Parece que Melilla y Ceuta tienen el cenizo en lo alto en lo que respecta a las oposiciones de Enseñanza convocadas por el Ministerio de Educación para las dos ciudades autónomas. Los sindicatos expresaron ayer, en forma de protesta, su queja por la ridícula oferta de este año, que como ya ocurrió el año pasado consideran “una tomadura de pelo”.
Y desde luego no les falta razón. Las escusas del año pasado eran que la crisis económica era importante y que por tanto todos debíamos apretarnos el cinturón.
Supuestamente, este año, sino hemos salido de la crisis, al menos estamos en camino de recuperación. Por ello, cuando atribuyen este calificativo a la oferta del Estado, parece que se quedan cortos.
Y a todo ello, sumarle la situación educativa de Melilla, que sigue dando altas cotas de abandono y fracaso escolar, amén de una ratio clase-alumnado muy alta. Con esta política será difícil sacar a la ciudad de estos parámetros, porque de entrada se falla en lo primordial, el profesorado.