Quiero centrarme hoy en expresar mi opinión a la vez que el reconocimiento más que merecido a uno de los clubes melillenses que a pesar de su corta existencia, se fundó en el 2006 si mis datos son correctos, ya posee un historial más que envidiable en cuanto a lo que es el panorama deportivo local. Y lo hago ahora, después de dejar un espacio de tiempo aceptable, para no dar una opinión contaminada en la que uno suele incurrir cuando valora unos hechos, acontecimientos o logros muy recientes. La temporada acabó el pasado 13 de mayo y, casi sin darnos cuenta, ya estamos metidos de lleno en la preparación del próximo curso. Cuando digo 'estamos' me refiero a dirigentes, técnicos y jugadores. Uno desde la barrera ve las cosas de otra manera y pensando más en las vacaciones tras un año dando el cayo, afortunadamente. Y es precisamente en estos momentos cuando uno se dice: ¡Qué cojones tiene esta gente! Son gente que no cobran por hacer una labor que para muchos queda en el olvido, como si las cosas vinieran hechas. Las horas de descanso que se quedan en la cuneta; el tiempo que por dedicar a una afición, más bien pasión, restan a la familia y otras tantas cosas que sólo conocen los que de manera altruista dedican su tiempo libre, porque todos son currantes, en aras de llevar a cabo un proyecto que a veces, más de las que debiera, aporta más disgusto que satisfacciones. Por no hablar de la aportación económica de la que casi ninguno se libra cuando se está metido en esto del deporte amateur. Nada que ver con el deporte profesional. Al fin y al cabo estos reciben su compensación económica por sus prestaciones.
Dicho lo anterior, que traslado a todos los implicados en el deporte base, hay que reconocer la gran temporada que ha realizado un conjunto modesto como el Casino del Real CF. El equipo que preside Juan José Pedreño ha conseguido brillantemente, a pesar de las numerosas dificultades que conlleva un equipo amateur, el derecho a participar una temporada más en la Tercera División del fútbol nacional. El Casino representará, por tercer año consecutivo, al fútbol melillense en una categoría que no es nada fácil y a la vez necesaria, yo diría imprescindible, para que los jóvenes valores de la cantera puedan dar el salto definitivo al equipo profesional de la ciudad, la UD Melilla.
El resultado, quizás influenciado también por la motivación extra del responsable de Deporte de la Ciudad Autónoma, no se ha hecho esperar y, de momento, dos valores en ciernes de la cantera melillense que han sabido aprovechar su paso por el escalafón inmediatamente inferior, han estampado su compromiso con el club decano del Grupo IV de la Segunda División B al que llegan con una ilusión desbordante y formando parte de esos sueños de una infancia no muy lejana en los que se veían defendiendo la camiseta del equipo de su tierra. A ello se suma también la incorporación de Pepe, jugador que acaba de abandonar la categoría juvenil y que culmina un buen trabajo de equipos canteranos como la Peña Madridista y el Gimnástico Melilla.
Pocos son los elegidos, pocos los que llegan, pero si se apuesta de verdad por ellos, pronto volveremos a tener a jugadores melillenses en la élite del fútbol. Para ello es primordial que tengan una oportunidad y si esta no llega pronto, hay que saber armarse de paciencia y no caer en el desánimo porque con trabajo y esfuerzo casi siempre se consigue lo que uno quiere.
El Casino y su gente: Hassan, Juanjo, Tille, Cuadrado, Felipe y muchos más que aportan lo que pueden, con Pedreño a la cabeza, pueden estar satisfechos y orgullosos de lo que han logrado. El trabajo y esfuerzo de tantos años va dando sus frutos y seguro que vendrán más. El galardonado como mejor club melillense del año 2011 por la APDM no podía tener un mejor colofón. ¡Ánimo y a seguir así!.