La Policía Nacional ha detenido en Melilla a un individuo por su presunta implicación en delitos de terrorismo yihadista, en una operación desarrollada este martes bajo la dirección de la Audiencia Nacional. Según fuentes policiales, el arrestado ha sido trasladado a los calabozos de la Jefatura Superior de Melilla, donde permanece a la espera de su puesta a disposición judicial.
Esta es la sexta detención relacionada con el terrorismo yihadista en la ciudad autónoma en los últimos cuatro meses, en un contexto de creciente preocupación por la radicalización en España. En este periodo se han desarrollado cuatro operaciones policiales similares en Melilla, lo que refleja la persistente actividad de las fuerzas de seguridad en la lucha contra este tipo de delitos.
La detención de este martes se suma a una serie de operaciones recientes llevadas a cabo en Melilla. La última de ellas tuvo lugar el pasado 29 de enero, cuando la Policía Nacional arrestó a dos individuos acusados de enaltecimiento, autoadoctrinamiento y adoctrinamiento de terceros con materiales audiovisuales violentos vinculados a Dáesh.
Anteriormente, el 19 de noviembre de 2024, se detuvo a otro individuo en la ciudad autónoma, mientras que el 22 de octubre se realizaron dos arrestos, incluyendo el de un menor de edad. En todos los casos, las investigaciones han estado bajo la supervisión de la Audiencia Nacional, encargada de los delitos de terrorismo en España.
Aunque no han trascendido detalles específicos sobre la identidad del detenido en esta última operación, se sabe que se trata de un varón y que en el marco de la investigación no se han realizado registros domiciliarios.
Perfil de los detenidos
El caso de Melilla se enmarca en un fenómeno más amplio que afecta a España en su conjunto. Según un informe reciente, el 34,7% de los yihadistas detenidos en 2024 eran ciudadanos españoles nacidos en Ceuta o Melilla. Estos datos reflejan el peso específico de estas ciudades en el mapa del terrorismo yihadista en el país y la relevancia de las investigaciones en estos territorios.
Las fuerzas de seguridad españolas han intensificado en los últimos años sus operativos contra las redes yihadistas, con especial atención en las células dedicadas al adoctrinamiento y captación de nuevos miembros a través de Internet y redes sociales. En muchos casos, los detenidos no solo consumen contenido propagandístico, sino que también actúan como difusores de material violento y facilitadores de la radicalización de terceros.
Melilla ha sido en repetidas ocasiones escenario de operaciones contra el terrorismo yihadista. Su situación geográfica, su vinculación con redes transnacionales y la presencia de individuos susceptibles de radicalización han convertido a la ciudad en un punto de interés para las fuerzas de seguridad y la Audiencia Nacional.
Las operaciones de las autoridades se han centrado en la prevención y desarticulación de células operativas y de propaganda. Aunque en muchos casos los detenidos no tienen vínculos directos con atentados, su papel en la difusión de la ideología extremista y en la captación de nuevos miembros es motivo de alerta para los servicios de inteligencia.
El Gobierno español ha reafirmado en varias ocasiones su compromiso con la lucha contra el terrorismo yihadista, destacando la cooperación con organismos internacionales y el refuerzo de los mecanismos de detección temprana. Sin embargo, los desafíos persisten, especialmente en un contexto en el que los procesos de radicalización se han vuelto más accesibles a través de medios digitales.
Investigación en curso
La detención de este martes en Melilla forma parte de una investigación en curso, por lo que no se descartan nuevas actuaciones policiales en los próximos días. La Audiencia Nacional determinará en las próximas horas la situación procesal del detenido y si existen indicios suficientes para dictar medidas cautelares como la prisión provisional.
Con esta nueva operación, las autoridades españolas refuerzan su mensaje de tolerancia cero contra el terrorismo yihadista y subrayan la importancia de la vigilancia constante para evitar la expansión de redes extremistas en el país.
En Melilla y en Ceuta hay demasiada gente ociosa y subvencionada que se dedica a vivir de los que pagamos impuestos, y bastantes también a la promoción del terrorismo. A esta gentuza tan peligrosa hay que encarcelarla, retirarle la nacionalidad española y devolverla a su país de origen. ¡Basta ya de buenismo!