Una parada obligatoria en Melilla, según la Guía Repsol, es el Rincón de Casa Sadia. El Faro ha visitado este bar para comprobar qué le hace ser merecedor de un solete, la distinción con la que esta guía premia a los bares y restaurantes mejor valorados por los clientes.
Este restaurante tiene una puntuación de 4,4 puntos sobre 5 en Google y 663 reseñas. Entre los comentarios de los clientes que han visitado este local destacan los pinchitos morunos, el cuscús o que los platos sean variados y el servicio bueno.
Aunque el Casa Sadia haya recibido este reconocimiento de la Guía Repsol, ninguno de sus empleados ha visto por allí ningún cartel ni pegatina que lo certifica. Incluso, se enteraron de que habían recibido un solete por el artículo escrito por El Faro.
Precisamente, uno de los platos más mencionados en Google, también lo destacan en la Guía Repsol. "El pincho moruno como delicatessen. El olor de la carne ensartada en los pinchos sobre el carbón del anafre te llevará hasta el lugar. Patatas bravas con aceite de oliva ¡Bravo!", comentan desde esta guía.
El Casa Sadia lleva abierto desde el año 1938 y es un lugar de referencia en la ciudad. Su propietario es el mismo que el de otro lugar de referencia en Melilla, El Caracol Moderno. Por ello, el logo del Casa Sadia es un caracol.
Este conocido local se encuentra en la calle López Moreno y permanece abierto todos los días en horario de mañana y tarde excepto el martes.
El olor de sus brasas, tal y como reflejan en esta guía culinaria, se extiende por la calle en la que se encuentra. Un olor muy característico de Melilla, y que muchos melillenses eligen como uno de los olores más típicos de la ciudad.
El Faro ha hecho una ruta por las tapas que sirven y, por supuesto, por los pinchitos morunos, como no podía ser de otra manera. Uno de sus camareros, Jade, recomendó a El Faro una serie de tapas que no podía perderse. Entre ellas el hígado, el perrito de carne en salsa, los caracoles, las patatas bravas, la remolacha, una de las tapas más pedidas, y por supuesto, el pincho moruno.
La remolacha aliñada con zanahorias es una tapa de productos naturales que preparan a diario, explicó Jade. Esta tapa es, dijo, la que más se piden los clientes de este restaurante y lleva aceite y ajo machacado.
Una buena tapa para comenzar. La remolacha, a pesar de tener vinagre, no está muy fuerte y se deja notar el sabor del propio producto. La zanahoria, que va junto con la remolacha, lleva perejil, ajo y comino en grano y en polvo.
Los caracoles es otra de las tapas que más gusta, pero debido a que no es temporada y hay pocos, ahora mismo no las suelen poner como tapa. "Lo preparamos más de raciones", dijo el camarero. Esta tapa lleva anís, comino, canela en rama y muchas más especias. "El caldo lleva muchas hierbas", explicó.
Las patatas bravas especiales Casa Sadia. "Son típicas aquí en Melilla, pero cada uno las prepara a su manera", comentó. Son patatas cocidas con un aliño especial, que se sirven frías.
Los ingredientes son secretos, solo los sabe el jefe, aseguró Jade. Aunque en líneas generales llevan ajo, aceite de oliva, vinagre, especias morunas, pimentón dulce y, a veces, pimentón picante. "Tendrá algún otro secreto que solo sabe el jefe", reconoció.
Esta tapa viene coronada con boquerones en vinagre, aunque otras veces pueden ponerle anchoas o aceitunas para quienes no les gusta con estos pescados. "Ya a gusto del cliente".
"Las patatas bravas tienen que estar mínimo un día o dos reposando", este es el truco de Casa Sadia para elaborar sus patatas bravas.
El perrito de carne en salsa lleva carne de ternera, de la parte de la cadera. "Es lo mismo que comerte un montadito de solomillo", dijo. Otra tapa de carne, el hígado de ternera, lleva especias morunas, aceite de oliva, ajo y especias secretas. "Es de los primeros platos que se hicieron, junto con la remolacha y los pinchitos".
Y llegó la hora de probar lo más famoso del lugar, los pinchitos. Ente caso el pincho era de ternera. Según Jade tiene un aliño especial, y es diferente a los que se preparan en Melilla. Este plato es de los primeros que se empezaron a hacer en Casa Sadia desde que abrió hace casi 85 años.
"Es una carne especial, no de estas que te quedas masticando media hora", aseguró. Además de los pinchitos de ternera, tienen de pollo, de hígado, de solomillo, de corazón, de riñones y de atún fresco con especias morunas.
En cuanto a cómo hay que comerse los pinchitos, hay división de opiniones. Unos prefieren sacarlos del pincho con el tenedor y comerlos por separado, y otros morderlos directamente desde el pincho.
Todos los pinchitos de este restaurante se elaboran al carbón. "Le da como otro toque de sabor a la carne", según Jade. Es por ello que las brasa comienzan a encenderse a eso de las once y media de la mañana, para que a la una de la tarde, cuando abre, eso esté a pleno funcionamiento. "A partir de las 15:30 empieza a consumirse y ya lo preparamos a partir de las 20:00 para la cena".
Fuera de las tapas, lo que más piden los clientes en Casa Sadia, dijo el camarero, es el kefta, que tiene salsa de tomate y huevo frito, los cuscús de ternera y de pollo y los pinchitos de solomillo. "Estos pinchitos son más tiernos todavía", mencionó.
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