“Tenemos dificultades probatorias, a veces extremas, y muchas veces sólo son indicios, pero en ocasiones la prueba de indicios puede ser más sólida que la prueba directa”, dice la fiscal Delgado.
“La mejor herramienta frente a un terrorismo que se ha demostrado exprés es una justicia exprés. Es la mejor forma de combatir desde Europa” el yihadismo, asegura la fiscal experta en terrorismo yihadista, Dolores Delgado, haciendo balance de la lucha contra este fenómeno desde la autoproclamación hace dos años de la organización Estado Islámico.
En una entrevista a Efe, Delgado desgrana la evolución paralela de la actividad del Daesh y la adaptación que han tenido que hacer los investigadores desde que comenzara el éxodo de combatientes a Siria e Irak, hasta los atentados en Europa.
El auge del EI “generó una acción policial y judicial un poquito a contrarreloj porque estaban ocurriendo cosas y nosotros teníamos que ver qué cosas estaban ocurriendo”, rememora la coordinadora en materia de terrorismo yihadista en la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
Esas primeras investigaciones permitieron averiguar que cientos de esos miles de combatientes habían partido de España y, cuando el afán era localizarlos y frenar ese éxodo, “comenzaron los atentados (en Europa) porque muchos de esos combatientes volvieron y fueron preparados en zona de conflicto”, resume la fiscal.
“Se está desarrollando, afirma, una batalla desde la racionalidad de la justicia y desde la eficacia policial. No se pueden cubrir evidentemente todas las amenazas. Estamos en una situación de alerta, pero estamos trabajando desde la justicia para que no se materialicen esas amenazas”.
Lo que por el momento se ha constatado es que se está ante un “terrorismo cambiante, mutante y camaleónico” que, además, “va buscando formas de eludir las investigaciones policiales”.
También que es “tecnológico, usa como nadie la tecnología, mediático, como todo terrorismo busca expandir sus acciones y su propaganda y conseguir nuevos adeptos; pero, sobre todo, tiene una característica: es un terrorismo exprés”.
“Radicaliza de forma exprés, llega de forma exprés, prepara a los combatientes de forma exprés y hasta los propios atentados se cometen de una manera muy rápida”, apunta la fiscal Delgado.
Por eso cree que la mejor arma para combatirlo es “una justicia rápida” que a la vez debe hacerse “preservando todos los derechos que las leyes otorgan a detenidos e investigados”, dada la utilización de medidas de investigación que pueden “invadir derechos fundamentales”.
De momento ya se ha conseguido “acortar los tiempos” en “operaciones que hace unos años nos llevaban dos o tres años de investigación” y eso ha sido posible porque ya “sabemos lo que buscamos y lo que tenemos”.
“Nos hemos dotado de unas reformas legales que han recogido un abanico de conductas que estamos persiguiendo y que van desde la preparación ideológica, con una expresión de una acción terrorista, a la propia acción criminal a través de atentados”.
Considera que eso ha contribuido a que en España la respuesta ya esté siendo rápida y como ejemplo expone las 70 operaciones antiyihadistas de estos últimos años con 81 encarcelados, muchos de ellos en situación de prisión provisional a la espera de juicio.
Una de esas primeras operaciones, la denominada Cesto, por la que se desarticuló una célula de reclutamiento de yihadistas en Ceuta, se ha saldado ya “con sentencia condenatoria de todos sus miembros” y ha sido confirmada por el Tribunal Supremo.
Para la fiscal Delgado “esa es una magnífica respuesta rápida y exprés a una acción terrorista”, porque “nuestra arma aquí es la justicia. Es nuestra herramienta y la munición son las leyes”.
La Brigada Al Andalus
También recuerda la fiscal experta en la lucha antiyihadista que se está a la espera de la sentencia sobre la Brigada Al Andalus, una célula desarticulada en Madrid en 2014 que reclutaba yihadistas en la mezquita de la M-30 y que fue juzgada en junio.
En el próximo curso judicial, adelanta, irán a juicio Kibera, “una célula que captaba mujeres para mandarlas al territorio del Estado Islámico como combatientes o esclavas sexuales”, y Javer, otra célula de reclutamiento de yihadistas en Melilla, ambas desarticuladas en 2014.
Si bien reconoce que el terrorismo yihadista presenta “serios problemas de prueba” destaca cómo “justamente encontrar esos indicios que nos conducen a la prueba de una actividad terrorista es la respuesta de la justicia”.
“Como en muchas actividades delictivas tenemos dificultades probatorias, a veces extremas, y muchas veces sólo son indicios” admite, pero en ocasiones “la prueba de indicios puede ser más sólida que la prueba directa”.
“Con un buen planteamiento de trabajo, con una buena metodología en las investigaciones, tanto en las coordinación como en el enfoque a un juicio oral, se puede conseguir ese resultado”, incide.
Y una vez cumplidas las condenas, ¿esas personas que quedan en libertad pueden suponer un riesgo para la seguridad?, para Delgado es una situación “un poco delicada”, porque ya habrían saldado cuentas con la justicia.
No obstante, puntualiza la fiscal Delgado, se analizará “caso a caso” si su situación administrativa le permite seguir residiendo en España, como ha sucedido con algunos de los condenados por el 11-M que, una vez cumplida la pena, han sido expulsados por encontrarse en situación irregular.