Tras ocho años sin celebrarse, Rabat acogió los días 1 y 2 de febrero la XII Reunión de Alto Nivel (RAN) entre España y Marruecos que no se celebraba desde 2015 y que fue suspendida unilateralmente por el país vecino en 2020 y 2021.
Había muchas expectativas puestas en la cumbre, que ha quedado ensombrecida por la ausencia del rey Mohamed VI y de acuerdos tangibles en torno a la normalización de la circulación de personas y mercancías a través de las fronteras de Melilla y Ceuta.
La Reunión de Alto Nivel con Marruecos estuvo marcada por tres grandes ausencias. En primer lugar, la de Mohamed VI que despachó la cumbre de más alto nivel que se celebra con España en los últimos ocho años con una llamada telefónica desde Gabón, donde está de vacaciones desde el 25 de diciembre.
En segundo lugar está la ausencia de todos los ministros de Unidas Podemos, contrarios a apoyar la autonomía marroquí para el Sáhara, que Sánchez considera "la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo".
En tercer lugar, está la ausencia de última hora del presidente de la patronal española CEOE, Antonio Garamendi, que no acudió al Foro Empresarial con representantes de los dos países por motivos personales, aunque se sospecha que ha sido su forma de manifestar su malestar por la subida del 8% del Salario Mínimo Interprofesional hasta los 1.080 euros, aprobada por el Gobierno y los sindicatos un día antes de la RAN.
El rey de Marruecos, Mohamed VI, despachó la Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos con una llamada telefónica hecha al presidente Pedro Sánchez, antes de que éste llegara a Rabat, tal y como lo confirmó el socialista en su intervención ante los medios de comunicación durante el inicio de la RAN.
El 25 de enero, una semana antes de la Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo en el Congreso, en la sesión de inicio de la actividad parlamentaria, que en la RAN se abordaría la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla.
Y se habló de ello, pero España sale de la cumbre en Rabat sin poder anunciar la fecha exacta de la reapertura de las aduanas. Fuentes del Gobierno lo atribuyen a "motivos de seguridad", pero lo que ha quedado claro en la RAN es que se continuarán haciendo pruebas para engrasar los mecanismos del tránsito de mercancías entre los dos países, algo que no tiene mucho sentido en una aduana como la de Beni Enzar, abierta desde el año 1959 hasta el 31 de julio de 2018.
El presidente se limitó a prometer que las "aduanas seguirán abriéndose de manera ordenada y progresiva".
El punto 42 de la declaración conjunta de ambos países habla del compromiso de las dos partes "con la plena normalización de la circulación de personas y mercancías de manera ordenada, incluyendo los dispositivos adecuados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo. Las partes tienen en cuenta las conclusiones de la prueba piloto del 27 de enero y continuarán esta serie de pruebas según el calendario acordado para superar cualquier posible eventualidad".
El presidente Pedro Sánchez dijo este 2 de febrero, en su intervención en la Reunión de Alto Nivel con Marruecos, que ambos países han acordado evitar declaraciones que ofendan a la otra parte y, de forma especial, aquellas relacionadas con las respectivas soberanías.
Se vuelve a hablar en esta cumbre de "comunicación ambiciosa", que no deje fuera ningún tema "por complejo que éste sea" y de la renuncia por ambas partes a los actos unilaterales o a los hechos consumados.
La Operación Paso del Estrecho / Marhaba (OPE) es quizás el mayor éxito de colaboración entre España y Marruecos y así lo reconocieron ambos países en la Declaración conjunta de la RAN. Este verano, después del paréntesis de la pandemia, facilitó el movimiento de 3 millones de personas y 700.000 vehículos, en los que es probablemente "uno de los mayores programas de gestión de movimientos de personas en el mundo".
Uno de los grandes anuncios de la Reunión de Alto Nivel fue que se duplica el crédito (de 400 millones a 800 millones de euros) destinado a empresas españolas que inviertan en renovables, agua e innovación en Marruecos.
Otro de los acuerdos más llamativos de la Reunión de Alto Nivel fue el de permitir que universidades públicas y privadas españolas puedan abrir sedes en Marruecos, lo que frustra una de las salidas del cambio del modelo económico de Melilla, que es el de ampliar la oferta universitaria en la ciudad para atraer alumnos del país vecino.
Esto está recogido concretamente en el punto 56 de la declaración conjunta de la RAN que habla de que "ambas partes tomarán las medidas necesarias para alentar a las universidades públicas y privadas españolas, cuya oferta universitaria está hoy fuertemente orientada a la internacionalización y cuyas universidades acogen a más de 20.000 estudiantes africanos que se benefician de más de 11.000 becas, a abrir sedes en Marruecos".
El punto 22 de la declaración conjunta entre los dos países recoge el compromiso de España y Marruecos de cooperar en la lucha contra la inmigración irregular, el control de fronteras, la lucha contra las redes y la readmisión de migrantes en situación irregular. En el punto 25, añaden además la predisposición de ambos "en favor de una movilidad dinámica que permita el desplazamiento fluido y ordenado de personas".
La declaración conjunta de España y Marruecos no recoge ningún punto que señale por su nombre a Melilla y Ceuta, ni siquiera cuando se aborda el tema de las aduanas. En ese caso se habla de "control aduanero a nivel terrestre". Sin embargo, sí se hace referencia, en el punto 8 a "la cuestión del Sáhara Occidental", con la reiteración, por parte de España, de la posición expresada por Pedro Sánchez a Mohamed VI en la declaración del 7 de abril.
El presidente del Gobierno de España defendió en Rabat que esta cumbre representa "un hito para España y también para Marruecos". Además, habló del "carácter excepcional" de la cumbre porque se celebra tras el parón de ocho años y porque se han firmado una veintena de acuerdos.
Pero la patronal melillense no lo ve así. El mismo día que acabó la RAN, la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME) expresó su "decepción y preocupación" tras la celebración de la cumbre en Rabat. "Seguiremos con la aduana comercial y el régimen de viajeros bloqueados. Las buenas expectativas han quedado en vacío. No entendemos este tipo de postura por parte de nuestro gobierno", señaló la CEME.
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