El Ministerio de Defensa ha confirmado a El Faro que se ha reprogramado la demolición de la Torre del Reloj, en el peñón de Alhucemas y Vélez, porque “el ritmo de ejecución de la obra no permitió su finalización en 2022”.
La Plataforma de Contratación del Sector Público sacó, el pasado día 15 de junio, el expediente de demolición de la Torre del Reloj del Peñón de Alhucemas y Vélez, que cuenta con un presupuesto de 240.797,34 euros (218.906,67 euros sin IPSI). La obra, que fue adjudicada, el 9 de agosto del año pasado, a Accynia Ingeniería, la única empresa que presentó una propuesta y que cumplía con todos los requisitos técnicos requeridos por la Comandancia de Obras Nº1 de Melilla, en principio tenía un plazo de ejecución de seis meses. Con este cambio, se espera ahora el fin de las obras a finales de junio de este año, según algunas fuentes consultadas.
El proyecto se redacta a efectos de demoler el edificio conocido como Torre del Reloj debido a su estado de ruina, y de este modo eliminar el peligro de derrumbe existente. Según se explica, el edificio Torre del Reloj del Peñón de Alhucemas, presenta serios problemas estructurales que afectan a la seguridad de las personas, ya que los forjados en los que apoyan las diferentes plantas se encuentran en un estado de ruina teniendo un alto riesgo de derrumbe. Se observan graves deficiencias en sus viguetas de madera: acusado grado de pandeo, grietas y cabezas de las mismas con avanzado estado de podredumbre a causa de la humedad en el interior de las dependencias y en los paramentos verticales.
Dicho forjado pertenece, en planta baja, a la zona de baños de tropa, el gimnasio del destacamento, hoy en día en desuso por el estado de conservación de las viguetas, el paso al quemadero, y unos almacenes. Actualmente, tanto el forjado sobre el gimnasio como el del paso al quemadero se encuentran apuntalados dadas las circunstancias de falta de seguridad estructural. Sin embargo, una vez levantado el falso techo existente en la zona de acceso a los dormitorios y en los baños de tropa, se aprecia que el grado de deterioro de la estructura es mayor que en la zona descubierta, ya que tanto la estructura como los muros perimetrales poseen un alto nivel de humedad, derivada tanto por problemas de filtraciones como de fugas internas de la propia instalación de fontanería, lo que provoca la pérdida de capacidad portante del forjado y, por tanto, pone en peligro la seguridad de las personas.
El peñón de Alhucemas ha ocupado diversas funciones durante su existencia bajo soberanía española, desde un puesto avanzado de comercio hasta una cárcel para presos comunes, con su propia historia de sublevación de los reclusos. En los momentos de mayor prosperidad alcanzó una población de 300 habitantes y, hasta fechas recientes, ha tenido su propio cementerio, con los restos mortales de aquella vecindad.