Manuel López Carrillo, profesor de la Escuela de Arte Miguel Marmolejo, expone sus dibujos realizados con varias técnicas, desde el collage al uso del blanco y negro.
‘Desnudos’ es la historia de una exposición sobre cómo dibujar el cuerpo humano con el menor número posible de prejuicios. Los dibujos a color, blanco y negro y otros tendiendo al collage son parte de ‘una investigación’ por las curvas naturales de los cuerpos sin ropa. Estas obras forman parte de una exposición realizada por Manuel López Carrillo, profesor de la Escuela de Arte Miguel Marmolejo (EAMM), donde imparte la asignatura de dibujo artístico.
Esta muestra estará abierta del 13 al 23 de diciembre en el Real Club Marítimo de Melilla. La entrada es libre para todo el público.
Las primeras impresiones
López Carrillo indica que no se siente una persona creativa y que por ello, desde hace años se dedica a retratar lo que observa en el mundo que le rodea. Asegura que en este proceso de recoger en un lienzo o en un papel aquello que mira, la creatividad se convierte en un proceso menos consciente y mucho más orgánico. “Es la que se ocupa de fundir la información que recibes del mundo exterior junto con tu manera de percibirlo y además, y no menos importante, con tu habilidad y tu limitación a la hora de plasmarlo”, apunta este dibujante.
Afirma con rotundidad que dibujar al natural siempre ha sido más gratificante que tomar las notas de una fotografía. Este artista describe que la riqueza de información que se percibe es mucho más, ya que no sólo te aporta la parte que ves a través de los ojos, sino también los datos ambientales, como por ejemplo, los sonidos, la temperatura o los olores. López Carrillo destaca que todo esto tiene una gran importancia a la hora de trazar una línea sobre el papel, pues influye a la hora de “estar” ante el objeto.
La información del contexto en el que se desarrolla la actividad del dibujo tiene muchas más implicaciones para este artista. Afirma que hay paisajes o escenas que son familiares, otros que resultan extraños e incluso, pueden llegar a ser hostiles. “Todo ello hace que el factor ambiental y emocional cobre una dimensión fundamental” a la hora de dibujar un cuerpo desnudo.
Destaca que entre el dibujante y el que posa surgen muchos comentarios y chismes y aunque entre el juego el morbo, no es el único que tiene protagonismo.
“Retratar a alguien, desnudo o no, es un ejercicio de observación a través del otro de mi propio ser. Es un acto de comunión con lo que es ser humano. Es reencontrarte con mis hermanas y hermanos, además de conmigo mismo”, asegura este profesor.
Atracción o pudor ante los cuerpos con nada de ropa
López Carrillo afirma que “el cuerpo es algo propio y ajeno, es un tema que nos atrae, pero que a veces, puede producirnos pudor e incluso, en algunos casos, abierto rechazo”.
Asegura que el dibujo de un cuerpo desnudo es un viaje lleno de escalas, “que van desde el reconocimiento de lo propio pasando por la familiaridad, la ternura, el deseo, la extrañeza y el misterio y todo ello, desde el intento de la comprensión al otro y de uno mismo”. También habla sobre el respeto entre quien dibuja y quien se expone.
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