Daniel Ventura: "Estamos indignados. La planta desaladora está defectuosa"

“La desaladora está en un estado lamentable”. Así de contundente se mostró el consejero de Medio Ambiente, Daniel Ventura, tras recorrer las instalaciones de la planta este lunes.

El pasado 6 de marzo, la Ciudad Autónoma recibía por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y del ministerio de Transición Ecológica la gestión de la planta desaladora para su explotación, conservación y mantenimiento. Una entrega que se llevó a cabo conforme al convenio firmado en el 2021 entre la Administración, el Ministerio y la Confederación. En dicho acuerdo se establecían las líneas de colaboración para la ejecución, y posterior cesión, del uso, explotación, mantenimiento y sistema de abastecimiento de agua de Melilla: “Es decir, ese convenio nos obligaba a asumir la desaladora, pero también se recogían obligaciones por las otras partes intervinientes”, explica Ventura.

En ese momento, la Ciudad aceptó la realización de los trabajos de la segunda fase de la nueva red de abastecimiento de Melilla, así como la sectorización y automatización de esta red. La Confederación, por su parte, se obligaba a ampliar la instalación de la desalinización de agua de mar y la dirección general del agua del ministerio de Transición Ecológica a realizar la nueva línea eléctrica de alta tensión para poder alimentarla.

Antes de la recepción de la planta, la Ciudad Autónoma solicitó una auditoría a través de la empresa Bureau Veritas, que junto con la propia auditoría que llevó a cabo la empresa Sacyr agua, adjudicataria del nuevo contrato de operación y mantenimiento de la desaladora han dado lugar a una serie de informes que el Gobierno de la Ciudad ha incorporado al acto de entrega para dejar constancia matizó el consejero de Medio Ambiente de “cómo se encontraba la planta. Además, a la vista de las deficiencias encontradas en los informes, se incluyó, a petición de la Ciudad Autónoma un anexo donde se recogen una serie de observaciones y obligaciones derivadas de la inspección técnica realizada el 5 de marzo y que, entre otras cosas, ponen de manifiesto que algunas de las siguientes deficiencias como faltan de equipos y repuestos necesarios para el adecuado funcionamiento de la planta que deberán ser entregados a la mayor brevedad posible, algunos relativos a las obras de ampliación. Las obras de ampliación de la desaladora está incompleta. Actualmente, falta documentación acreditativa del cumplimiento de los requisitos exigibles por la legislación estatal y autonómica que deberían haber sido obtenidos antes de la entrega. No tenemos ningún papel al respecto sobre la desaladora. Ni siquiera ha sido posible probar el funcionamiento de los cuatro bastidores de ósmosis inversa de la desaladora, ya que no se ha podido ampliar la red eléctrica incluida en el convenio. Esto impide comprobar que una vez ampliada la desaladora dispone de una capacidad de producción de 30 mil metros cúbicos al día tal y como se esperaba”, matizó el consejero.

Tras el análisis realizado se comprobó que la desaladora sólo dispone de tres bombas para operar tres bastidores sin tener ninguna de reserva y el cuarto no se puede utilizar porque presenta diversas figas en las cajas de presión lo que le impide realizar el mantenimiento en los otros tres sin bajar la producción actual.

“Existen tres filtros inoperativos, lo que reduce la capacidad de filtrado tan necesaria durante los temporales de levante. El sistema de lavado de filtros con salmuera, implantado en la obra de ampliación tampoco se puso en marcha, ni se llegó a probar una determinada celda de protección. Además se observa un alto grado de corrosión generalizada”. Ante estas deficiencias halladas en la planta, Ventura quiso dejar claro que “la planta no es capaz de cumplir su función principal que es proveer de una cantidad y calidad del agua determinada conforme nos dijo la Confederación y presenta numerosas deficiencias que hacen que presente unas prestaciones menores a las de su diseño. Queremos que se subsanen todos los problemas planteados antes de finales de año y se instalen los diferentes elementos que faltan en la nueva planta y que se sustituyan los que están en mal estado”, solicitó Ventura quien señaló que “la realidad supera a los informes que había leído. Yo animaría a la Confederación Hidrográfica y al ministerio de Transición Ecológica que en la mayor brevedad posible empiecen a arreglar todas las deficiencias. Insisto ni el cuarto módulo funciona y los otros tres tienen muchísimas dificultades para mantenerse en el tiempo”.

Por otra parte, Ventura señaló al gobierno de España y, en concreto a la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, de no haber adoptado las medidas oportunas cuando hizo un recorrido por la planta con las senadoras socialistas: “Habrá que preguntarle a la delegada del Gobierno, ¿Qué ha pasado en la desaladora?

La próxima semana, el consejero de Medio Ambiente mantendrá un encuentro con miembros de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y del ministerio de Transición Ecológica a los cuales trasladará estos problemas y los instará a solventarlos en la mayor brevedad posible: “Sobre todo queremos saber en qué momento vamos a poder disponer de la planta funcionando tal y como estaba previsto. Hay que recordar que sólo el cuarto módulo costó 28 millones de euros y no es plan de que una infraestructura cueste 28 millones de euros y no funcione”.

En este sentido, Ventura recuerda que Melilla sufre carencias de agua importantes desde hace mucho tiempo y que el objetivo de la planta es, precisamente, paliar estas deficiencias.

El consejero quiso dejar claro que, por convenio, la Ciudad estaba obligada a recepcionar la planta.