Varios melillenses que en la mañana de ayer pasaban por la calle General Macías o fueron a la Oficina de Atención al Ciudadano se encontraron con una imagen peculiar.
Desde el primer piso del edificio caían tomos de documentos a un pequeño camión justamente colocado bajo el balcón.
Este diario pudo confirmar que estos documentos correspondían a legajos de expedientes del área administrativa de Aforos de la Ciudad Autónoma que, al tener más de cinco años de antigüedad y carecer de valor histórico alguno, se preparaban parar ser destruidos.
La peculiaridad de la escena simplemente responde a una cuestión de comodidad para los funcionarios y evitar bajar del primer piso por las escaleras con el peso de estos archivadores.
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