El padre y la hermana le denunciaron por amenazas. Padece trastornos psiquiátricos que se agravan con el consumo de drogas. La Fiscalía pide para el acusado 18 meses de internamiento. Un joven de 20 años de edad podría ser condenado a 18 meses de internamiento en un centro de desintoxicación, que es la petición de la Fiscalía por dos delitos de amenazas. El juicio se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla y en él declararon como víctimas de las amenazas el padre y la hermana del acusado. El caso quedó visto para sentencia, pero la familia espera que el juez consiga que el joven vuelva a someterse a un tratamiento de desintoxicación.
Los hechos ocurrieron hace casi tres semanas. El padre declaró que su hijo se levantó después de una noche de juerga pidiéndole dinero para comida, pero él sabía que era para comprar droga y seguir consumiendo. El acusado al ver que su padre no le quería dar el dinero que le reclamaba cogió una muleta y amenazó a su progenitor y a su hermana, que también se encontraba en la vivienda, con “romperles la cabeza”.
Salió a la calle y llamaron a la Policía, que le detuvo en el barrio de El Real en bermudas y con una muleta que le ayudaba a andar.
La rehabilitación y la recaída
El padre y la joven hermana declararon que el procesado se encontraba bajo el síndrome de abstinencia y que en este estado y cuando consume drogas y alcohol se muestra más agresivo de lo habitual. “En un estado normal es un chico muy educado”, aseguró su padre ante el juez, pero reconoció que su comportamiento se vuelve más agresivo y violento bajo los efectos de las drogas que consume de manera habitual. Con la denuncia, dijo confiar en que su hijo pueda rehabilitarse nuevamente, porque el joven “me ha perdido el respeto”, lamentó.
Explicó que su hijo comenzó a consumir sustancias a los 14 años y desde entonces ha pasado ya por varios tratamientos de desintoxicación. Estuvo en un centro en Barcelona, pero cuando volvió a Melilla volvió a recaer. “Las malas junteras”, refirió el padre, han hecho que vuelva a consumir drogas y en los últimos tiempos se muestra más violento. Tanto, que él y su hija sienten miedo de que pueda cumplir sus amenazas.
Otro de los testigos que compareció ayer en el juicio fue uno de los policías que le detuvo aquella noche. Dijo que no opuso resistencia a la detención y que estaba tranquilo. No obstante, el acusado es conocido por las autoridades policiales y el agente aseguró que siempre que le ven está bajo los efectos del alcohol o las drogas.
La comparecencia del médico forense parece que dejó la situación más clara. Aconsejó directamente el internamiento del acusado en un centro de desintoxicación para tratar su dependencia a sustancias. Pero también el joven debe seguir un tratamiento psiquiátrico debido a los desórdenes que padece y que se ven agravados con el consumo de drogas y alcohol.
La forense declaró ante el juez que el acusado tiene trastornos psiquiátricos que le llevan a seguir sus impulsos sin tener la voluntad suficiente de refrenarlos, a pesar de que es consciente de que lo que está haciendo en ese momento está mal.
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