Acabamos una campaña electoral de pesadilla, donde, me repito –lo sé, pero aún así insisto-, ha predominado tristemente la crónica de sucesos por encima de la crónica estrictamente política y el necesario debate de ideas. Cuando escribo este artículo ya quedan menos de 24 horas para que se clausure y aún así no podemos predecir qué nueva historieta, denuncia, agresión, sanción de la Junta Electoral, amenaza de denuncias y querellas o desmentidos de noticias que en realidad no se han publicado, van a producirse a lo largo del día de hoy.
Los periodistas nunca podemos adelantarnos a la noticia, es verdad, pero sí intuirla o aventurarla, muchas veces con más acierto que lo contrario, porque nos conocemos muy bien el escenario público en el que nos movemos, a sus actores y protagonistas principales y también su capacidad y forma de actuar. Por eso, no me extraña que ayer Velázquez acusara a este Diario, y en concreto a mí como su directora general y autora de esta sección, de mala praxis profesional por, según dijo, no contrastar la noticia que adelantó la Cadena Ser un día antes, relativa a la transcripción de una conversación que el citado Velázquez mantuvo con Mustafa Aberchán, en torno a su vuelta a Melilla y su contratación como jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Comarcal.
Velázquez se dedicó a dar cuenta de su gran curriculum profesional, que por cierto nadie pone en duda, a fin de hacer valer sus muchos méritos a la hora de ocupar la plaza que actualmente ostenta en el centro hospitalario melillense. Negó además que su designación para el mismo empleo hubiera implicado que fuera al paro la médica peruana que hasta agosto pasado venía ocupándolo.
Por supuesto, todo lo que dijo en tal sentido es cierto, lo que ocurre es que no contradice en nada lo que se publicó en este Diario al hilo de la conversación que mantuvo con Aberchán y que ha quedado trascrita en el sumario del voto por correo, como consecuencia de la investigación por un presunto fraude electoral en las Generales de 2008.
En nuestra información, al igual que ocurría en la de la SER, se daba cuenta cómo Velázquez, en la misma conversación a la que aludimos, hablaba del problema que para el director territorial del INGESA suponía otorgarle el puesto en perjuicio de la facultativa de origen peruano que, a consecuencia de ello -según consta en la transcripción judicial del mismo diálogo-, iría a la calle y se quedaría sin trabajo.
Nunca dijimos que, finalmente, como resulta de su incorporación al Comarcal, la misma médico fuera despedida sino que el contrato de la susodicha facultativa no se renovó el 31 de agosto y que el entorno de la misma médico lo interpretó como una consecuencia de la “corrupción política”.
Por tanto, no es lo mismo lo uno que lo otro, es decir lo que nosotros dijimos que lo que nos intenta rectificar Velázquez sin que lo hayamos dicho, por mucho que en su habilidad quiera liarla y logre liar como lo ha hecho a la junta rectora o de gobierno del Colegio de Médicos o al Sindicato Médico que precisamente preside el candidato nº6 del partido político fundado para estas elecciones por Ignacio Velázquez.
La conversación en cuestión recogida por nuestro Diario sólo venía a demostrar la connivencia clara con Mustafa Aberchán, la Delegación del Gobierno y el INGESA para otorgarle el puesto de trabajo. Un detalle muy relevante en esta campaña marcada por el claro bloque que PSOE, CpM y PPL han formado contra el PP.
A pesar de todo lo que relato, en nuestra edición de hoy recogemos su desmentido a lo que en este Diario nunca se ha dicho, pero aclaramos también los términos reales de una rectificación que, en verdad, no es tal porque, en contra de lo que se pretenda hacer creer, en este periódico jamás se ha puesto en duda su capacidad profesional ni se han afirmado consecuencias de resultas de su adscripción al Comarcal que, ciertamente, no se han producido. Luego, sobra por tanto rectificar allí donde no hay qué rectificar.
Por otra parte, resulta llamativa la celeridad con que ha salido en su defensa el Colegio de Médicos, parece ser que sin el apoyo de miembros incluso de su propia junta de gobierno, para advertirnos también de posibles acciones legales por un “error” que dice hemos cometido, a costa de utilizar “una mala información con fines políticos”.
Como no voy a repetir al respecto lo que ya he dejado dicho, sí ofrezco al Colegio de Médicos y al Sindicato Médico de Melilla que comparte sus mismas tesis, la copia de la conversación entre Aberchán y Velázquez que prueba la connivencia entre ambos con la Delegación del Gobierno y el director territorial del INGESA en Melilla, Antonio Morillo, para facilitar su retorno a esta ciudad y su contratación como Jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Comarcal.
No voy a añadir mucho más, sólo que en esta campaña tanto el PSOE, como CpM y PPL han intentando in extremis presionar a la que suscribe e intimidarla, a base en algunos casos de insultos y vilipendios públicos de lo más variado, o anuncios de denuncias y querellas como el que ayer reiteró contra mí Mustafa Aberchán acusándome de publicar falsedades y de lanzar injurias y calumnias contra CpM. Llevo muchos años trabajando en los medios de comunicación y se me ha curtido una coraza muy fuerte. No obstante les diré que tras las críticas, amenazas e insultos que he recibido hay una razón clara y es que no toleran mi línea de opinión o, al menos, así lo veo yo. Un saludo a todos los que me leen y un deseo general: Que Melilla sea la que gane en estas elecciones.
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