Los propietarios de los gimnasios de la Ciudad piden a Salud Pública que se revise la medida de cierre de estos espacios publicada en el BOME Extraordinario número 22, y que forma parte de una orden ante la pandemia del coronavirus. Javier Leiva, propietario de Olimpic Çenter, informó de que ellos se “asombraron” por la decisión anunciada este lunes, pues desconocían que cerrarían por unas semanas los interiores de los gimnasios.
Explicó que los gimnasios llevan varios meses trabajando con limitaciones de aforo y de horario, “cumpliendo escrupulosamente con las medidas sanitarias” porque entienden que se vive en medio de una pandemia.
Es por ello que, afirmó, han sido muy meticulosos en el cumplimiento de las normas sanitarias. Leiva detalló que a los usuarios se les toma la temperatura al llegar, hacen uso permanente de la mascarilla sin retirarla para hacer la actividad deportiva. Además se les exige el uso de una toalla personal y se desinfectan las áreas cada 50 minutos.
Asimismo tienen cartelería informativa sobre el uso de la mascarilla por todo el gimnasio y las limitaciones de aforo. “Nuestros interiores son seguros”, afirmó a El Faro.
Leiva insiste en que Salud Pública revise la medida porque ha sido un sector muy castigado en la crisis sanitaria, aseveró, recordando que estuvieron cerrados durante 80 días. La solicitud busca que se intente modificar la normas porque creen “son muy agresivas en contra del sector”.
De hecho, antes de las nuevas medidas planteaban que se ampliara el horario, permitiéndoles trabajar hasta las 21:00 horas para así afinar aún más los grupos, tomando en cuenta que se realizan sesiones de 45 minutos.
Situación límite
Leiva aseveró que el sector se ha mantenido en pie gracias a los usuarios que no se han dado de baja pero también solicitando préstamos, ya que tienen los mismos gastos pero están más limitados.
Temen que este cierre se prolongue por mucho tiempo porque de ser así, advierte, algunos gimnasios no podrán reabrir sus puertas, “estamos todos al límite”, dijo.
Señaló que con el deporte predican salud y es una actividad esencial para evitar el sedentarismo, pero también para que las personas liberen estrés por medio del ejercicio.
Piden que les dejen trabajar y son conscientes de la situación epidemiológica, por lo que se han adaptado a las normas sanitarias y a las medidas de cada momento.
“En los interiores se mantiene la mascarilla puesta todo el tiempo”, reiteró Leiva quien desea que se tome en cuenta esto en la petición de la revisión de la medida.
"El deporte es salud" no es una frase hecha: está demostrado que refuerza el sistema inmunológico incomparablemente más que ninguna otra actividad o intervención.
También está demostrado que el índice de contagios entre deportistas es sensiblemente menor, y los casos más leves, que entre personas que no hacen deporte.
Cerrar los gimnasios de Melilla -que observan escrupulosamente todas las medidas anti-covid- es un atentado contra la salud pública. En plena pandemia.
No es un simple "error político": es un delito.
Cometido, además, por ignorancia y por el más absoluto desinterés.
Los ejecutores de tal medida deberían hacer frente a su responsabilidad antes los tribunales.