El uso del teléfono móvil en España ha experimentado un crecimiento exponencial en la última década, consolidándose como una herramienta esencial en la vida cotidiana de los ciudadanos. El móvil se ha convertido en un dispositivo clave para la comunicación, la educación, el entretenimiento y el trabajo, integrándose desde edades tempranas con un acceso casi universal en la adolescencia.
Un reciente estudio elaborado por la escuela de negocios TBS-Education Barcelona, titulado Móviles en España 2025. Penetración, uso infantil y gestión sostenible, revela que el 70 % de los niños entre 10 y 15 años ya dispone de un móvil, cifra que aumenta al 96 % en adolescentes de 15 años. Estos datos reflejan la profunda penetración de los dispositivos móviles en la vida de los menores y subrayan su impacto en diversos ámbitos como la educación, la salud, el ocio y la seguridad digital.
El informe, basado en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), analiza la penetración del móvil, su uso infantil y la gestión sostenible de los dispositivos en España. En términos de posesión de móviles, se observan ligeras diferencias según género, tipo de hogar y tamaño de la ciudad. En el rango de edad de 10 a 15 años, un 71 % de las niñas tiene un móvil frente al 68 % de los niños. En cuanto a la estructura familiar, los hogares monoparentales presentan un mayor acceso a móviles (74 %) en comparación con los hogares con más miembros (65 %).
El tamaño de la ciudad también es un factor relevante: en las ciudades más pequeñas, la tasa de posesión de móviles es del 72 %, mientras que en localidades con más de 100.000 habitantes el porcentaje se reduce al 65 %. No obstante, no se aprecia una brecha digital significativa en términos económicos, ya que la penetración de teléfonos móviles es similar en hogares con ingresos bajos (1.200 euros) y aquellos con ingresos altos (3.900 euros o más), con un promedio del 70 %.
El nivel educativo de la población también influye en la posesión de dispositivos móviles. Las comunidades autónomas muestran diferencias notables en este aspecto.
Según la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) del INE, la diferencia entre los niveles educativos más altos (licenciatura universitaria, máster y equivalentes) y los más bajos (sin educación primaria) es de 8.7 puntos porcentuales. Asturias presenta la mayor desigualdad, con una diferencia de 33 puntos en la posesión de móviles entre la población con menor y mayor nivel educativo. Le sigue La Rioja, con una diferencia de 20 puntos.
En contraste, en comunidades como Aragón, Cantabria, Castilla y León y Navarra, no hay variaciones entre los distintos niveles educativos, lo que indica un acceso equitativo a la tecnología móvil en estas regiones. La zona norte de España registra la mayor brecha promedio en acceso a móviles según la educación (11 puntos), mientras que el sur y el este tienen las diferencias más pequeñas (6 puntos). En el centro y oeste del país, la diferencia es moderada, con un promedio de 9 y 7 puntos, respectivamente.
A pesar del crecimiento del uso de los móviles, la gestión de los dispositivos en desuso sigue siendo un desafío. El informe señala que el 93 % de los usuarios reemplaza su móvil directamente, pero el 62 % opta por guardarlo en casa en lugar de reciclarlo o reutilizarlo.
Las diferencias regionales en la gestión de dispositivos electrónicos también son destacables. Cataluña y Valencia lideran en prácticas responsables de desecho y reutilización de móviles, con un 26,6 % y 25,4 % respectivamente. Por otro lado, Extremadura y Cantabria registran las tasas más bajas de reciclaje, con un 23,8 % y 21,9 %. Esta situación resalta la necesidad de políticas públicas y campañas de concienciación que promuevan una mayor implicación ciudadana en la correcta disposición de los dispositivos electrónicos.
El informe también subraya la importancia de abordar la seguridad digital, especialmente en el uso infantil del móvil. Entre los principales riesgos se encuentran la exposición a contenido nocivo, el ciberacoso, fraudes financieros y el uso del móvil al volante. Las redes sociales son el principal foco de peligros, ya que concentran múltiples amenazas para los usuarios, especialmente para los menores. Es fundamental implementar estrategias que garanticen un uso seguro y responsable de los dispositivos, promoviendo la educación digital y la supervisión parental.
En conclusión, el crecimiento del uso del móvil en España es innegable, con una penetración cada vez mayor entre los menores. Sin embargo, este fenómeno también conlleva desafíos en términos de seguridad digital, equidad en el acceso y sostenibilidad. A pesar de que la conectividad es prácticamente universal, la brecha educativa y las diferencias en el reciclaje de dispositivos evidencian la necesidad de políticas públicas que fomenten un uso responsable y sostenible de la tecnología.
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