El presidente de Promesa, exlíder de Vox y actual diputado no adscrito en la Asamblea, Jesús Delgado Aboy, ha sido imputado por el Juzgado de Instrucción número 3 de la ciudad por los presuntos delitos de administración desleal y aprobación indebida, según consta en el auto judicial al que ha tenido acceso El Faro. El juez ha pedido al fiscal y a las acusaciones particulares que en diez días formulen escrito de acusación con petición de apertura de juicio oral, el sobreseimiento de la causa o la práctica de diligencias complementarias a las ya realizadas. La defensa de Delgado Aboy dispone, por su parte, de tres días para presentar recurso de reforma contra esta decisión, que establece la continuidad del caso por los trámites del procedimiento abreviado. Los hechos por los que Jesús Delgado se enfrenta a las acusaciones ya citadas ocurrieron cuando ocupaba la presidencia del Ilustre Colegio de Médicos de Melilla. Según consta en el auto, sólo durante los años 2016, 2017 y 2018 produjo gastos totales por importe de varias decenas de miles de euros, dinero que fue empleado en diversas tiendas y establecimientos tanto de Melilla como otros lugares de la península. El auto establece, asimismo, que en 2018 Delgado Aboy asiste a varias asambleas de colegios médicos “pero efectúa pagos personales con cargo a la tarjeta” de la institución melillense, “tanto antes como después del inicio o finalización del evento”. El documento judicial relaciona una a una las transferencias y pagos mediante tarjeta realizados para toda clase de empresas, desde hostelería a ropa pasando por hoteles, tiendas de menaje del hogar, jugueterías y comercios varios. Con cargo al colegio se financió un regalo de bodas y la línea telefónica con internet y televisión incluida del propio Jesús Delgado. La investigación ha estado a cargo de la Guardia Civil. A modo de conclusión, el juez establece que el expresidente del Colegio de Médicos “se apoderó para sí y en su propio beneficio” de cantidades que oscilan entre los 51,75 y los 16.968,25 euros y que, por otra parte, “aprovechando la conducta omisiva del tesorero y la ausencia de un control efectivo de su gestión, dispuso del dinero colegial y lo ha derrochado, gastando cantidades superiores a las estrictamente necesarias”, empleándose en “atenciones ajenas al pacto en virtud del cual tenía la custodia de ese patrimonio ajeno”.