Pues ya tenemos Gobierno. Lo mejor, en mi opinión, que mezcla en las distintas áreas a miembros de los distintos partidos en los que se sustenta. Con ello, como dije ayer, da cuenta de un sentido de la gestión más transversal y más difícil de acabar en compartimentos estanco al servicio de las siglas de quienes las dirijan. Es decir, destierra inicialmente el peligro de los reinos de Taifas tan habituales en ejecutivos de coalición, cuyo vínculo de unión más que la proximidad ideológica o la conveniencia de ampliar mayorías es, como en el presente caso de Melilla, la necesidad de sumar para impedir que gobierne el más votado con diferencia en las pasadas elecciones. .
El nuevo Gobierno que ayer tomó posesión se ha formado integrando a todos los diputados que promovieron el cambio en la Asamblea, salvo dos: Uno, Mustafa Aberchán, por la causa archiconocida de su condena pendiente de recurso pero imposible de ignorar por PSOE y Cs a la hora de otorgarle un cargo (una cosa es negociar con él pero otra integrarlo oficialmente en el Gobierno contraviniendo abiertamente los decálogos de PSOE y Cs contra imputados o procesados). El otro, igualmente sin cargo y también de CpM, es Yonaida Se-Lam, trabajadora hasta ahora como auxiliar del grupo de los cepemistas en la Asamblea y presidenta de la Asociación Intercultura. Se dice que para ella se ha reservado la Presidencia de EMVISMESA, pero por ahora carece de responsabilidad de Gobierno.
Todos los demás diputados de PSOE y CpM estarán al frente de Consejerías o Viceconsejerías. De las siete que conforman el nuevo Ejecutivo, una ha sido para Ciudadanos, dos para el PSOE y tres para CpM. La séptima que falta en el recuento tendrá al frente al que fuera diputado local por el extinto PPL, Julio Liarte, que fue presentado como un independiente pero que, en realidad, es una apuesta clara del Presidente de Castro. De hecho, el propio Liarte le reconoce como el promotor de su fichaje o así al menos se desprende del último artículo que el mismo y nuevo consejero ha publicado en su particular blog.
La historia de Liarte es además muy similar políticamente a la de Eduardo de Castro. Como cabeza de lista por PPL sufrió, en 20015, una perdida de votos por la que solo él consiguió escaño. Prácticamente lo mismo que ha sucedido con Ciudadanos en estas últimas elecciones. Pero a diferencia del actual Presidente de la Ciudad, Liarte dimitió por lo que consideró unos “nefastos” resultados electorales, dando paso así a Paz Velázquez y con ello a la vía de negociación que, hace cuatro años, permitió revalidar a al PP en el poder.
Liarte que ha manifestado abiertamente su arrepentimiento por aquella dimisión, tras ver que los principales adversarios políticos de Imbroda se convertían en los artífices de su continuidad, podría haber sido hace cuatro años, de no haber dimitido, el De Castro de hoy, es decir, el Presidente que lograse echar al PP del Gobierno local.
Unidos por el paralelismo, su designación como consejero y hombre de confianza de la actual primera autoridad local, venía anunciándose desde hace tiempo con la misma intensidad que algunas presiones mediáticas encaminadas a impedirlo. Finalmente, el alto funcionario de la Ciudad Autónoma, en la que ha ejercido puestos tan relevantes tanto en Promesa como en la Dirección General de Fondos Europeos, vuelve a la política y lo hace por la puerta grande, controlando los dineros públicos, al quedar al frente de la Consejería de Hacienda, Economía y Empleo.
Los perfiles de los nuevos consejeros y viceconsejeros son interesantes y deben conocerse, y seguro que se irán desarrollando en las páginas de información de este periódico. Además de Liarte, otros cinco entran como quien dice ‘desde la calle’. Dos lo hacen por el PSOE: uno es el candidato no electo por este partido el pasado 27M, Fernando Rubia, funcionario de Bienestar Social y que, precisamente, estará al frente de dicha área como consejero; y el otro es Jaime Bustillo, candidato al Congreso no electo por el PSOE en las Generales pasadas y jefe de departamento en la Autoridad Portuaria. Por su parte, CpM aporta también otros dos: el gran deportista y Medalla de Oro de la Ciudad el pasado año, Jalid Said Mohamed, y el nuevo viceconsejero de Juventud, Yusef Abdeselam Kadur. Por último, Cs incorpora a su número dos no electa en las locales pasadas, Paula Villalobos.
En total, a CpM le han correspondido 8 cargos, el PSOE se ha quedado con 6 y Ciudadanos pues, según se mire, se ha quedado con dos o con tres, si estimamos que el ‘independiente’ Liarte es más afín a Cs que a ninguna otra formación de las que integran el tripartito.
Ahora al nuevo Gobierno le queda por decidir si seguirá o no engrosando los cargos públicos. Tiene tres sociedades en las que puede nombrar presidentes de sus Consejos de Administración con sueldo remunerado o por el contrario asignarlos sin estipularlos.
No obstante, si se sigue aumentado la nómina, lo de la prometida reducción de cargos se va a quedar en nada y menos. El saliente tenía 22 más el Presidente. El actual ya tiene 16 más De Castro que, a diferencia de Imbroda –que únicamente cobraba como senador-, sí tendrá que cargar sus retribuciones a las arcas locales. Si bien, hay que señalar que como Almansouri acumula dos responsabilidades –la de Vicepresidenta primera de la Asamblea y ahora también la de consejera- sólo podrá recibir compensación económica por una de ellas, por lo que el número de nóminas se reduce actualmente a 16.
En cualquier caso, en este asunto, siempre tan sensible a la critica ciudadana, los nuevos gobernantes deben medir muy bien sus decisiones porque de seguir engordando el organigrama tanta promesa de cambio, regeneración, etc, etc, puede empezar quedando en entredicho.
Por lo pronto, paritario no lo es en absoluto, por mucho que De Castro se haya empeñado en asegurar lo contrario. Y es que muy difícilmente puede serlo incorporando sólo a 5 mujeres en un organigrama de 17. Posiblemente lo haya dicho porque tres de los siete consejeros son mujeres, pero aún así, no cuela y suena más a maquillaje y propaganda falsa que a realidad.
Afrontar los retos prometidos exige de otros estilos. Para conseguirlos cuenta con gente más y menos válida, como ya sucedía con el Gobierno saliente. Pero, además, tiene tanta obligación como necesidad de demostrar que es capaz de hacer funcionar la alianza y de imprimir un impulso distinto a Melilla. De demostrar que la pirueta de echar a los que estaban poniendo de Presidente a quien menos votos ha obtenido, tiene sentido más allá de la lógica aritmética y que por eso es posible imponerla en democracia.
Como melillenses, les hayamos votado o no, sólo podemos desearles suerte porque lo bueno que consigan será en beneficio de todos.
Particularmente creo que no van a recibir tan mala herencia como dicen y que aunque son muchos los retos que tiene Melilla, también van a encontrar en muchas áreas grandes cimientos sobre los que seguir construyendo nuestra ciudad.
Poco a poco veremos qué cambia y qué perdura de cuanto ha dejado al PP. Esperemos que se mantenga todo lo bueno, porque haberlo lo hay. Entre tanto, lo dicho, que les acompañe la mejor de las suertes.
A ver si ayudan a facilitar la visita de los que estamos ausentes desde hace muchos años abaratando los billetes.