La crisis energética a causa de la guerra de Ucrania también está afectando al Fuerzas Armadas. Sólo hay que ver lo que está ocurriendo con el Acuerdo Marco de Suministro de Combustibles Líquidos para el Suministro de Combustibles para el Ministerio de Defensa, que se diseñó en julio de 2021, en un contrato bianual, mucho antes de que saltasen por los aires los precios de la gasolina y del diésel.
El Ministerio de Defensa prevé gastar cada año, hasta 2024, gastará alrededor de 206 millones de litros de combustible, lo que significa pagar 767 millones de euros por llenar el depósito de las fragatas españolas, de los buques de la Armada, de los cazas españoles, de los carros de combate o incluso la calefacción de sus diferentes acuartelamientos repartidos por el país.
El departamento de Defensa ha comenzado ya a adjudicar los primeros contratos, pero, de los 12, tres de ellos han quedado desiertos. Así, el Ministerio de Defensa no sido capaz de encontrar una empresa interesada en suministrar el combustible de gasolina y gasóleo para los vehículos del Ejército que tienen en las bases y acuartelamientos de Ceuta y de Melilla. Según publica la cadena Ser, nadie se presentó a la subasta que realizó el Ministerio de Defensa.
Por lo tanto, la Junta de Contratación del Ministerio de Defensa se ha visto obligada a pedir a la Secretaría de Estado de Defensa – dirigida por Amparo Valcarce- que se pueda contratar el suministro de los combustibles de esas instalaciones militares fuera del alcance del plan anual de contratación centralizada, al menos hasta que termine el año 2023.
No es el único contratiempo que se ha encontrado el Ejército español con el suministro de combustible para sus diferentes instalaciones militares, ya que el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (Tacrc) ha suspendido la contratación de otros dos lotes por el suministro de gasolina y gasóleo para las instalaciones militares de la península, Baleares y de Canarias, respectivamente. En este caso, el problema también es especialmente serio porque afecta al diésel para uso marítimo y al gasóleo de la calefacción que calienta los acuartelamientos de toda la península.
El motivo de la suspensión de esos contratos se encuentra en el recurso presentado por Repsol contra la adjudicación de esos dos lotes a los que también pujaba. Esta compañía alegó que no tuvo acceso a la invitación para la subasta electrónica que realizó el Ministerio de Defensa.
Al margen de los problemas con los contratos de suministro que está sufriendo el Ministerio de Defensa, del presupuesto base de licitación de 260 millones de euros para nutrir los depósitos de las Fuerza Armadas, se han adjudicado ya 155.3 millones de euros, a través de seis contratos que se han repartido dos empresas: Repsol y Novum Energy Trading.
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