Esta exposición es un viaje por el modernismo, las vanguardias, la abstracción y la pintura contemporánea.
El pintor Andrés García Ibáñez aseguraba en una entrevista a El Faro que el arte era cuestión de sensibilidad y de emoción y la Torre de la Vela es un espacio en el que los melillenses podrán sentir y disfrutar del arte. El espacio que se ha recuperado, la Casa del Reloj, es un lugar lleno de encanto que alberga una gran colección que abarca desde Goya a los pintores melillenses actuales. Entre la capilla, origen de este espacio, y la celda ubicada en la segunda planta son muchos los recovecos y los rincones que ofrecen historia. Y si a esto le sumamos la pintura, los grabados, las esculturas y las fotografías, los visitantes experimentarán un mar de sensaciones del que no saldrán indiferentes.
Antonio López y Andrés García Ibáñez, acompañados de gran parte del Gobierno local y un gran número de curiosos, admiraron las obras de las seis salas de esta pinacoteca.
En la primera, el visitante será recibido por Goya, los grabados que hablan de la guerra o de la valentía del torero y el toro de lidia, pero también deberá fijarse en los Fortuny, Gisbert, Manuel Benedito y José Villegas. Y es que Goya, el primer moderno, nos introduce en las pinturas del siglo XIX.
En la segunda sala aguardan los modernismos, el noventayochismo y las primeras vanguardias. Picasso, con tres grabados, y Salvador Dalí, con dos, son algunos de los autores que dan cuenta de esta época revolucionaria para el arte. Una terracota modernista catalana de Torcuato Tasso y otros grabados de los artistas del 98, como Ricardo Baroja o José Gutiérrez, conforman este espacio.
La tercera sala de esta pinacoteca está compuesta por los escultores melillenses modernistas de art decó. Cinco piezas que pertenecen a la Ciudad y que son de autores como Juan López o Manescau.
En el cuarto espacio que se abre para los visitantes, se pueden localizar las vanguardias y las abstracciones. Tapies, Clavé, Redondela, Álvaro Delgado y más vanguardistas almerienses conforman esta colección.
Los realismos y el documentalismo son los adjetivos claves para definir la quinta sala de este museo. En ella, y justo a la izquierda, podemos encontrar el cuadro de Antonio López que forma parte de esta colección y de otros artistas realistas, como las del propio Andrés García Ibáñez.
La última sala, situada en la tercera planta, es el lugar en el que se puede admirar la selección de obras, propiedad de la Ciudad, de melillenses. Cuadros de Vicente Maeso, Paco Hernández, Menchón o Morillas están ubicados en este espacio.
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