El árbitro se convirtió en protagonista de un duelo muy deportivo que estuvo suspendido durante ocho minutos.
El Casino del Real CF no pudo pasar del empate ante el CD Baza en partido correspondiente a la vigésimo cuarta jornada del Grupo IX de Tercera División.
El choque se presentaba como una tabla de salvación para los intereses realistas ya que se enfrentaban a un rival directo en la lucha por la permanencia, situado un puesto por delante en la clasificación y al que, de haber mediado el triunfo, se hubiera superado en la misma.
El horario poco habitual, las 15:45 horas, se debió a la petición de los bastetanos de jugar a esa hora para poder regresar a la península en el último vuelo que une la ciudad con la capital malagueña. Aún así, el partido comenzó con cinco minutos de antelación. El colegiado de turno, el malagueño Gallegos Jiménez, también debía coger el mismo avión por lo que no permitió que los compañeros gráficos tomaran las instantáneas de los once protagonistas iniciales de ambos bandos. También hizo lo propio antes de dar comienzo el segundo acto por lo que el choque, desde un inicio, estaba presidido por las prisas.
Así las cosas, el juego fue muy acelerado por parte de los dos equipos que dio lugar a un mar de imprecisiones por parte y parte. Si bien, eran los melillenses los que, con más corazón que cabeza, trataron de llevar siempre la iniciativa sobre el sintético federativo. De hecho, el poco peligro que hubo vino casi siempre a balón parado.
El primer acercamiento con cierto peligro, llegó en el minuto 4 cuando Farid I ganó la espalda a la zaga bastetana y cruzó en exceso ante la salida de Belmonte, despejando la defensa el peligro.
Al filo del cuarto de hora, Bécker sacó una falta sobre Farid I que recortó al defensor y centró al área pero el remate con la testa de Andrés salió rozando el palo.
El Casino buscaba desnivelar el marcador pero su juego era preso de la ansiedad. El rival no le andaba a la zaga y mostraba el mismo estado por lo que el partido resultaba poco vistoso pero no excento de emoción.
El único acercamiento visitante llegó como consecuencia de una jugada de estrategia. Méndez centró al área y Javi Martín cabeceó alto.
En el minuto 30, el árbitro no castigó con penalti un derribo de Sidi dentro del área y señaló falta al borde la frontal que el mismo jugador se encargó de ejecutar y el balón tras golpear en la barrera salió a córner. Al saque de este, Andrés ganó la partida a la defensa granadina pero su cabezazo se estrelló en el larguero. Poco después, Andrés subió la banda izquierda y su centro al corazón del área lo remató alto Melik.
El Casino intensificó su acoso sobre el portal rival con los mejores minutos de juego pero sin recompensa de cara al marcador. Con el empate a cero inicial, gallegos Jiménez mandó a los equipos a la caseta.
En los primeros compases del segundo acto, Farid I trató de sorprender desde lejos a Belmonte pero el meta desvió con seguridad a saque de esquina.
Cinco minutos después, en el 57, llegó el tanto local. Fue como consecuencia de una cesión de un defensor sobre su portero, Sufian presionó y el despeje del meta golpeó en el cuerpo del melillense con la fortuna de que el cuero se introdujo en la portería visitante. Era el 1-0 que hacía justicia a lo visto hasta el momento sobre el terreno de juego.
El Baza intentó estirar las líneas pero sin ningún peligro. Este sólo seguía asomando en las jugadas de estrategia aunque muy de cuando en cuando.
El Casino pudo sentenciar el choque cuando en el minuto 83 Salvi recuperó un balón en la medular visitante, dibujó un gran pase interior sobre Sufian que, sólo ante el portero y en una inmejorable posición, disparó raso y cruzado junto a la cepa del poste derecho bastetano perdonando el que pudo haber sido el 2-0 en el marcador.
Pero en el fútbol sigue dándose la máxima de quien perdona lo termina pagando y una vez más fue lo que ocurrió.
Tan sólo cuatro minutos después de la ocasión perdida, en el 87, tuvo lugar la jugada polémica del partido que a la postre perjudicó los intereses de los de Felipe Sánchez. El reciente fichaje del Baza, Alfonso, se hizo con la pelota en posición antirreglamentaria y la envió, por la escuadra, fuera del alcance de Jesús. En un primer momento, el asistente levantó el banderín señalando fuera de juego pero el árbitro dio gol. Los jugadores del Casino insistieron al trencilla para que consultara con el juez de línea pero ante el perplejo de propios y extraños, Gallegos tomó el camino de vestuarios. El partido, con los dos equipos sobre el terreno de juego, estuvo suspendido por espacio de ocho minutos. Una vez en la caseta y tras la consulta pertinente, el colegiado decidió que el partido debía continuar pero sin la participación de Tayson y Bécker a los que expulsó. Cosa incomprensible, al menos en el caso de Bécker que lo único que hizo fue proteger al juez de línea de las protestas y amenazas de los aficionados que vieron con indignación la actitud de no mantener éste el banderín levantado.
Tras la reanudación del choque, el Casino trató de defender la renta ante un Baza que sólo se dedicó a colgar balones y en uno de ellos, en el último suspiro, Farid I, de manera incomprensible tocó el balón con la mano cuando no existía peligro alguno. El penalti, muy claro, lo trasformó Dieguito estableciendo el empate definitivo que supuso dejar escapar una victoria que merecieron, a todas luces, los melillenses a pesar de que el juego desarrollado no fue el mismo de otras ocasiones.
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