Con carácter internacional, el programa Ecoescuelas llegó en 2015 al IES Rusadir. A punto de acabar el curso 2018-2019 se descubre como todo un éxito. Y no solo por la cantidad de alumnos y profesores que participan, sino también por cómo se involucra la comunidad educativa al completo.
La concienciación es tal que dentro del centro educativo hay, incluso, ecoaulas. Logran esta acreditación los grupos que suman al menos 6 de los 12 puntos en juego: cuidar plantas, instalar contenedores para recoger tapones, reciclar papel, reducir el consumo de energía o tener un decálogo ecológico son algunos de los hitos.
En el IES Rusadir se respira naturaleza, se vive África y se siente la biodiversidad. De la mano de Ana Isabel Lara Castaño, coordinadora del programa Ecoescuela en el centro, el medio ambiente lo impregna todo.
Algunos son pequeños gestos; otros, ambiciosos proyectos. Pero todos llevan a un destino común: cuidar el planeta ocupa un lugar preferente. En el espacio, en la jornada lectiva y en las actividades paralelas.
Por ejemplo, el tiempo del recreo también es diferente. Hay que plantar, regar y cortar malas hierbas. Por eso, cuando suena la alarma que indica el tiempo de descanso, algunos alumnos se acercan al huerto para cuidar los araares y mimar la lavanda.
En la protección de la Tierra, muchos caminos pasan por reducir el consumo de materiales como el plástico o el papel, entre muchísimos otros. Reciclaje y reutilización son esenciales, y en el IES Rusadir lo recuerdan a cada paso. En los pasillos y en las aulas. Y en la biblioteca, convertida en uno de los corazones donde más fuerte late el proyecto Ecoescuelas.
A veces, basta con conocer la biodiversidad para implicarse en su protección y cuidado. Hay gestos sencillos que dan como resultado una exposición diferente, con fotografías cedidas por Manuel Tapia, de Guelaya Ecologistas en Acción.
“Os voy a enseñar una exposición sobre la biodiversidad en Guelaya. Como podéis ver, una de las especies es el equus africanus, también llamado el asno rubio”. Así recibe a El Faro la ecodelegada, que nos explica las características de esta subespecie del asno africano y nos dice que podemos ampliar la información escaneando el código QR que figura en cada una de las fotografías que integran la muestra.
¿Y quién ha dicho que el deporte y las matemáticas no pueden ir de la mano? Pensando en los próximos meses, varios profesores preparan un paseo diferente por el Parque Hernández “para que los alumnos identifiquen de una manera práctica de qué les puede servir en su día a día ese trabajo con los ángulos”, explica Miguel Ángel Díaz, miembro del Departamento de Educación Física del IES Rusadir.
En la época de las tecnologías, el cuidado del medio ambiente también pasa por qué hacemos con nuestros móviles y tabletas cuando ya no nos sirven: ‘Movilízate por África’ surge para recoger dispositivos en desuso que serán donados.
Porque, al final, todo son gestos. Y costumbres... que cuentan.
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