Rajoy, de Fernández Díaz y mía cómo delegado del Gobierno.
¿Y compensa?
Compensar no, merecer la pena sí. Merece la pena trabajar por tu ciudad. Se trabaja para mejorar la vida de los melillenses. Que te nombre delegado del Gobierno es un inmenso honor y todos los problemas a los que te enfrentas quedan superados por este honor que supone.
En estos momentos ha sentido siempre el apoyo de su partido y del Gobierno local ¿Cómo ha sido el trabajo conjunto?
Sí, por supuesto que lo he tenido. En cuanto al trabajo conjunto, considero que es cierto que la Administración local no tiene nada que ver con la autonómica, pero no se entendería que no fuésemos de la mano porque trabajamos por el bien de los ciudadanos.
Hemos tenido momentos difíciles. Siendo yo consejero, ha habido etapas buenas y malas cuando el Gobierno central era, como será ahora, de otro color político. Pero bueno, eso también tiene que ver con el carácter personal de cada delegado.
En cualquier caso, reitero que no se entendería que dos administraciones que defienden el interés de los ciudadanos no vayan en sintonía. Espero que el próximo delegado tienda la mano a la Ciudad y trabajen juntos para solucionar los problemas. Al final, serán los ciudadanos los que pongan a cada uno en su sitio, sobre todo en las elecciones.
En su última rueda de prensa dijo que pediría de nuevo su plaza en el Hospital Comarcal, pero también dio a entender que no quiere desvincularse de la política. ¿Cuáles son sus planes de futuro? ¿Hay vida política después de la Delegación del Gobierno?
Hay más vida política porque hay más conocimiento. En mi vida política desde que me afilié, en los noventa, he pasado por muchas facetas. Desde el 95 al 2003 sólo tuve responsabilidades orgánicas dentro del partido. Después he pasado por muchos puestos. He ido paso a paso y he acumulado la experiencia y me he dado cuenta de que me gusta lo que estoy haciendo.
Yo he venido a la política a dar, a ofrecer, no a quedarme con nada, ni a pedir. Nunca he pedido nada, he venido a contribuir y a tomar decisiones cuando he tenido la oportunidad de hacerlo. En el momento que he podido he tomado las decisiones que he creído las mejores para el bien común.
Ha habido muchas críticas a las devoluciones ‘en caliente’. ¿Alguna vez dudaron de que lo que estaban haciendo podía no ser correcto?
Si no estuviésemos convencidos, no lo habríamos hecho. No se puede dar una directriz operativa que esté fuera de la norma. Estábamos y estamos totalmente convencidos.
No obstante, y sin querer rehuir su pregunta, siempre he hecho la misma pregunta: ¿por qué el foco sólo está puesto en la valla o en las pateras? ¿por qué no hablamos de lo que ocurre antes? Estas personas han hecho una enorme travesía con problemas y en manos de las mafias, pero sin embargo no se habla de esto.
Y después, una vez que está en territorio europeo, cuántos de ellos se terminan regularizando. Cuántos inmigrantes siguen siendo caldo de cultivo de las mafias. Es una solidaridad mal interpretada. Hagamos nuestro trabajo en la Unión Europea. Recojamos a esos migrantes desde su país de origen, con sus contratos de trabajo, y quitemos a los intermediarios que son las mafias.
El PSOE ha abogado por derogar la Ley de Seguridad Ciudadana, que incluye la disposición adicional que ampara los rechazos en frontera. Usted ha pedido que no lo hagan. ¿Qué cree que pasará?
Tendrán que plantearse si es necesario que el flujo migratorio se normalice o se quiere que siga siendo clandestino. Hay que tomar decisiones. Si la política del nuevo Gobierno es derogar el rechazo en frontera, ¿qué significa?, ¿quitamos la valla? ¿Qué sentido tiene la valla si no se rechaza?
Esta es la valla de la UE, porque los primeros a los que no nos gusta tener una valla es a los melillenses, pero es una forma de controlar los flujos irregulares. Este Gobierno ahora tiene que tomar decisiones. Ya no valen sólo buenas palabras.
Se marcha de forma imprevista. ¿Qué cosas se le han quedado en el tintero?
En temas de inmigración hemos ido mejorando. Quiero dejar claro que yo nunca he dicho que fuésemos a hacer desaparecer esta inmigración, pero sí modularla, y creo que lo hemos hecho Queda pendiente salvar esta época de ‘fiebre’ de la frontera.
Iniciativas como la frontera inteligente, el centro de distribución de Barrio Chino o el desdoblamiento de la carretera de Farhana ayudarán. Son proyectos que hemos empezado, y no hemos terminado. El Hospital, afortunadamente, ya ha salido adelante. Las obras de educación también están ya en camino.
Lo importante, en cualquier caso, es que estén en marcha, no quién lo inaugure. Yo siempre he defendido que el proyecto del Hospital Universitario es un proyecto del PSOE, porque no podría ser de otra forma, independientemente de que luego una mala gestión suya provocara la paralización.
En este caso, no obstante, estoy convencido de que lo inaugurará el PP, porque volverá al Gobierno.
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