Es increíble el revuelo que puede llegar a armar una mala o buena elección a la hora de vestirse para un acontecimiento o evento en el que están puestas millones de miradas. Y eso es lo que ha ocurrido con la reciente gala de Zúrich con motivo de la entrega del Balón de Oro, premio con el que se reconoce al mejor jugador del momento del planeta futbolístico. Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Andrés Iniesta formaban la terna de estrellas que optaba al entorchado. Mientras que el portugués acudió con un esmoquin clásico que realzaba su figura, el argentino optó por marcar tendencia y asistió envuelto en otro que no ha pasado desapercibido para casi ningún terrícola. Es más, se ha llegado a hablar más en estos días del traje de faralaes confeccionado por el sello italiano Dolce & Gabbana que lució el astro del Barcelona que del propio Balón de Oro, lo que significa que o los prestigiosos diseñadores han roto moldes a la hora de publicitar la moda que se avecina, hecho más que constatado o, por el contrario, el hasta ahora discreto ídolo argentino se ha convertido en todo un ‘fashion victim’ capaz de borrar del mapa a nuestro GUTIerrez o hasta el mismísimo David Beckham. Andrés Iniesta, sin duda el menos mediático de los tres, fue el más elegante que acudió a la fiesta (sin traje de pana ni boina puesta, como diría Fernando Esteso) y el que vio, una vez más, como el mundo futbolístico, una auténtica falsaria, le privó de lo que verdaderamente le corresponde. Estoy seguro que si Andrés decidiera saltar a los terrenos de juego con una gigantesca cresta y a ser posible de color rojo, fucsia o turquesa (porque el amarillo no le pega), otro gallo cantaría al de Fuentealbilla. Opiniones hay para todos los gustos. Unos dicen que Lionel cumplió con la obligación contractual que tiene con la marca italiana y otros, en círculos más cercanos al jugador, que éste quiso homenajear de alguna manera al que fuera su ídolo, un tal Diego Armando Maradona, quien acudió de una guisa parecida a una entrega del preciado trofeo. Los hay también que piensan que la decisión es un guiño a lo español y otros, más retorcidos, justifican la decisión valorando el diseño como un universo (el color negro de la parte superior) lleno de estrellas (lunares), muy propio para la ocasión en la que prácticamente no faltaba ningún galáctico. Muchos son los que piensan que la decisión de ‘la pulga’ no fue acertada porque rompe todos los esquemas en cuanto a su manera de lucir el body. Otros, al contrario, opinan que tomó una decisión arriesgada, pero acertada. Los hechos hablan por sí solos, pocos han sido los que han destacado que el argentino supera con este nuevo Balon de Oro, el cuarto en su extenso palmarés, a jugadores de la talla de Johan Cruyff, Van Basten y el mismísimo Platini, actual presidente de la UEFA. Pocos hablan de los méritos contraídos por el catalogado como mejor jugador de fútbol del mundo y por ende de los logros conseguidos por sus adversarios, en especial de Iniesta. Por lo que se puede decir que los auténticos triunfadores de la gala celebrada en Zúrich han sido los italianos Domenico Dolce y Stefano Gabbana, diseñadores del batín aireado por el astro azulgrana. Estoy totalmente seguro de que los que sí se están frotando las manos aún son los integrantes de más de una chirigota gaditana. ¿Qué no? Me apuesto un bocata de calamares y una jarra de cerveza, admito doble o nada. Ya verán como el diseño trae guasa y además tendremos lunares hasta en la sopa. La moda es la moda y no hay quien se resista a ella por mucho que uno quiera. Yo, de momento, ya me he comprado unos gallumbitos de lunares en el mercadillo. Los hay de todos los colores oye y lo mejor, sin duda, el precio, a euro y medio la unidad. Como pueden ver, me ha sido muy difícil abstraerme de lo más llamativo de una fiesta que debía ser la del fútbol porque, si se fijan, en ningún momento he reflejado en este artículo que la figura del FC Barcelona se hizo con la ‘pelota dorada’ con el 41% de los votos emitidos mientras que Ronaldo obtuvo el 23% y Andresito se quedo rozando el 11%. Tampoco he destacado que nuestro seleccionador Vicente del Bosque fue elegido mejor entrenador del mundo (premio más que merecido) y tampoco he mencionado que el equipo del año ha sido confeccionado con once jugadores que juegan en nuestra liga y entre los que se encuentran seis españoles por méritos propios. Casillas, Xabi Alonso, Sergio Ramos, Piqué, Iniesta y Xavi Hernández forman el sexteto de auténtico lujo que han sido integrados dentro del once ideal para la FIFA en el que además se encuentran Cristiano Ronaldo, Marcelo, Messi, Alves y Falcao. ¿Quién dice que España no está de moda?