{jaimage crop="ML" /}El psicólogo Daniel Ventura dice, a través de su experiencia profesional, que es en la Administración Pública donde se dan más casos de acoso laboral, aunque los trabajadores del sector privado no está exentos. “No sabemos cuántos casos nos vamos a encontrar, en unos meses o en unos años, de trabajadores que han sufrido o sufren acoso laboral o mobbing”, afirma el psicólogo melillense Daniel Ventura. Un temor que comparte, según dice, con algunos colegas de profesión pues el agravamiento de la crisis económica y su prolongación en el tiempo está provocando que la sociedad se encuentre en un estado colectivo psicológico “delicado”. En esta entrevista con El Faro, Ventura expone su experiencia profesional en el tratamiento de los casos de acoso laboral y afirma que se dan más en la Administración Pública, pero no debe obviarse el sector privado. –¿Cuenta con algún tipo de estadística sobre casos de acoso o mobbing laboral en Melilla? –No manejamos datos estadísticos locales. Es difícil hacer una estadística sobre este asunto, pero nos llegan casos de acoso laboral en Melilla. Hay que tener en cuenta que el mobbing es difícil de detectar y de demostrar. –¿De demostrar en qué sentido? –En el sentido en que cuando el caso llega a los tribunales es difícil que un juez acepte que ha habido un acoso laboral. Al mobbing se le considera el ‘asesinato perfecto’ porque no deja huellas y es un proceso muy largo en el tiempo. El trabajador se ve inmerso en un conflicto laboral en el que, en un primer momento, es escuchado por los compañeros, pero con el tiempo se va encontrando solo. La persona se deteriora emocionalmente y le afecta en el ámbito laboral y familiar. El proceso de acoso laboral es muy largo, repito, y un juez se ciñe a los hechos objetivos y en estos casos hablamos de sentimientos, de sensaciones que tiene el acosado y que sólo puede demostrarse si cuenta con compañeros que testifiquen los comportamientos del acosador con su víctima. Se habla del ‘asesinato perfecto’ porque en los casos más graves lleva a algunas personas a suicidarse. Estas personas no han encontrado la forma de expresar lo que les pasaba y creen que es la única salida a su estado de indefensión. Normalmente son personas con unas competencias magníficas que algunos jefes o líderes de la empresa ven peligrar su puesto de trabajo le hace la vida imposible. Lo que vive un acosado es una situación poco tangible y por ello no suele fructificar mucho en los juzgados. –Comenta que hay casos en Melilla, ¿se da más en un sector que en otro? –A través de mi experiencia profesional, me he encontrado más casos en la Administración Pública, tanto local como estatal. En la empresa privada también, pero por mi consulta han pasado personas de las Fuerzas Armadas, en la Administración del Estado y Local. Siempre se dan en departamentos pequeños, con pocos trabajadores. En la Administración Pública es más fácil intervenir porque lo primero que hacemos es mediar en la relación laboral conflictiva, alejando al acosado del acosador. En el sector privado esta movilidad es más difícil. –En los casos en los que el mobbing llega a los tribunales, ¿cuál es la tendencia de las resoluciones judiciales? –Conozco un caso que sí está en el juzgado, pero es muy difícil demostrar el acoso laboral porque son sensaciones y sentimientos y la justicia y el juez se basa en hechos. Es difícil que un juez termine por ver el acoso porque es invisible, no es objetivable. –¿Influye factores sociales o económicos en que se den más casos de mobbing? –El acoso laboral no es de ahora. Le puedo garantizar que antes también se daba con frecuencia porque el débil, el trabajador necesitaba el empleo para ser el sustento de la familia y aguantaba un trato humillante. Hemos evolucionado desde entonces para saber que en el ámbito laboral o en otras áreas de la vida tiene que haber respeto y convivencia. –¿La crisis económica que estamos atravesando agrava este tipo de casos? –Es muy probable que, debido a la situación en la que estamos, la gente tenga más miedo a perder el trabajo que a ser maltratado en el puesto de trabajo. A causa de la crisis mucha gente está tolerando situaciones intolerables, pero creo que hace 40 años ocurría también. Los trabajadores se ven entre la espada y la pared porque por una parte tienen una situación conflictiva en el trabajo, pero el pánico a perderlo es mayor. Sin dinero no puede pagar el alquiler o la hipoteca y la persona se ve más acorralada y esta casuística se da más en la empresa privada. No sabemos cuántos casos de mobbing nos vamos a encontrar en unos meses o en unos años porque una persona no puede aguantar esto. La crisis es una situación complicada. La sociedad tiene pánico de perder el trabajo, el agobio está presente. Unos porque están en el paro y tienen dificultades, otros porque tienen miedo a perder el empleo y engrosar la cola del paro y los funcionarios que tienen miedo de que la situación vaya a peor y tomen más medidas, como reducirles más el sueldo. La sociedad está en una situación delicada trabajes o no, pero los que peor lo están pasando, sin duda, son los que no tienen trabajo.
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