–¿Cuál es el objetivo de Inbiomar II? ¿En qué se diferencia de la primera edición?
–El medio marino está sufriendo una acelerada pérdida de biodiversidad que, como estamos presenciando en esta crisis sanitaria, puede afectar a nuestro bienestar. Conocer el estado de la biodiversidad desde una perspectiva temporal, es esencial para conseguir la protección efectiva de nuestros mares. INBIOMAR II se hace eco de esta necesidad y persigue establecer un programa de seguimiento temporal, que permita evaluar el estado de la biodiversidad marina presente en enclaves remotos del mar de Alborán (Ciudad Autónoma de Melilla, ZEC Zona Marítimo-Terrestre de los Acantilados de Aguadú, Archipiélago de Alhucemas y Peñón de Vélez de la Gomera). INBIOMAR II se complementará con los datos de biodiversidad recolectados a lo largo del anterior proyecto INBIOMAR, cuyo objetivo fue la creación y actualización de los inventarios de flora y fauna marina de las zonas de estudio.
Más allá del componente científico, el equipo de INBIOMAR II cree imprescindible la transmisión de conocimiento a la sociedad. Es por ello, que cuenta con una marcada línea de divulgación en la que se busca acercar a la sociedad melillense la diversidad marina que les rodea. Además, este proyecto pretende dar un paso más y hacer directamente partícipe a la población en los muestreos científicos, mediante la organización de un curso de capacitación en la metodología de ciencia ciudadana Reef Life Survey que se llevará a cabo en Melilla.
INBIOMAR II, al igual que su antecesor, es un proyecto liderado por el Club Ánfora de Actividades Subacuáticas de Melilla con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. El equipo multidisciplinar de está compuesto por integrantes del Club Ánfora de Actividades Subacuáticas y personal investigador de la Universidad de Cádiz, de la Universidad de Évora y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
–¿Cuáles son las expectativas de este proyecto para los próximos dos años?
–INBIOMAR II persigue establecer cuatro estaciones de seguimiento de la biodiversidad marina, ubicadas en la Ciudad Autónoma de Melilla, la ZEC zona marítimo-Terrestre de acantilados de aguadú, el archipiélago de Alhucemas y el peñón de Vélez de la Gomera. A lo largo de estos dos años se llevarán a cabo dos campañas de muestreo biológico en época estival, donde recogeremos información relativa a la abundancia y tamaño de las especies de peces, abundancia de las especies de invertebrados móviles y cobertura de organismos no móviles.
Estos datos, junto con los obtenidos durante INBIOMAR, nos permitirán evaluar posibles cambios temporales de la biodiversidad marina. Además, a través de las actividades divulgativas y el curso de formación Reef Life Survey, Esta segundo proyecto pretende concienciar a la sociedad melillense de la importancia de sus fondos marinos y la biodiversidad que éstos albergan.
–Este segunda edición arrancó el pasado mes de marzo y ese mes comenzó el estado de alarma, ¿cómo ha marcado la crisis sanitaria a este proyecto? ¿Lo ha retrasado de alguna forma?
–Esta crisis sanitaria ha modificado el ritmo del mundo, y por supuesto, ha tenido consecuencias en INBIOMAR II. Principalmente ha afectado a las actividades divulgativas que teníamos organizadas, las cuales hemos tenido que reinventar y adaptar a las redes sociales. Respecto a los muestreos, los primeros meses del proyecto cuentan con un fuerte componente organizativo, por lo que el equipo ha seguido avanzando mediante reuniones telemáticas reduciendo al mínimo el impacto de la crisis sobre el proyecto.
–¿Con la desescalada del confinamiento han podido salir ya a hacer campañas de muestreo?
–Afortunadamente la campaña de muestreo está prevista para verano, por lo que el confinamiento no ha afectado al calendario inicial. Confiamos en que la responsabilidad social y una rápida adaptación a esta nueva normalidad nos permita seguir adelante con el calendario establecido y poder desarrollar la primera campaña de muestreo este verano.
–Al no haber circulación de personas y apenas de vehículos (marítimos), ¿el confinamiento ha sentado bien al ecosistema marino? ¿Creen que este periodo podría ser determinante en los resultados de la investigación?
–El mundo ha sido testigo de numerosas noticias afirmando que la naturaleza se estaba recuperando gracias a medidas como el confinamiento, la restricción de trasportes o al cese de actividades industriales entre otras. Sin embargo, tal afirmación es sumamente peligrosa. Es cierto que la minimización de actividades humanas ha supuesto un “respiro” para la naturaleza, pero dos meses no son suficientes para revertir décadas de abusos. Esta situación debe servir al ser humano para darse cuenta del impacto que tiene sobre el medio natural y perseguir una convivencia basada en el respeto hacia la naturaleza. Somos la principal fuerza de cambio del medio natural, pero también somos los únicos que podemos revertir ese cambio y para ello tenemos que darnos cuenta de que somos parte de esa naturaleza. Situaciones como ésta deberían hacernos reflexionar. Para poder evaluar el posible impacto del confinamiento en las zonas de estudio, necesitamos llevar a cabo los muestreos y el posterior procesamiento de los datos.
–¿Cuáles creen que son las principales amenazas climáticas a las que se enfrenta el ecosistema del mar de Alborán? ¿Y concreto en sua zonas estudio?
–La principal amenaza climática a la que se enfrentan nuestros mares y océanos es el calentamiento global. El acelerado incremento de temperatura que están sufriendo nuestros mares y océanos pone en peligro el futuro de la biodiversidad que habita en ellos. Sin embargo, el calentamiento global no es la única amenaza. La sobreexplotación de los recursos, la destrucción de hábitats y la contaminación también hacen peligrar la biodiversidad. Estas amenazas impactan en todos los niveles, a nivel local en nuestras áreas de estudio, a nivel regional en el Mar de Alborán o a nivel mundial. Puesto que la tendencia global de estos impactos es a incrementarse con el paso del tiempo, INBIOMAR II persigue conocer cómo evoluciona temporalmente el estado de la biodiversidad, y poder proporcionar la información necesaria para el desarrollo de estrategias de conservación efectivas.
–¿Qué actividades proponen para celebrar el Día de los Océanos?
–Debido a la actual situación sanitaria, hemos adaptado a las redes sociales las actividades originalmente diseñadas para realizarse en Melilla. Para el Día de los Océanos hemos preparado una serie de actividades interactivas para todos los públicos.
Para los más pequeños se han organizado, junto con los colegios de Melilla, dos concursos orientados a fomentar el respeto por el medio marino: 'Coloreando INBIOMAR II' y 'Describiendo el Mar desde el Balcón. A través de nuestras redes sociales presentamos el desafío 'La Ruleta del Océano INBIOMAR II', en el que ponemos a prueba los conocimientos de nuestros seguidores. Para maximizar las posibilidades de que nuestros seguidores puedan completar la ruleta sin fallos, a lo largo de la semana hemos ido publicando curiosidades sobre los organismos que encontramos en nuestras aguas y que pueden servir como pista para rellenar la ruleta.
–Y de cara a los próximos meses, ¿tienen pensado hace alguna actividad como jornadas divulgativas, exposiciones u otro tipo de actividades?
–Como hemos comentado, INBIOMAR II está volcado en acercar el medio marino a la sociedad melillense, por lo que desarrollaremos dos actividades principales a lo largo de los próximos meses. Estamos terminando de organizar el curso de capacitación en la metodología Reef Life Survey. Esta metodología de ciencia ciudadana fomenta la integración voluntaria de la sociedad en los muestreos de biodiversidad marina. Si estás interesado en formarte y unirte a esta red, estate atento a las redes sociales, proporcionaremos más información en las próximas semanas.
Además, organizaremos la segunda edición de la Jornada de Biodiversidad de Melilla, donde realizaremos talleres divulgativos en colegios e institutos de Melilla e invitaremos a expertos en biodiversidad para que transfieran a la sociedad los últimos avances científicos.
–¿Qué mensaje les gustaría reivindicar para la ciudadanía en el Día de los Océanos?
–La situación en la que nos encontramos nos ha permitido recapacitar sobre la importancia que tiene la naturaleza y el papel que cumplimos siendo parte de ella.
Melilla y sus habitantes están íntimamente relacionados con el mar, cada una de sus acciones condiciona el futuro de la vida marina que los rodea. El día de los océanos es sólo un recordatorio de que el cuidado del mar es tarea de todos. Son las acciones diarias las que demuestran el respeto y admiración por los mares y océanos que nos rodean.
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