Se suele decir que las mentiras tienen las patas muy cortas, pero puede que este término se haya quedado obsoleto en una actualidad donde la sociedad y el poder se sienten incómodos con la verdad. Es algo que lamenta profundamente el periodista y escritor David Jiménez.
'Periodismo, poder y rebelión. El precio de contar lo que incomoda', precisamente así se denomina la charla que el también ex director de El Mundo dio ayer a las 20 horas en La Librería. Podría decirse que este título es una referencia evidente a su etapa como director en el diario El Mundo o durante sus años en diversos países asiáticos donde fue corresponsal.
La presencia en Melilla de este periodista y escritor se debe al contacto que tuvo con Cluster Emprendimiento Melilla, organismo que le ofreció venir a la ciudad autónoma para abordar más cuestiones que no sean solo las tecnológicas tal y como ha comentado a El Faro su presidente, Gabriel Ruiz: “Nos surgió llamarlo también por el boom que ha tenido tras salir en el canal de Jordi Wild. Entonces la gente lo empieza a conocer”.
Pero David Jiménez ya tenía una trayectoria de largo recorrido. El periodista lleva a sus espaldas más de 30 años de carrera, destacando sus 20 años como reportero de guerra. Grandes obras como 'Hijos del Monzón', 'El botones de Kabul' o 'El lugar más feliz del mundo' reflejan su paso por el continente asiático donde ha narrado un sinfín de historias, tanto en periódicos, como después en sus libros, todas ellas sobre conflictos bélicos, crisis humanitarias y la censura de muchos países como Corea del Norte o Birmania.
Sin embargo, Jiménez no solo ha vivido tensiones en tierras extranjeras, aunque se deben salvar las distancias. Una etapa muy destacada dentro de su carrera profesional fue hace 10 años, cuando fue nombrado director del periódico El Mundo, medio de comunicación donde ya trabajó como corresponsal y cuya experiencia cuenta en 'El Director', otro de sus tan reconocidos libros.
Y es que Jiménez reconoce que en España la libertad de prensa está limitada por vetos, despidos o llamadas de políticos y empresarios descontentos con la labor de muchos redactores. Sin embargo, no olvida lo que vivió y lo que vio en lugares como Afganistán o Birmania, donde varios de sus compañeros fueron encarcelados o asesinados por contar la verdad sobre lo que ocurría en el terreno.
De hecho Jiménez quiso recalcar que, a pesar de haber sido despedido de El Mundo siendo director por defender la integridad periodística, no se considera valiente por hacer lo que consideraba que era lo normal. "Valiente es el periodista que investiga el narcotráfico en México o el que denuncia la corrupción del gobierno en China", dijo ante la expectación de decenas de personas escuchándole en La Librería.
Es por ello que el escritor y periodista quiso insistir en la charla de ayer sobre la importancia de defender la verdad. Esta defensa, eso sí, no solo debe salir de los periodistas, tal y como comentó. Jiménez quiso responsabilizar a toda la sociedad, desde el poder político y económico, el cual tiene siempre cientos de micrófonos a su disposición, hasta al ciudadano de a pie, aquel que consulta cada vez más las redes sociales y comparte cualquier publicación sin dejar tiempo al beneficio de la duda, defendiendo incluso a aquella persona poderosa que, con su discurso sin réplica, ha engatusado a tanta gente. “Los periodistas somos los vigilantes del sistema”, así lo dijo durante su coloquio mientras explicaba cómo le daban toques de atención desde Moncloa, allá por el 2015, y pidiendo despidos a periodistas que solo querían hacer su trabajo.
Jiménez, de hecho, contó cómo una vez se dirigió a una trabajadora de El Mundo para decirle que si desde el gobierno estaban descontentos con ella, su puesto de trabajo estaba garantizado (siempre que Jiménez estuviese al mando del periódico, algo que duró muy poco). Y es que ser director también “es una profesión de riesgo”.
El periodista también quiso enfatizar frente a la prensa local que el debate es fundamental para que la verdad “vuelva a importar”. “Tenemos que dar un paso al frente y contar las cosas como son. Es una obligación y un contrato que tenemos con la gente”, manifestó.
Otra cuestión que no se pudo obviar es la oferta informativa. Tal y como corroboró Jiménez, el número de canales de difusión y medios de comunicación es abismal y aquí han entrado de lleno las redes sociales y plataformas como Youtube. De hecho, Jiménez se adentró hace pocos meses al mundo del streaming y de los podcasts con un canal propio que, precisamente, se denomina ‘David Jiménez - El Director’, un espacio donde aborda cuestiones que pueden despertar interés entre el público.
Sin embargo, Jiménez es consciente de la enorme polarización mediática, por lo que quiso dejar claro en su vídeo de presentación del canal, que su espacio "no va a ser para todo el mundo". De hecho, así se muestra Jiménez en el punto de partida de su canal: "Si eres de los que se pone una camiseta de una ideología, de un partido político, de una religión, y no aceptas ni una verdad incómoda que contradiga tus prejuicios, entonces creo que este no es tu sitio".
Y así lo manifestó también ayer, para que no quede en el olvido la responsabilidad colectiva de defender el derecho a la información frente a los intereses políticos y económicos.
Los periodistas os habéis convertido en bailarines al sistema en función de orientación política o directamente por fondos públicos a modo propaganda institucional.