El Faro ha hecho una parada en el restaurante 'La posada' de Paco Benítez y ha podido hablar con su propietario, que da nombre al local, Paco Benítez. En esta ruta gastronómica degustó muchos de los platos que han hecho famoso al local.
La propuesta de Benítez fueron unos entrantes compuestos de jamón ibérico de bellota, queso manchego y cecina de wagyu, seguido de los principales: rape a la marinera (más conocido como rape a la Rusadir), solomillo de 'aguja cateta', solomillo de vaca en salsa, corvina a la crema de gambas y cordero lechal.
Se trata de una representación de los platos que se pueden degustar en este restaurante, aunque Benítez avisa: "hay muchos más".
Metidos en harina, comenzamos por los principales de pescado, ya que se suele empezar siempre por estos productos. Uno de los platos más demandados en 'La posada' es el rape a la Rusadir, un pescado, dijo el propietario, que lo acompaña desde la apertura de su local. Fue su padre, dueño de otro restaurante en la ciudad, quien lo tenía en su carta y al abrir Paco Benítez el suyo propio, decidió añadirlo también.
El rape viene acompañado de una salsa de tomate natural, alcachofas, gambas y champiñones, junto con unas patatas a lo pobre. El rape, dijo Benítez, es un pescado muy típico de la zona, por lo que es muy fresco. Él suele acompañar este pescado con cigalas o langostinos, cuando ve buen género en el mercado.
El rape a la Rusadir es uno de los platos más solicitados en el restaurante. "Podemos llamarlo plato estrella", comentó Benítez. Siguiendo con los sabores de mar, el segundo que pudo degustar el Faro fue la corvina a la crema de gambas. Un tipo de pescado que se suele encontrar en la ciudad en la mayoría de bares de tapas y restaurantes.
Como bien indica su nombre, consiste en un pescado cortado en medallones con salsa de nata, gambas y pimentón dulce, también acompañado de unas verduras al vapor y patatas.
"Es una salsita que agrada mucho a los clientes que la piden", comentó Paco Benítez. Aunque los ingredientes de este plato se pueden ver a simple vista, el propietario de 'La posada' se guardó el secreto que lleva la receta.
El empresario recordó que este tipo de pescado, aunque elaborado de forma diferente, se presentó por parte de la ciudad en Fitur, la feria de turismo que se organiza anualmente en Madrid.
Tras probar la selección de mar, pasamos a la de carnes. El primer plato que tenemos es la paletilla de cordero lechal. A este producto le hace falta más bien poco. "La materia prima ya lo da todo", aseguró Benítez. Se cocina con hierbas como romero, tomillo, aceite de oliva y mantequilla; se bate todo bien y se baña la paletilla.
El sabor de este cordero no es muy fuerte. Esto se debe a que es aún pequeño y se ha alimentado únicamente de leche, lo que hace que no tenga demasiado sabor. "Es muy tierna, es mantequilla", reconoció Paco Benitez,
Continuamos con los medallones de solomillo de vaca. Elaborados a la brasa, están envueltos sobre jamón de pata negra y queso manchego. También lleva una salsa de mostaza suave, que casi no se distingue.
Para terminar con las carnes, el solomillo de 'aguja cateta'. Este es un plato que tenían en carta los dueños del anterior local, que se llamaba 'La Choza'. Cuando lo probó Paco Benítez decidió dejarlo en su carta.
Es un solomillo de cerdo ibérico rodeado de bacon y cocinado a la brasa. Al ser ibérico la carne es muy jugosa y el bacon le da un poco de grasa. Va acompañado de salsa casera de alioli y ketchup, y patatas fritas caseras. "Es un plato que se vende mucho", comentó a El Faro el propietario.
Se recomienda comerlo junto con las dos salsas a la vez. "Las patatas las hacemos caseras en una buena olla con su aceite limpio, como las hacen las madres en nuestras casas", añadió. De ahí que salgan con un color tan bueno. El truco para Benítez es que los productos sean de calidad. "Luego ya nosotros ponemos la otra parte", dijo.
En 'La posada', cuentan con todo tipo de carnes. Tienen chuletones de wagyu, de angus, uruguayo o argentino, entre otros. "Tengo una gama extensa de carnes", explicó el propietario. Justo en la entrada del restaurante está la nevera expositora donde se puede ver la selección de piezas que tiene 'La posada'.
Entre los entrantes seleccionados por el propietario del restaurante optó por el jamón ibérico de bellota, queso manchego y cecina de wagyu. Lo primero que llamó la atención fue la cecina. El wagyu es una raza de vaca, procedente de Japón, que recibe bastantes cuidados durante su vida. Se dice que, incluso, reciben masajes o escuchan música para que su sabor sea mejor.
Para Benítez es un entrante que puede sustituir al jamón, para aquellos melillenses que sean de religión musulmana y no puedan degustar el cerdo. Este embutido tiene grasa infiltrada, que se produce debido a la alimentación del animal.
Siguiendo por los dos entrantes más pedidos, están el queso y el jamón. Los clientes de este restaurante es lo que más suelen pedir al sentarse. En cuanto al queso, es único en Melilla. El proveedor de 'La posada' solo suministra sus quesos a una selección de establecimientos del país. Un queso que sus clientes suelen preguntar dónde pueden conseguirlo. Este plato suele estar acompañado de nueces y un poco de membrillo para contrastar sabores.
El jamón ibérico 75% de bellota procede de Extremadura, aunque también tienen de Guijuelo y de Jabugo 100% de bellota. El corte lo realiza en la actualidad uno de los mejores alumnos de la Escuela de Hostelería de Melilla. "Si te fijas en el plato tiene una presentación perfecta", advirtió. Normalmente, en su restaurante suelen acompañarlo con unas tostadas de pan con tomate.
El joven alumno de la Escuela de Hostelería, un melillense de 17 años, es una promesa en el arte del corte de jamón. "Con 17 años tener esa destreza es difícil". Cuando el aprendiz no está, lo suele hacer el propietario.
La posada
Este restaurante lleva abierto al público desde hace casi 20 años. En ese mismo espacio se ubicaba otro negocio, 'La choza', artífices de la decoración del lugar.
El ambiente de los salones bien parece sacado de un cortijo andaluz. Sus anteriores dueños procedían precisamente de Granada. Techos amplios, con vigas al descubierto, dos chimeneas y colores hogareños. Las piezas de decoración, lámparas, cuadros o percheros van acorde con el lugar.
Podemos destacar que Benítez tiene algunos objetos decorativos estilo vintage como una radio que hay colocada en el pasillo. Del antiguo local queda la construcción aunque uno de los salones se amplió con el tiempo.
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