En efecto, queridísimos, no paramos. La pandemia nos arrastra como una ola cantábrica y en el vértice de la misma siempre aparecen, en próximo ahogamiento, los mortales hijos de Eva, salvo el libertino Simón, que camina por las olas como Jesucristo en el Tiberíades.
La afición está perpleja, con signos de abatimiento, una pizca, un pellizco más bien, de indignación y pronta sin duda al motín y al alboroto.
Las aparentes aguas mansas traen esas cosas.
Vamos a pasar revista:
Pre-confinamiento
Palabra de muy reciente aparición en nuestros pagos, puesta en circulación por un maestro ciruela de esos que de nada sabe y pone escuela.
En realidad, muy bien no se sabe qué significa, tampoco el maestro ciruela lo explica, pero él cree que es algo post moderno y la utiliza a tutiplén.
Yo creo que lo que quiere decir el atribuladillo es que estos páramos están próximos a cerrarse a toda actividad vital, aunque no hemos llegado aún a ese linde, y que nos vayamos preparando.
No sé si suena a amenaza, cada vez que la criaturita la pronuncia o es una cursilería ‘pijoprogre’ u otra cosa peor.
Es la huachafería, que dicen con toda razón los hermanos de El Perú.
Este es el nivel, Maribel.
Robot
Esta entrada se la debo a mi querido amigo, don Manuel Felipe Sánchez Guerrero que, además de múltiples premios académicos y literarios, tiene tres grandes merecimientos, es de mi promoción gloriosísima del 66 de los Marianistas de Cádiz, vive en Sanlúcar de Barrameda y encima es de Cádiz. ¡Paso a tres y no hay mus!
Según el preclaro compañero, el robot es un engendro del diablo que se hace visible en cuanto usted intente contactar telefónicamente con alguna administración nacional (ahora se dice del ‘Estao’), autonómica, municipal y espesa.
También aparece cuando usted intenta resolver alguna duda con las compañías del gas, de la luz o de otros entes perniciosos.
El robot actúa así:
Con voz metálica le dice, tan pronto se establece la dichosa comunicación (esto ocurre al cabo de media hora aproximadamente):
“Si desea ser atendido por el departamento de siniestros, pulse 1”.
“Si desea hablar con facturación, pulse 2”.
“Si desea hablar con averías, pulse 3”.
“Si desea hablar con decesos, pulse o diga 4”.
“Si desea hacer alguna gestión con pagos de tributos, pulse o diga 5”.
Cuando al fin logra usted obtener señal de comunicación con el departamento deseado, se escucha una musiquilla y la locución: “Todos nuestros operadores se encuentran ocupados, inténtelo de nuevo más tarde”. Se escucha un click dramático y fin de la odisea.
Haciendo caso a don Manuel Felipe, sería muy conveniente que los que necesitáramos la comunicación, tuviéramos una opción que dijera:
“¡Me cago en tu p... madre!”. Y no pongo las cuatro letras, porque estamos en horario infantil.
Tonto común
Esta especie taxonómica de los tontos es de reciente aparición. Yo había descrito al tonto ‘emboscao’, al tonto con balcones a la calle, al tonto peripatético, al tonto del Ave, al tonto de la cola de la farmacia y a un sinfín de tontos más...
Pero después de escuchar a un señor con cara de picador con barbas y que responde al nombre de Uribe y que malbarata la cartera de Cultura de esta cuadrilla que pasa por ‘gobierno’, no hay más remedio que recurrir al tonto común o “stultus vulgaris”.
Este prenda acaba de afirmar que él “no recomienda ir a los toros”, nosotros tampoco recomendaríamos a nadie comprar un coche de segunda mano a este estafermo.
Además añade que “José Tomás es un ser violento y Otegui es un hombre de paz”.
El haber sido delegado del Gobierno en Madrid, trae estas cosas, si encima detenta la denominada cartera de ‘cultura’, el emplasto está servido.
Por lo demás no se le conoce actividad cultural alguna.
Lo que siempre digo de esta plaga, el Señor nos libre de Uribe y de parecidos con Uribe...
Desde el minuto uno
No sé de dónde han sacado esta mamarrachada de expresión. Tiene rasgos de ‘pijoprogrez’, por lo que sin duda será pronto usada por la facción más ‘pijoprogre’ y sectaria de los concejales de nuestro Ayuntamiento.
A ver, almas de cántaro, ¿qué es eso de “desde el minuto uno”? ¿Qué clase de partido estáis jugando? ¿A qué clase de juegos os estáis refiriendo? ¿A quiénes pretendéis engañar, con vuestra jerga municipal y espesa? ¿Por qué os referís al minuto uno y no al sesenta y uno? En una palabra ¿cuándo vais a dejar de utilizar sandeces? ¿Hasta cuándo vais a abusar de nuestra paciencia? ¡Señor! ¡Qué cruz! Y aún quedan casi tres años.
OMS
Me parece que ya dediqué alguna entrada a este club de amigos, perfectamente prescindible, presidida por una especie de medio brujo etíope, que pasa por biólogo y que exhibe multitud de títulos universitarios extranjeros, lo cual es hartamente sospechoso, teniendo en cuenta los antecedentes de Sánchez Montón y compañía.
En realidad, el título que esconde es el de pertenecer a algunas de las sucursales comunistas y títere de la China exportadora del vírico invasor.
La última ocurrencia de este club de amigos, es recomendar a la afición que cante y baile una especie de himno o canción que tiene el título de ‘We are family’, lo que al parecer debe tener salutíferos efectos contra la pandemia.
Es una canción o himno de los años 70 y el biólogo en cuestión exige que cada uno lo grabemos en nuestro móvil para que quede constancia de la estupidez.
Me huelo que aquí hay negocio y más de uno se lo va a llevar calentito y de pescuezo, además, tienen anunciada su participación bailonga ilustres demócratas de Mauritania, Sudán del Sur, Namibia, Zimbabue y otras tierras de infieles.
A ver si me entero por mis espías paraguayos a cuánto está el kilo de los colaboradores del biólogo para hacerme una idea.
Con la que está cayendo
Estúpida frase que no se le cae de la boca a tertulianos, periodistas, personal que actúa de espontáneo en las radios, ocupantes del parlamento y toda la fauna asilvestrada y promiscua que por ahí andan.
En realidad no se sabe muy bien qué es lo que está cayendo. Qué objetos sin identificar nos caen del cielo, con qué tenemos que guarecernos ante el pedrisco que nos abruma, qué remedios hemos de poner si es que aún lo hay... En fin, alguien debe aclarar las cosas, porque habida cuenta de la frecuencia y rotundidad con que la pronuncian los entes mencionados más arriba, algo grave tiene que ser.
Cualquier día se nos caerá encima y de verdad, el libertino Simón, después de sus paseos en globo.
Visto lo visto, queridísimos, es hora ya de terminar y de que no le falte agua al elefante.
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